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El proyecto tiene un presupuesto de $1,8 billones para su desarrollo
Las investigaciones por la que atraviesa el empresario Carlos Alberto Solarte, por los presuntos nexos con Odebrecht, podrían ser uno de los factores por los que en este momento se estarían vendiendo algunas de sus participaciones en los proyectos a su cargo, entre ellos: el Túnel del Toyo. Aunque las empresas del constructor alcanzan tan solo 40% de participación en la construcción, de llegar a vender estos activos, no se afectaría el desarrollo de la obra, la cual, se prevé esté lista en 2022.
El megaproyecto, que fue adjudicado el 14 de octubre de 2015 al Consorcio Antioquia al Mar y que inició su construcción el pasado 31 de enero, está integrado por la empresa Colombiana de Infraestructuras SAS (filial de la española FCC) con una participación de 40%, Carlos Alberto Solarte (20%), CASS Constructores y Cía. (20%) y Estyma Estudios y Manejos Sociedad Anónima (20%).
Con un poco más de 9,8 kilómetros de longitud, la posible venta de los activos de los Solarte no cambiaría en nada el desarrollo de la obra. Así lo aclaró Álvaro Mantilla, abogado y experto en infraestructura, quien resaltó que “en estos casos se tendría que conseguir una empresa con el mismo músculo financiero para que se pueda comprar las participaciones. Sin embargo, este proceso no implicaría un freno en la construcción”.
Gilberto Quintero Zapata, secretario de Infraestructura Física de la Gobernación de Antioquia, dijo sobre el tema: “el contratista del proyecto del Túnel del Toyo es un consorcio, que está conformado por varios empresas, indudablemente la capacidad técnica y financiera de este contratista (Solarte) hace imposible prever que el proyecto tenga dificultades económicas. Desde la Gobernación de Antioquia creemos que no se presentará ninguna dificultad, y se cumplirá en los tiempos establecidos”.
Uno de los factores por los que no se afectaría la construcción sería, según los expertos, porque hace un poco menos de cuatro meses el Gobierno Nacional dio luz verde para iniciar las obras. Esto, luego de que la Gobernación de Antioquia anunció que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) les dio, finalmente, las licencias para iniciar la construcción.
Otro de los factores que se unirían para que no se dé un freno en el proceso es que desde la Gobernación y la Alcaldía de Medellín se ha venido trabajando desarrollar el proyecto a cabalidad. De hecho, días atrás, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, le aclaró a LR que “hoy el proyecto tiene todo listo y está legalmente hecho. Ya llegaron todos los vehículos, llegaron los robots de Italia que son seis robots que están con paciencia dándole martillo a la roca para abrir el túnel, llevamos unos 200m o 300m abiertos. Esperamos en esta gobernación entregarlo en obra negra”.
Es por eso que para los expertos y las autoridades locales es inconcebible que los problemas externos de las constructoras afecten el desarrollo de la obra, la cual, garantizará la conectividad entre Medellín, el centro del país y la subregión del Urabá.
Para el desarrollo del proyecto se tiene un presupuesto de $1,87 billones, de los cuales Invías pondrá $540.282 millones.
¿Cómo se divide la inversión para el megaproyecto?
El Túnel del Toyo, que se convertirá en el más largo del país, con una longitud de 9,8 kilómetros, será ejecutado a través de obra pública, y su construcción tomará alrededor de 10 años (en todas sus fases). Para su construcción se estableció un presupuesto de $1,8 billones, de los cuales la Gobernación de Antioquia invertirá recursos del orden de $780.000 millones, la alcaldía de Medellín aportará $520.000 millones y el Gobierno Nacional, a través del Instituto Nacional de Vías (Invías), contribuirá con $540.000 millones. Se prevé que su primera fase podría estar a mediados de 2022.
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