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La socia líder de Sostenibilidad de la firma BDO en Colombia, Paula Giraldo, plantea los desafíos de las empresas para contribuir al desarrollo sostenible
En medio de la incertidumbre económica que vive el mundo en el 2023, en lo que hay mayor consenso es en la importancia de seguir promoviendo el desarrollo empresarial de los países. Para eso, la visión estratégica de la sostenibilidad es indispensable, así lo plantea la socia líder de Sostenibilidad de la firma BDO en Colombia, Paula Giraldo.
¿Cuáles fueron los principales desafíos de las empresas para apostarle a la sostenibilidad en 2022?
El conocimiento sigue siendo un reto. Aunque hoy hay más información disponible en redes sociales y otras plataformas, el mundo de la sostenibilidad sigue siendo desconocido para medianas y pequeñas empresas, las cuales representan el mayor porcentaje del sector productivo.
Otro reto, sobre todo para las pymes, es el del recurso humano a la hora de trabajar en temas de sostenibilidad. Muchas empresas creen que deben crear un área específica con un equipo exclusivamente destinado a abordar estos temas y no siempre es necesario para iniciar este camino.
El tercer reto tiene que ver con la alta dirección. Es fundamental que los accionistas y directivos del C-level asuman el compromiso de trabajar en sostenibilidad desde la estrategia misma de la organización para que esa misma visión pueda replicarse a otros niveles de las compañías y exista un direccionamiento claro al respecto.
¿Cuáles han sido los principales avances normativos en relación con la sostenibilidad?
A nivel nacional y regional, los avances legales en relación con la sostenibilidad corporativa no son tan significativos aún. Sin embargo, cada vez empezamos a ver más normas que le apuntan a la sostenibilidad en alguno de sus ámbitos, así como el Decreto Único Reglamentario del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible (Decreto 1076 de 2015) se encarga de recoger la normatividad relevante respecto al desarrollo sostenible.
Además del Decreto Único Reglamentario, existe normatividad que promueve buenas prácticas y resultados tangibles a grupos de interés. Por ejemplo, la industria de oil & gas tiene regulación estricta que incluye licencias a nivel nacional, como la que establece el Decreto 1076 de 2015 que debe ser otorgada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Sin embargo, no es la única, también hay obligatoriedad de contar con licencias locales. Así mismo, las empresas de este sector deben realizar inversión social en las zonas en las que tienen influencia y aquellas que generen un deterioro grave a los recursos naturales renovables o al medio ambiente deben realizar compensaciones ambientales e inversiones forzosas del 1 %, de acuerdo con la ley 99 de 1993.
Por otro lado, con la promulgación de la ley 1901 de 2018 fueron creadas las empresas que tienen condición BIC (Beneficio de interés colectivo) con el propósito de promover la responsabilidad social corporativa y contribuir a la protección del medio ambiente. Existen varias autoridades a cargo de vigilar el cumplimiento de los estándares que las empresas que tienen condición BIC. En primer lugar, está la Superintendencia de Sociedades, luego está el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y las entidades territoriales que cumplan sus funciones, el Ministerio del Trabajo o los Inspectores del Trabajo, el Ministerio de Interior y los entes de control en los territorios donde la sociedad desarrolle sus actividades.
Hay otras disposiciones normativas que regulan otros mercados, como la Ley 2232 de 2022 que hace referencia a la prohibición de plásticos de un solo uso, es decir, aquellos que fueron fabricados con ese propósito: ser usados por una única vez así el usuario tenga la intención de hacerlo, por ejemplo, las botellas de plástico PET. Esta ley, que por ahora es general, está dirigida a los importadores y productores, en principio, pero si los productores nacionales exportan estos productos y los venden en el mercado internacional no están sujetos a la prohibición. Sin embargo, si los comercializan a nivel nacional, la ley sí los cobija. Hay que tener en cuenta que la misma ley establece algunas excepciones a la prohibición y, de todos modos, para quienes aplica el cumplimiento es escalonado. Por ejemplo, la producción de las botellas PET de agua potable tratada que se pongan en el mercado tendrá que ser al año 2025 con mínimo el 50 % de materia prima reciclada nacional. Estas metas de aprovechamiento llegan a su mayor nivel de exigencia en 2040.
Respecto al Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo, las políticas deberían estar encaminadas al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que propone la Organización Internacional del Trabajo. En Colombia se reguló a través del Decreto 2080 de 2015 con el que se creó la Comisión Interinstitucional de Alto Nivel para el alistamiento y la efectiva implementación de la Agenda de Desarrollo Post 2015 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS.
Otra ley relevante es la 2173 de 2021 la cual establece que todas las medianas y grandes empresas debidamente registradas en Colombia deben desarrollar un programa de plantación de árboles ciertas áreas establecidas por la misma ley. Esta medida tiene el propósito de que sea incorporada a las medidas de gestión ambiental adoptadas por las empresas y deben plantar al menos dos árboles para cada uno de sus empleados.
Estas disposiciones normativas generan un marco jurídico para impactar a diferentes grupos de interés y aportar al desarrollo sostenible.
Ustedes crearon el Centro de Sostenibilidad Corporativa de BDO. ¿A qué le apuntan con esa iniciativa?
El nuestro es un centro de conocimiento, pensamiento e innovación. Lo que buscamos es generar escenarios de encuentro entre diferentes actores de la sociedad, sector público, educativo y empresarial para ampliar la comprensión de temas afines a la sostenibilidad y para que compartan sus experiencias y buenas prácticas. Buscamos generar conversaciones valiosas sobre cómo aportar al cumplimento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y a los principios del Pacto Global desde las organizaciones y transferir conocimiento a las empresas que hasta ahora están dando los primeros pasos. Creemos que esa es la mejor forma de construir país.
Mencionó la regulación de las sociedades BIC y justo BDO en Colombia anunció recientemente que ya cuenta con esa condición. ¿Por qué es importante para ustedes?
Queremos ser coherentes entre los estándares con los que asesoramos a nuestros clientes y lo que somos nosotros como organización. En ese sentido, qué mejor forma de poder brindar una consultoría efectiva que hacerlo desde nuestra propia experiencia, compartiendo nuestros retos y cómo los superamos. Por esa razón le damos muchísima importancia a las cinco dimensiones: gobierno corporativo, prácticas laborales, medio ambiente, prácticas con la comunidad (Responsabilidad Social Corporativa) y modelo de negocio, que se refiere a todo el sistema de compras y que busca impactar positivamente a empresas proveedoras que, por ejemplo, apoyan a población vulnerable.
Hay alertas sobre el comportamiento de la economía en 2023. ¿Cómo apostarle a la sostenibilidad en un panorama incierto?
Las empresas deben convencerse de que apostarle a crear estrategias de sostenibilidad medibles y efectivas hará que las mismas organizaciones sean perdurables en el tiempo. Si no se identifican los riesgos y las oportunidades, y se gestionan adecuadamente, eso impacta directamente el modelo de negocio. Un ejemplo es que los clientes y consumidores finales cada vez se fijan más en cómo las empresas están impactando a todos sus grupos de interés; además, en lo relacionado con la atracción y retención de talento, cada vez más jóvenes deciden trabajar con compañías que tienen un propósito más allá de la generación de valor económico.
Tras la evolución de su Centro de Sostenibilidad Corporativa y convertirse en una empresa BIC (Beneficio de interés colectivo), BDO en Colombia seguirá consolidándose en 2023 como una de las consultoras más relevantes a la hora de acompañar a las organizaciones, de todos los tamaños y sectores, a desarrollar su estrategia de sostenibilidad e identificar, medir y gestionar oportunamente sus impactos.
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