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El convenio entre países daba un trato preferencial a importaciones de vehículos, MinComercio reclama un desbalance comercial
Tras la confirmación de parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, liderado por Luis Carlos Reyes, sobre las intenciones de frenar las preferencias arancelarias que Colombia tiene con Brasil para la importación de vehículos que se ensamblan en el vecino país, los gremios del sector rechazaron la iniciativa ante las dudas del futuro de la industria automotriz y el precio de los nuevos vehículos que vengan de ese mercado.
Aunque el jefe de cartera explicó que el propósito de dicha terminación se centra en el fortalecimiento de la industria nacional, distintas voces del sector automotriz expresaron su preocupación frente a los nuevos costos de importación de vehículos y, por consiguiente, el impacto que tendrá en el precio final para el consumidor.
Colombia y Brasil suscribieron desde julio de 2017 el Acuerdo de Complementación Económica 72 en el que se da un trato preferencial a la importación de vehículos que se ensamblan en Brasil y se importan a Colombia y viceversa.
Con el entendimiento, se acordó otorgar recíprocamente una preferencia arancelaria de 100% a la importación de un cupo definido. Para el caso de Brasil, se determinó un sistema incremental de cotas de importación con cupo de 12.000 unidades en el primer año (2017) hasta 50.000 de 2019 en adelante.
Estas cotas de importación dependen del valor del contenido regional (VCR), es decir, del porcentaje de producción de un vehículo en los países de origen de exportación. En 2017, un VCR brasileño de 35% daba un cupo para 3.000 unidades mientras que uno de 50% otorgaba 9.000 cupos; desde 2019, estos aumentaron a 5.000 y 45.000 unidades, respectivamente.
Con este acuerdo, Brasil ha alcanzado cifras récord en cuanto a la exportación de vehículos al país y se ha convertido en el principal jugador del mercado con 69% de participación en el total de importaciones. Entre las marcas que se contemplaron en el momento de la elaboración del acuerdo se incluyó a Volkswagen, General Motors, Renault, Fiat, Honda, Toyota, Peugeot y Hyundai.
Sin embargo, el MinComercio expresó que una de las razones detrás de la salida del acuerdo es que Colombia no ha hecho uso de los cupos de exportación a Brasil, entre otras cosas, por las altas exigencias técnicas de ese mercado; según el gabinete, es allí donde reside el desbalance.
Una de las primeras voces que mostró su preocupación frente al anuncio fue Aconauto, el gremio de los concesionarios de automóviles. De acuerdo con la agremiación, esta medida afectará al mercado automotriz, (que en 2023 cerró con una reducción de 38,8% en el número de matrículas nuevas con corte en noviembre) en tanto que se restringiría el libre acceso del consumidor al mercado y se afectaría la comercialización de otros bienes y servicios.
“El efecto de esta medida afecta seriamente a marcas como Renault, Chevrolet, VW, Ford, Fiat y Toyota, entre otras, y sus concesionarios, dado que se abastecen de esos orígenes, tanto en la modalidad CKD como CBU”, afirmó Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de Aconauto.
La Asociación de Movilidad Sostenible, Andemos, también rechazó la decisión del MinComercio al considerar que estas medidas proteccionistas “llevarán al país a tener un esquema de desarrollo industrial obsoleto” y a dificultar la renovación del parque automotor del país.
Uno de los actores con mayor interés en el destino del acuerdo entre ambos países es Renault Sofasa. La casa matriz, que opera tanto en Colombia como en Brasil (allí se ubica la planta más grande de la marca en la región) tiene objetivos orientados tanto a la importación como en la exportación de vehículos, por lo que la decisión le afecta en ambos sentidos.
Ariel Montenegro, director general de Renault - Sofasa, dijo que esta medida afectará en mayor medida a los importadores, pero se mostró cauteloso frente al efecto positivo que tendrá la decisión en la industria local. “Como importadores, seguro que nos afectará pero desde la perspectiva industrial, los efectos no se verán en un corto plazo, somos una industria con efectos a término largo”.
A pesar de ello, Montenegro también es optimista frente al futuro, al mediano y largo plazo desde la perspectiva del inversionista extranjero en el país. “La revisión de volúmenes y de qué no está funcionando en la industria, incluyendo a Sofasa y tomando como referencia a Colmotores, es coherente con lo que buscaría un inversionista extranjero”, concluyó el director.
Finalmente, Aconauto recomendó una eliminación del impuesto al consumo y reducir el IVA, ya que, aunque afirmaron que el incremento en el precio final de los vehículos solo se vería reflejado hasta 2o26, prevén que ese será el camino que los precios tomarán.
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