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Los trabajadores pedían vinculación directa con el Ingenio para mejorar sus condiciones laborales. Y aunque esto en esencia no se logró, los corteros aceptaron la iniciativa de la creación de empresas filiales que tendrán participación accionaria del Ingenio Risaralda y que los contratará de manera formal y a término indefinido.
“Son filiales especializadas en el corte de caña y serán administradas y operadas por un tercero. La idea es vincular entre 800 y 900 personas que son las que están en campo”, sostuvo el gerente del Ingenio Risaralda, César Augusto Arango, quien reiteró que la contratación directa con la firma no es posible, porque no está el corte de caña dentro del objeto social de la compañía.
Los líderes de los corteros se mostraron satisfechos con el acuerdo logrado y dijeron que esperan tener esa vinculación con estas empresas en unos dos meses y medio. También señalaron que a partir del lunes reinician sus labores en el campo.
Arango indicó que en la mañana del jueves arrancaron producción con el primer turno para normalizar las actividades y hacer despachos con lo que había en bodega. Hay acumuladas unas 6.000 toneladas para moler.
Los tres días de parálisis que tuvo el Ingenio, porque los corteros se tomaron la fábrica, le pudieron representar a la empresa alrededor de $1.000 millones en pérdidas por despachos y producción dejados de mover tanto en azúcar como en alcohol carburante. El Ingenio produce diariamente unos 100.000 litros de alcohol diarios y según Arango se dejaron de despachar alrededor de 45.000 quintales.
“Las pérdidas totales se están evaluando. Para ellos ya hay técnicos en la empresa y también solicitamos ayuda a la autoridad para hacer las investigaciones.
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