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En el último informe de política monetaria, el Banco de la República estima que los precios aumentarán hasta el segundo trimestre de 2023, allí comenzarán a descender
Con una inflación que no cesa y las tasas de interés más altas en lo que va del siglo, el Banco de la República ha sido protagonista en la agenda económica de los últimos meses. En el último informe de política monetaria emitido por el Banco Central, se afirma que si bien habrá un crecimiento positivo en 2023, los dos últimos trimestres podrían representar una recesión técnica en la medida en que el PIB se contraerá en ambos periodos.
A esto se le suma un panorama en el que los precios van a seguir al alza y un desempleo que ya en diciembre comenzó a mostrar una desaceleración en contraste con el dato de noviembre del año pasado.
El Emisor tiene la tarea constitucional de llevar a que la inflación retorne a una senda estable de 3% anual con la posibilidad de fluctuar un punto porcentual, algo que para los analistas no será una tarea fácil debido a los choques económicos que se proyectan en la economía para 2023.
En entrevista con LR, el gerente del Emisor, Leonardo Villar, señaló que la Junta Directiva, más que nadie, es consciente de la tarea que tiene y que harán todo lo que esté a su alcance para llevar al país al mejor escenario macroeconómico posible con el manejo de la tasa de interés.
¿Cuáles son las proyecciones del Banco de los principales indicadores económicos, PIB, inflación y balanza comercial, para el cierre de 2023?
Esperamos que en el segundo trimestre de este año se observe una tendencia descendente de la inflación liderada por el comportamiento de los precios de los alimentos y que esa tendencia se refuerce a partir de mediados del año con un comportamiento a la baja también de la inflación diferente de alimentos. La perspectiva es llegar al rango aceptable de un punto porcentual alrededor de la meta de 3% a finales de 2024.
En cuanto al PIB, el equipo técnico del Banco proyecta un crecimiento de 0,2% para este año. Esto implica una fuerte desaceleración con respecto al desempeño extraordinario de 2022, cuando Colombia mostró un dinamismo mayor al de la mayor parte de las economías del mundo. Por esta misma razón, debe destacarse que incluso con un crecimiento muy bajo, vamos a mantener un nivel de actividad alto y muy superior al que se proyectaba para 2023 en 2021 o incluso antes de la pandemia.
Sobre las cuentas externas del país, esperamos una corrección importante del importante desequilibrio que tuvimos en 2022, cuando se estima que el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos alcanzó el equivalente a 6,3% del PIB, poniendo en evidencia un exceso de demanda que no pudo ser atendido por la producción interna. Para 2023, el desbalance de la cuenta corriente se reduciría a 3,9% del PIB. Este ajuste se empezó a vislumbrar claramente en el comportamiento de las importaciones en los últimos meses de 2022. De hecho, los últimos datos disponibles, correspondientes a noviembre, muestran una tasa de crecimiento negativa para el valor en dólares de las importaciones que contrasta con tasas superiores al 40% en el primer semestre del año.
¿Cuál fue la recuperación del empleo en 2022? ¿Qué hace falta para que lleguemos a una tasa de desempleo de un dígito?
Las cifras del Dane a diciembre indican que el número de ocupados en las trece principales ciudades de Colombia tuvo un crecimiento de 7,5%. Ese aumento fue parcialmente contrarrestado a nivel nacional por un comportamiento menos positivo del empleo en las zonas rurales y en las cabeceras de los municipios más pequeños, fenómeno que está probablemente asociado al pobre desempeño que tuvo la producción agropecuaria el año pasado, un año en que todos los demás sectores crecieron fuertemente.
Tenemos la esperanza de que en 2023 el empleo siga comportándose bien en las zonas urbanas. En las zonas rurales, por su parte, los altos precios de los alimentos y una normalización de las condiciones climáticas deberían ayudar a dinamizarlo. Debemos ser conscientes sin embargo de que los indicadores del mercado laboral tienen tradicionalmente una marcada estacionalidad que probablemente implique que las tasas de desempleo que veamos en el primer trimestre superen de manera importante a las observadas a finales del año pasado.
¿Hay un estudio integral de empleo? Este insumo sería clave para la reforma laboral que está planteando el Gobierno
El equipo técnico del Banco ha hecho múltiples estudios sobre el mercado laboral que se encuentran disponibles. Entre ellos se encuentra la publicación que se hizo en 2022 sobre los efectos macroeconómicos del salario mínimo, la cual ha tenido amplia divulgación y se puede consultar en nuestra página web en la revista “Ensayos sobre Política Económica” (ESPE). Adicionalmente, desde el año 2017 el Banco divulga trimestralmente el Reporte de Mercado Laboral con información muy completa y actualizada para conocer las tendencias del empleo en todo el país y con reportes especiales sobre temas de especial relevancia. Ahora, sobre la reforma laboral aun no se conocen detalles, pero sin duda que el Banco estará dispuesto a entregar los conceptos y análisis necesarios para avanzar en la mejora de las condiciones de los trabajadores colombianos.
¿Cuáles son los problemas que aún aquejan al empleo en Colombia y qué se puede incluir en la reforma laboral para abordarlos?
Sin lugar a dudas, los niveles de desempleo e informalidad son atípicamente altos en Colombia con respecto a países con niveles de desarrollo similares. Por otra parte, en las reuniones que tenemos rutinariamente con empresarios de todo el país oímos la queja de que no es fácil encontrar y retener trabajadores con las calificaciones adecuadas para lo que necesita el sector productivo. Tenemos deficiencias grandes en la formación para el trabajo y en los mecanismos de información para que la oferta y la demanda de trabajo calcen entre sí de manera más eficaz. Los retos de una reforma laboral son enormes y la discusión sobre la mejor manera de abordarlos será de gran importancia.
¿Hasta qué nivel proyecta que llegue la tasa de política monetaria?
El mensaje que se dio en la reunión de enero de la Junta Directiva del Banco de la República es que estamos acercándonos a un nivel de tasas de interés con el cual se puede prever que la inflación vaya convergiendo hacia la meta. La Junta sin embargo ha sido renuente a establecer niveles específicos pues considera que las decisiones deberán tomarse en cada momento con la última información disponible.
¿No le preocupa ralentizar la economía con una tasa tan alta teniendo en cuenta que el incremento de la inflación se debe, sobre todo a factores de oferta y no de demanda?
En 2022 crecimos a un ritmo de más de 8%, después de haber crecido en 2021 casi 11%. Mantener ese dinamismo en 2023 no es sostenible, a riesgo de llevar a desequilibrios macroeconómicos y financieros muy grandes que se reflejarían en una inflación creciente y eventualmente en una crisis posterior. Es por eso que hemos dicho que debemos apretar las riendas de la economía para evitar que se desboque. Somos conscientes de que el crecimiento previsto por el equipo técnico implica una fuerte desaceleración, pero debe tenerse en cuenta que ello obedece fundamentalmente al efecto base. Aún con ese crecimiento tan bajo, el nivel de actividad se ubicará en 2023 por encima de lo que se preveía para este año incluso en proyecciones realizadas antes de la pandemia. Resulta mejor sacrificar algo de crecimiento en el corto plazo para que el dinamismo de la economía pueda ser sostenible y mucho mayor en el mediano y largo plazos, con tasas de inflación bajas y estables.
¿Cuándo podremos ver una inflación de un dígito? ¿Y cuándo llegaremos al rango meta?
Las proyecciones del equipo técnico y las expectativas de los analistas externos señalan que este mismo año volveremos a tasas de inflación de un dígito. Adicionalmente, en la Junta Directiva del Banco de la República estamos comprometidos a hacer lo que sea necesario para regresar a niveles de inflación alrededor de la meta de 3% a finales de 2024.
¿Los bloqueos en las diferentes vías del país van a tener un impacto en la inflación? ¿De cuántos puntos podría ser ese impacto?
De acuerdo con los últimos anuncios del gobierno, las dificultades generadas por el bloqueo de la carretera Panamericana en el sur del país van a ser solventadas en pocas semanas, mucho antes de lo que se previó inicialmente. Esta es una noticia positiva. Esperamos que en el futuro la oferta de alimentos empiece a normalizarse tras un año 2022 en el que estuvo afectada por una producción agropecuaria muy baja y por grandes dificultades de abastecimiento internacional y altos costos de los insumos, que afortunadamente vienen solucionándose en los meses más recientes.
¿Qué factores afectarán al dólar este año y cuál es su proyección para el cierre de 2023?
En el caso colombiano venimos de un aumento en la tasa de cambio durante los dos últimos años que contrasta con lo que sucede en otros países. La depreciación acumulada de los últimos 24 meses es del orden de 35%, mientras los países comparables de América Latina tienen una apreciación o, en casos como el de Chile o Perú, depreciaciones muy pequeñas. Esa depreciación tuvo que ver en el año 2021 con la pérdida de grado de inversión y el deterioro relativo en la percepción de los inversionistas nacionales e internacionales sobre la solidez de nuestras cuentas fiscales. Más recientemente ha mejorado la percepción sobre las perspectivas fiscales pero los movimientos de la tasa de cambio han sido afectados por la incertidumbre sobre las perspectivas de producción y exportación de petróleo y otros productos del sector energético. Esperamos que estos factores de incertidumbre vayan desapareciendo, pero no podemos hacer predicciones sobre la tasa de cambio, ya que ella depende de demasiados factores, tanto internos como de la economía global.
La Junta Directiva del Banco de la República ha mantenido la decisión de no intervenir el mercado cambiario y creo que esa decisión ha sido la correcta. El mercado cambiario colombiano es actualmente muy grande y transa montos del orden de US$1.500 millones a US$2.000 millones diarios. Tratar de afectarlo mediante intervenciones del Banco no solo sería ineficaz sino que generaría riesgos importantes. La intervención puede ser apropiada en circunstancias específicas cuando hay, por ejemplo, problemas de liquidez en los mercados, tales como las que se identificaron en 2020, al comienzo de la pandemia. Pero tratar de manejar la tasa de cambio mediante intervenciones cambiarias es algo que está alejado de la estrategia que tenemos en las circunstancias actuales.
¿Por qué no se continuó con la propuesta de eliminar tres ceros al peso? ¿Lo ve viable?
Es una propuesta que apoyé en su momento, hace cerca de veinte años, cuando era codirector en la Junta Directiva. Sin embargo, en las circunstancias actuales el Banco tiene retos mucho más urgentes asociados con la lucha contra la inflación, por lo cual existe consenso en que la eliminación de los tres ceros es algo cuya discusión es de baja prioridad y podría distraernos de nuestra tarea fundamental.
Otra de las propuestas en medio de la subida de la tasa de cambio es la dolarización. ¿Está a favor o en contra de hacerlo en Colombia? ¿Por qué?
Sería un gran error. Los países que llegan a la dolarización lo hacen típicamente porque su población ha perdido la confianza en su propia moneda. Con la dolarización se pierde la capacidad de una política monetaria autónoma, tal como la que le permitió a Colombia salir mucho más rápido de los previsto de la crisis económica generada por la pandemia. Afortunadamente contamos con credibilidad en nuestra moneda y en nuestro banco central, el Banco de la República, que este año cumple cien años de fundado.
¿Cuál espera que sea el impacto de la reactivación del comercio con Venezuela sobre la balanza de pagos?
Venezuela es actualmente una economía cuyo tamaño equivale a menos de la tercera parte de lo que era hace unos pocos años. El impacto de la reactivación del comercio será probablemente importante para algunos sectores productivos específicos y para ciertas regiones del país. Pero su impacto macroeconómico será probablemente pequeño.
¿Cómo le fue al banco en términos de utilidades el año pasado? ¿Cuánto le transferirá a la Nación?
Los resultados financieros de la mayor parte de los bancos centrales estuvieron afectados en 2022 por las caídas en los precios de los bonos internacionales generadas por el aumento sin precedentes de las tasas globales de interés. Aún así, el Banco de la República obtuvo utilidades que trasladará al gobierno por un monto del orden de $1,6 billones.
Teniendo en cuenta que las AFP son de los mayores compradores de TES, ¿le preocupan los planteamientos de la reforma pensional?
Prefiero no entrar en esta discusión.
¿Cómo va a afectar el mercado internacional el mercado de deuda colombiana?
Afortunadamente Colombia mantiene un muy buen acceso a los mercados internacionales. De hecho, la inversión extranjera de portafolio en el año 2022 fue una de las mayores de la historia, superada solamente por la que tuvimos en 2016.
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