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En el Foro LR, expertos destacaron la tecnificación agrícola como esencial para que Colombia se convierta en una despensa global
En el marco del Foro LR “Diálogos que Suman por Colombia”, realizado hoy en Bucaramanga, líderes del sector agrícola y agroindustrial discutieron las claves para lograr una agricultura sostenible y empresarial. Bajo la consigna de fortalecer la tecnificación, diversificación de cultivos y el desarrollo rural, los ponentes subrayaron la necesidad de apostar por una mayor productividad y la integración de tecnologías avanzadas en los procesos agrícolas del país.
En el primer panel llamado "“Estrategias de tecnificación y diversificación de cultivos", Carlos Alberto Paredes Gómez, gerente regional en Condor Specialty Coffee, Alejandro Almeyda, director Fenalco Santander, Diana Ballesteros, gerente general Girones S.A., y Guillermo Infante Santos, gerente general de Coagronorte, se refirieron a la tecnificación y diversificación de cultivos para convertir a Colombia en despensa mundial.
Uno de los puntos álgidos de la conversación fue la tecnificación del campo. Paredes subrayó que: “muchas veces confundimos tecnificación con automatización o mecanización. Cuando hablamos de un cultivo tecnificado, tenemos que hacer referencia a las densidades de siembra y las variedades. En el país tenemos que apuntarle a mejorar la productividad”.
Esta tecnificación no solo aumentaría la productividad, sino que también generaría empleo, algo esencial en un sector donde 90% de los caficultores son pequeños productores, lo que, según Paredes, “hace que los procesos de tecnificación sean más complicados”.
Almeyda añadió que “los procesos de automatización como los sistemas de riego traerían entre 10% y 15% más empleo del 20% que hoy tenemos en el campo. Cuando se hace tecnificación en diferentes áreas se puede generar 50% más de productividad, 30% más de ingresos y 15% más de rentabilidad”.
Ballesteros destacó el papel crucial del cacao en la región, un cultivo que, según ella, “genera oportunidades de empleo desde tres ópticas: como cultivo rentable de sustitución, con familias agricultoras especializando a sus hijos en temas como fertilización y poda, y con un importante papel de la mujer en la equidad de género”. Este enfoque se enlaza con la importancia de la innovación y el valor agregado en productos agrícolas. “En el tema del cacao, especializarse en productos con mayor valor agregado es una apuesta en tecnificación y desarrollo que debe ir de la mano de la innovación”, añadió.
En cuanto a la diversificación, Infante subrayó la importancia de la asociatividad como clave para reducir costos y mejorar la competitividad. “Nuestra meta es reducir 7% los costos de producción y elevar la producción a 7.500 kilos para competir con el arroz americano”, afirmó, señalando que Coagronorte ya está invirtiendo en tecnificación con proyectos de agricultura de precisión. Además, destacó la importancia de capacitar a las nuevas generaciones en el manejo de nuevas tecnologías, como el uso de drones: “Estamos formando a los hijos de los agricultores para que sean los técnicos de drones”.
La colaboración entre el sector público y privado fue otro de los temas recurrentes en el foro. Paredes enfatizó que “las alianzas público-privadas son un mecanismo que permite cambiar paradigmas e invertir en el campo. Las alianzas con los clientes finales son fundamentales para asegurar la trazabilidad del producto”. Almeyda también destacó el valor de estas alianzas, instando a que se promuevan tratados de libre comercio para que Colombia pueda convertirse en la despensa del mundo. “Estamos sentados en una mina de oro y no lo creemos. Debemos aprovechar más el campo”, recalcó.
Los desafíos, sin embargo, no son menores. Paredes señaló que, aunque la tecnificación es crucial, también implica un costo significativo: “Tecnificar cuesta. Para el café, hay avances importantes en temas de sostenibilidad, pero la tecnificación sigue siendo un reto”. Además, resaltó la necesidad de superar las barreras generacionales en el sector agrícola, donde muchos productores continúan trabajando con métodos tradicionales. "Hablar con un cafetero hoy es difícil, porque vienen trabajando con un modelo tradicional”, apuntó Paredes, poniendo de relieve la importancia de la capacitación como herramienta para el cambio.
Finalmente, Ballesteros reflexionó sobre la necesidad de coherencia entre las políticas públicas y los objetivos del sector. “Las políticas públicas tienen que ser coherentes con lo que queremos fomentar. No tiene sentido que productos de canasta familiar, como el chocolate de mesa, paguen un impuesto del 20%, lo que ha reducido el consumo en un 16%”, concluyó.
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