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Con la recuperación de los ingresos reales y la reducción de las tasas de interés, se prevé también un repunte de cara a 2025
De acuerdo con las investigaciones económicas realizadas por Pórticolive, las guerras y otras tensiones geopolíticas han influido de manera importante en las proyecciones de analistas sobre el comportamiento económico global. El mismo informe muestra el panorama para 2024, partiendo desde los cambios de nuevos gobiernos y otros factores que inciden directamente en el comportamiento de las grandes potencias mundiales y otros países.
Según el estudio, persiste la desaceleración en Europa por los elevados costos energéticos, lo cual contrasta con una mayor resistencia de EE.UU. y economías vinculadas a materias primas. Entretanto, los países emergentes mantienen tasas de crecimiento similares a las de pre-pandemia.
Los recientes cambios de gobierno en algunos países y las próximas elecciones en 2024 podrían generar puntos de quiebre. Las tasas de interés empezarán a ceder, se anticipa que, a partir de la segunda mitad de 2024, se producirá una flexibilización gradual, incluyendo una disminución progresiva de las tasas de interés.
Las presiones inflacionarias han empezado a disminuir en varias economías y se espera que para 2024 sigan cediendo. Tras la crisis energética y la desaceleración económica en 2023, esperamos un repunte en la demanda mundial de energía en 2024. Esta situación capacidad renovable para abordar la creciente necesidad energética.
En 2024, la adopción de tecnologías, especialmente inteligencia artificial y otras innovaciones, serán inductoras de la transformación económica. Se proyecta una desaceleración de la economía mundial, registrando un PIB global estimado de 2,7%. Sin embargo, con la recuperación de los ingresos reales y la reducción de las tasas de interés, se prevé también un repunte de cara a 2025.
Desde Porticolive proyectan que las exportaciones incrementarán un 2,9% anual en 2024, motivadas por una mejor dinámica del comercio exterior en la segunda mitad del semestre. Las importaciones, por su parte, avanzarán 4% a 942.229TEU. El comercio podría registrar un crecimiento moderado para el próximo año, alineado al comportamiento de la demanda. Políticas comerciales internas, tensiones geopolíticas y menor intensidad de importación en EE.UU. y China podrían agravar la desaceleración.
La economía global enfrenta una realidad compleja, marcada por un ritmo de expansión desigual,
donde los mercados emergentes presentan un mejor desempeño en comparación con las economías avanzadas. Mientras los países asiáticos lideran el crecimiento, Europa y Norteamérica
experimentan rezagos. En este panorama, la urgencia de equilibrar la estabilidad económica,
el impulso del crecimiento y la gestión de las presiones fiscales, se convierten en un desafío clave para el PIB global y de cada una de estas naciones.
A pesar de que en agosto se proyectaba un crecimiento de 2,6% al cierre de este año, las estimaciones a días de cerrar el 2023 apuntan a un PIB global de 2,9%. Entre tanto, para 2024, el consenso de Bloomberg sigue estimando se ubique en +2,7%, con un avance muy limitado en las
regiones de Latinoamérica, Norteamérica y Europa.
En el horizonte económico de China, se vislumbra un panorama de cambio y adaptación para los años venideros.Aunque las proyecciones indican un sólido incremento de 5,2% en PIB real para el año 2023, se avecina una desaceleración económica en el año siguiente, previéndose un crecimiento más moderado de 4,5%. Este declive encuentra su raíz en el agotamiento del impulso económico generado por la reapertura pospandemia, marcando un punto de inflexión en la dinámica económica del gigante asiático.
En 2024, se espera que Europa experimente un crecimiento económico moderado debido a la persistente inflación y tasas de interés elevadas. La demanda interna se impulsará por el retorno al incremento real de los salarios, mercados laborales ajustados y la inversión financiada por la Unión Europea. Sin embargo, la política monetaria ajustada, la desaceleración del PIB global y conflictos geopolíticos, como el de Israel y Hamás, representan riesgos para la dinámica económica.
La política monetaria restrictiva en las economías desarrolladas ejercerá presión sobre las perspectivas de crecimiento regional al limitar la demanda en los mercados clave de exportación. La desaceleración en Estados Unidos se vislumbra como un factor significativo que afectará negativamente las perspectivas de crecimiento de México, especialmente después del auge de inversiones impulsado por la reubicación de la producción en 2023. No obstante, la tendencia de "nearshoring" continuará respaldando las perspectivas económicas al ser el país más beneficiado por la relocalización de cadenas de suministro, impulsada por las preocupaciones geoeconómicas
de Estados Unidos.
En 2023, el panorama para Latinoamérica no es particularmente alentador, ya que se espera que solo Brasil y México cierren el año con un incremento en el PIB superior a 3%. Sin embargo, mirando hacia 2024, se identifican cuatro factores claves que influirán en la trayectoria de crecimiento
en la región. Los cambios de administración y elecciones presidenciales, y la expectativa que generan. Los bancos centrales de la región seguirán superando a la FED y el ECB al flexibilizar la política monetaria. La tendencia de "nearshoring" especialmente en México. El fenómeno del ´niño´ golpearía con más fuerza, incrementando las presiones inflacionarias en varios países.
La economía colombiana registró un incremento de 2,2% del PIB en el primer trimestre en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, ha experimentado una desaceleración progresiva en los trimestres siguientes. La tasa de crecimiento descendió a 1,0% en el segundo trimestre, y en el tercer trimestre, se registró una contracción de 0,3%, indicando una ralentización más pronunciada. Este comportamiento se sustenta en diversos factores, siendo uno de los principales la disminución gradual de la inflación. Como consecuencia de esta tendencia, el consumo interno permanece en una fase contractiva, lo que resulta en una dinámica productiva débil. Las previsiones para la evolución económica del próximo año oscilan entre 1,4% y 2,7%, lo que agrega una capa adicional de complejidad a este panorama desafiante.
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En los 11 meses de 2024 se registraron casi 730.000 motocicletas, lo que reveló un crecimiento de 18,01% frente al mismo periodo en 2023
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