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Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, afirmó que la reforma tributaria es innecesaria, crea incertidumbre y elimina los incentivos a la formalización
El comercio, uno de los tres renglones económicos más fuertes para la economía nacional, completó en agosto 18 meses con ventas estancadas o con variación negativa.
Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, tiene un diagnóstico para el frenón generalizado en la actividad productiva: la incertidumbre.
Desde su óptica hay síntomas muy claros que evidencian la desconfianza entre hogares y empresas. En Inside LR, también cuestionó los proyectos de reforma laboral y tributaria que cursan en el Congreso y aseguró que están generando más desconfianza.
Los comerciantes reportaron ventas estancadas o contraídas en agosto, ¿qué impresiones hay al respecto?
Hace dos años, por esta época en 2022, el comercio crecía un ritmo de 15,4% y cerró ese año con un crecimiento de 10,2%. Ya en 2023 el sector se contrajo y cayó 6,5% y en lo que va corrido de 2024 está cayendo 5,2%, completamos 18 meses consecutivos donde las ventas fueron inferiores a su mes equivalente del año anterior.
El Dane no ha entregado cifras oficiales, pero nosotros con nuestra Bitácora Económica le medimos el pulso mes a mes al comercio y, para agosto, 76% de los empresarios disminuyeron o vieron estancadas sus ventas.
¿Qué tanto pesó el comercio para el Producto Interno Bruto del país entre enero y junio?
El comercio tradicionalmente ha aportado entre 13% y 17% al PIB y lamentablemente, como decía, el desempeño en el primer semestre fue negativo con una caída de 5,2%.
Yo creo que vale la pena señalar por qué es tan importante el comercio: cerca de 31,5% del empleo en el país se genera en el clúster del comercio, que está compuesto por establecimientos, alojamiento, restaurantes, transporte y logística y reparación de vehículos.
La inversión privada también se ha contraído, ¿qué perspectivas tienen en Fenalco sobre este tópico?
La inversión general, en lo corrido de este año, ha caído 16% y cuando uno analiza lo que ha pasado con la Inversión Extranjera Directa, IED, en agosto cayó más de 30,8% y en lo corrido del año ha mermado 22%.
Eso contrasta con la inversión de los colombianos en el exterior: según el Banco de la República, en el primer semestre de este año, esa inversión totalizó US$2.142 millones y creció 400% anual. Esto es muy preocupante porque no están llegando lo extranjeros a invertir y los colombianos están invirtiendo afuera.
Desde el gremios han enfatizado en que hay incertidumbre, ¿cómo ven esos fundamentales que inciden en el ritmo de la economía?
La reforma laboral y el nuevo proyecto de tributaria generan una incertidumbre enorme porque perjudican a las empresas, especialmente a las micro, pequeñas y medianas.
Con ese panorama, pues no hay seguridad jurídica para la inversión extranjera y la inversión nacional se espanta. Y obviamente, está la incertidumbre frente a cómo se comportará el Congreso con la presentación del proyecto de Presupuesto General de la Nación, que está desbalanceado y eso genera señales negativas para los mercados externos.
“Una nueva tributaria es inconveniente. El presupuesto de 2025 está desfinanciado y debe recortaste en $26,6 billones. Se requiere más austeridad y eficiencia”.
La incertidumbre y la desconfianza, lamentablemente, son los parámetros que hoy rigen a la economía colombiana. Y la reforma tributaria es innecesaria, lo que ha debido hacer el Gobierno es ajustarse el cinturón y no gastar innecesariamente como está gastando.
Hay que disminuir el déficit presupuestal de $12 billones que es lo que está justificando hacer la reforma tributaria, y en vez de aprobar un presupuesto por $523 billones, aprobarlo por $511 billones. La reforma es innecesaria, si usted mira, los recursos para inversión social merman 17%, pero los de funcionamiento crecen más de 7%.
Pero la reforma tributaria propone bajar la tasa de renta corporativa, ¿eso no serviría como estímulo?
La gente se confunde porque cree que va a pagar menos impuestos, pero cuando mira el conjunto de la reforma, los efectos son muy nocivos.
Por ejemplo, el Gobierno quiere acabar con el Régimen Simple de Tributación, que es la puerta de entrada a la formalización para pequeñas empresas y personas naturales.
Entonces, por un lado, el Gobierno predica apoyo a la economía popular, pero por otro, no incita a la formalización que es el camino correcto para todas las empresas, por eso el Régimen Simple establece una carga tributaria diferencial.
Otros ejemplos: el Gobierno dice que quiere descarbonizar la economía, pero propone aumentar el IVA a los carros híbridos de 5% a 19%. Y con el impuesto al carbono, se triplica el valor del combustible de avión, que pesa 35% en los costos totales de la aviación, y eso al final es un impuesto al turista.
Finalmente, ¿qué efectos esperan con la reforma laboral?
La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, reconoció que no está pensada para generar empleo ni formalidad. Compartimos las cifras del Banco de la República y de Fedesarrollo, esta reforma destruiría más de 450.000 empleos porque el incremento de costos puede ir entre 18% y 34%, dependiendo del tamaño de la empresa.
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