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Según Oxfam, de la riqueza que se crea en el país, 45% queda en las manos del 1% más rico y 42,6% va para el otro 9% de ese primer decil
Para comienzos del año pasado, según el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre, Oxfam, Colombia era el segundo país más desigual de Latinoamérica en términos de ingreso.
El índice de Gini del país, que mide este fenómeno y en el que 1 es muy desigual y 0 que no hay desigualdad, llegó en 2021, según cifras oficiales del Dane, a 0,52.
Dato publicados por ‘Inequality’, una organización sin ánimo de lucro, muestra que en Colombia, ese 1% más rico de la población acumula US$229.700 millones, lo que corresponde a más de 37% del total de riqueza que hay en el país.
No muy lejos está el hallazgo que compartió Oxfam hace apenas una semana. En él, Carlos Mejía, su director ejecutivo para Colombia, señaló que por cada US$100 de riqueza que se creó en el país en la última década, US$45 fueron a parar a los bolsillos del 1% más rico y sólo US$12,4 al 90% más pobre.
En el prólogo del informe mundial, que cuenta con palabras del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, este señaló que “gravar a los más ricos ya no es una opción, sino una obligación”.
El ministro Ocampo, que también habló del tema en Davos, apuntó que la desigualdad global se ha disparado y que “no hay mejor manera de abordarla que redistribuyendo la riqueza”.
Pilar fundamental, según el economista, de la Tributaria que entró a regir en el país este año. “La equidad está en el corazón de las reformas tributarias de Colombia”, escribió el ministro.
Esta solución, agregó, se traduce en un nuevo impuesto a la riqueza (como el cambio en el impuesto al patrimonio), impuestos más altos para personas de altos ingresos y también a grandes corporaciones que cosechan ganancias extraordinarias en los mercados internacionales.
Empresas que, dijo, “muchas veces terminan beneficiándose de incentivos fiscales que existen sin una clara justificación social o ambiental”.
Posibles soluciones
Para Mejía, un impuesto sobre la riqueza de 2% para los millonarios, de 3% para los que poseen más de US$50 millones y de 5% para los multimillonarios colombianos, recaudaría $13,4 billones anuales. “Esto alcanzaría para aumentar la inversión en educación en 17%”, dijo.
Este tipo de medidas, según varios analistas, deben ser tomadas en bloque por las diferentes regiones y países, pues de nada sirve que un país implemente este tipo de impuestos y sus vecinos no.
En esos casos, como lo han mostrado los hechos tanto en Latinoamérica como en Europa, los más ricos deciden trasladar sus fortunas a las naciones que no cuenten con estos tipos de impuestos.
Precisamente, ayer el ministro Ocampo se dirigió a varios embajadores de las Naciones Unidas sobre el tema y recalcó que las autoridades internacionales deben “mejorar la cooperación tributaria internacional y limitar dicha competencia entre los países. Las multinacionales deben pagar una tributación justa y no andar de país en país buscando cuál da más beneficios”, dijo.
Cómo funciona la desigualdad
Una de las claves para entender este concepto es partir del hecho de que no ha existido desigualdad cero al menos en los registros que se tienen y se conocen hoy en día -aquí se ahonda mucho en la literatura-.
Esto, teniendo en cuenta que en la sociedad y el modelo económico actual, por ejemplo, la persona, empresa o grupo que aporta el capital para cualquier actividad, siempre recibirá una mayor retribución de la riqueza creada que los que no pusieron.
Desligando el término del sistema capitalista, por ejemplo, en las sociedades modernas nace otro elemento que imposibilita la igualdad en el ingreso: la jerarquía. Cuando hay personas ‘más importantes’ que otras, el ingreso no es igualitario.
Para Juan Camilo Pardo, investigador económico de Corficolombiana, un índice de Gini igual a 0 es difícil y casi imposible de concebir en los modelos económicos actuales en los que existe este último término.
Si bien Pardo reconoce que todas las opiniones -incluida la de él- tienen un sesgo con base a los diferentes factores que afectan este tipo de posiciones, para él es “improbable que exista una sociedad con desigualdad 0 al menos en el corto y largo plazo”.
“Tener un Gini de 0 es decir que todas las personas van a recibir exactamente la misma cantidad de lo que se produzca ya sea en un país a nivel macro o a algo más micro, como cuando las comunidades cazaban. Y desde que exista o esté presente un nivel jerárquico, es difícil que se presente esa situación”, dijo.
Comparado con octubre, Chingaza estaba en 43% lo que muestra casi 10% de mejora en medio de la crisis hídrica