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En el caso de Moody’s la calificación se encuentra en Baa2, mientras que Fitch ratings la mantiene en BBB-, un escalón por encima del grado de inversión
La agencia S&P Global Ratings bajó la calificación de Colombia a BB+ con perspectiva estable, quitándole grado de inversión al país en medio de la crisis y tras el retiro del proyecto de reforma tributaria.
“Creemos que el ajuste fiscal de Colombia resultará más prolongado y gradual de lo que se esperaba anteriormente, disminuyendo la probabilidad de revertir el reciente deterioro de las finanzas públicas. Por lo tanto, bajamos nuestra calificación en moneda extranjera a largo plazo de Colombia a ‘BB +’ de ‘BBB-”, comunicó la firma.
Con esta rebaja, la deuda del país entra a la categoría de grado de no inversión especulativo para los estándares de S&P. En cuanto a las otras agencias calificadoras, en el caso de Moody’s la nota se encuentra en Baa2, mientras que Fitch Ratings la mantiene en BBB-, un escalón por encima del grado de inversión.
El ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, explicó que esta decisión se da “debido a la expectativa de un ajuste fiscal más gradual y prolongado en el contexto de los desafíos que ha generado la pandemia”. Agregó que, si bien la decisión podría subir los costos de tasas de interés de financiamiento público y privado nacional, la nación seguirá obteniendo financiación.
La calificadora explicó en el documento que si bien el Gobierno está buscando un nuevo proyecto de ley, considera que las posibilidades de que haya una reforma estructural “son bajas”, por las protestas que cumplen más de 20 días en las calles y la proximidad de las presidenciales.
En el informe, S&P también argumentó que la pandemia y la caída en la economía que ocasionó amplió el déficit fiscal, por lo que espera “que el cambio en la deuda neta de gobierno general se ubique entre 3% a 4% del PIB en el periodo 2021-2024”. No obstante, la calificadora resaltó que con el crecimiento económico que se espera para este año, la deuda se podrá estabilizar sobre 60% del PIB para el mismo periodo, que sigue siendo alto respecto al nivel de 43% de 2019.
Desde el retiro del proyecto de reforma tributaria el pasado 2 de mayo, el mercado ya daba por descontado que el país iba a perder el grado de inversión en alguna de las tres calificadoras. Bloomberg reseñó que los bonos de Colombia en dólares se cotizaban desde ese momento como si ya no tuvieran grado de inversión, a medida que los inversionistas apostaban a que el Gobierno no lograría aumentar los impuestos lo suficiente como para que la deuda del país no cayera hacia un terreno de especulación.
Además, un análisis de Citibank resaltó que en ese momento los bonos ya mostraban un rendimiento inferior al de otros créditos BB soberanos de mercados emergentes durante los últimos 12 meses.
Restrepo reiteró el compromiso del Gobierno nacional de continuar trabajando en políticas que aceleren la reactivación económica y la generación de empleo, así como en esfuerzos por alcanzar consensos que permitan la estabilidad de las finanzas públicas pues se espera que trabajando en estos frentes, se fortalecerá la confianza de los inversionistas locales y extranjeros en la economía colombiana.
Las implicaciones de la rebaja
“Esto representa un aumento en la tasa de interés de los créditos. El sector financiero castigará a la deuda colombiana desconociendo todo el conflicto social que vive el país”, dijo el economista, Jorge Iván González,
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, dijo que “debe pasar que los mercados se vuelvan muy volátiles y piensen que, si Colombia no es grado de inversión, seguramente las tasas de interés bajo las cuales le prestan al Gobierno en dólares deben subir, afectando o permeando las tasas de interés domésticas”.
Según S&P, “es posible que la calificación suba o baje en los próximos 12 a 18 meses dependiendo las posibilidades a largo plazo de que la economía se recupere o la efectividad institucional para lograr consensos políticos y sociales que aseguren a la nación una política fiscal más estructurada”.
"La pérdida del grado de inversión por Standard & Poor's es un campanazo de alerta sobre la fragilidad de las finanzas públicas, la necesidad de reactivar la economía (vacunación, apoyo a hogares, Paef) y la urgencia de una reforma que permita estabilizar las cuentas fiscales", dijo Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, a través de Twitter.
Francisco Azuero, docente de la Universidad de los Andes, indicó que frente a la caída que han tenido los precios de los bonos emitidos por el Gobierno, cabe la posibilidad que en la próxima revisión la se pierda el grado de no darse un consenso urgente.
El economista, Juan Nicolás Garzón, explicó que “la implicación más directa y profunda será encarecer el endeudamiento colombiano, hará que nuestros niveles de deuda aumenten mucho más, situación que venimos viendo desde hace un tiempo, debido a la pandemia, por la reducción del ingreso y el aumento del gasto”.
Garzón agregó que la baja en la nota “reduce el acceso al crédito y a la liquidez, además de generar unas condiciones más difíciles para acceder a la financiación desde el punto de vista de lo público. Pero seguramente también va a tener una incidencia en el acceso a recursos por parte del sector privado”.
El exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, comentó en su cuenta de Twitter que "ante la decisión de Standard and Poor's de bajar la calificación de Colombia de BBB- a BB+, inferior al Grado de Inversión, es necesario salir de la pandemia, fortalecer la política social e iniciar la estabilización fiscal. Sigamos adelante en la construcción de un mejor país".
"Al final, S&P decidió que había visto suficiente después de que el Gobierno retiró la reforma fiscal a principios de mayo, y entre un seguimiento tibio, mayores presiones de gasto de los programas sociales pospandémicos y un calendario electoral congestionado, consideró que un ajuste fiscal necesario se retrasaría en los próximos años", señaló un análisis de JP Morgan.
El documento también menciona que factores atenuantes, como una sólida recuperación económica, las fortalezas institucionales y los continuos esfuerzos por lograr una consolidación fiscal gradual probablemente hicieron que se mantuviera una perspectiva estable.
Sobre las próximas decisiones de las otras agencias calificadoras, JP Morgan comunicó que "no estamos convencidos de que Fitch vea la trayectoria fiscal de Colombia durante los próximos dos a tres años de manera muy diferente a la de S&P, y creemos que es muy probable que se unan a S&P con base en un razonamiento similar. Fitch ha sido en general más agresivo que las otras dos agencias en sus comentarios públicos, en nuestra opinión (...) De hecho, en general, nuestra sensación es que después de los eventos de las últimas semanas, el listón es más alto para que Fitch se sienta lo suficientemente cómodo para estabilizar las calificaciones de grado de inversión de Colombia. Los aspectos positivos como un mayor crecimiento, una regla fiscal reinventado y un historial sólido abogarían por una perspectiva estable después de la rebaja, pero es menos claro que estos factores son suficientes para salvar la calificación de grado de inversión, en nuestra opinión".
De acuerdo con el documento, es muy probable que Fitch baje la calificación antes de fin de año o en enero a más tardar, antes de las elecciones.
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