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Compañías como Biofix, Allcot y Cataruben se encargan de desarrollar proyectos ambientales que buscan ser certificados para comercializarlos como créditos
En Colombia existe un modelo de negocio que busca ayudar a las empresas a compensar su huella de carbono, con el fin de ayudarlas en su meta de ser carbono neutro.
Particularmente, el mercado de lo bonos de carbono funcionan bajo el método de pagos por beneficios. Una empresa, responsable de emitir CO2, contrata una firma con el fin de que esta busque el desarrollo de un proyecto medioambiental que reduzca, entre otras cosas, los Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Las empresas que se dedican a prestar esos servicios en Colombia se dividen en dos: las que desarrollan los proyectos ambientales y las que certifican y posteriormente emiten los bonos de carbono.
Entre los jugadores desarrolladores se encuentran compañías como Cataruben, Biofix, + Verde y Allcot; mientras que en el mercado de certificadoras están nombres como Cecarbono y Verra.
Empresas como Allcot, que tiene presencia en Colombia desde 2009, se enfoca en desarrollar proyectos de reducción de emisiones que generen certificados de carbono y en prestar consultoría especializada en sostenibilidad y cambio climático para ayudar a proyectos, empresas y gobiernos a cumplir con sus metas de descarbonización y contribución con el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
Según las empresas, todo esto es posible en Colombia gracias a que Finalmente, las presiones y estímulos impuestos por el gobierno a través del impuesto del carbono y legislaciones afines promueven el apoyo a las actividades de conservación y el interés de las empresas por compensar y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Por el lado de Biofix, otra desarrolladora, esta comercializa bonos de carbono provenientes de proyectos forestales, específicamente de proyectos Redd+ (Reducción de Emisiones causadas por Deforestación y
Degradación Forestal). En este marco, debemos tener en cuenta que su enfoque es ser un
incentivo económico hacia la conservación y hacia las emisiones evitadas a la atmósfera.
Las empresas pueden hacer sus compensaciones de manera voluntaria, de tal manera que esta se alinee con su estrategia de responsabilidad social o por no causación del impuesto al carbono, como un incentivo al financiamiento climático.
Pero, en sí, ¿cómo funcionan? Según Biofix, las empresas calculan su número de emisiones y de acuerdo con el cálculo realizado de sus emisiones, definen el número de bonos a compensar. Cuando una empresa tiene clara la cantidad de emisiones generadas por su actividad industrial y operativa, entonces recurre a la compra de certificados de bonos o créditos de carbono, que les permite compensar las emisiones generadas, aportando con su compra a la conservación de bosques y al financiamiento de comunidades de territorios colectivos.
La certificadora Cecarbono explicó que se encargan de establecer en su protocolo y en los documentos normativos todas las etapas y procedimientos que se deben realizar y cumplir hasta la emisión de los créditos, incluyendo el actor del mercado al que se le asigna cada etapa.
Otras como Verra desarrollan y gestionan normas que son aplicables a nivel mundial y promueve acciones en una amplia gama de sectores y actividades. "Las normas y los programas de Verra gozan de la confianza de un amplio abanico de partes interesadas, ofrecen soluciones innovadoras a los problemas medioambientales y sociales, y actúan en favor de las personas y del planeta apoyando proyectos y actividades que aportan una serie de beneficios a las comunidades y a los entornos que las rodean".
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