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América Latina representa más de 20% de las operaciones de Corteva, que ayer empezó a cotizar en Wall Street como independiente luego de la fusión entre Dow y DuPont
A las 9:30 a.m. del lunes 3 de junio la espera de quienes idearon la fusión entre Dow y DuPont terminó. Con el sonido de la campana de Wall Street nació oficialmente la compañía independiente Corteva Agriscience.
La empresa es una de las líderes del negocio agroindustrial, con divisiones de semillas y herbicidas en más de 140 países, al que se le sumará una tercera: agricultura digital, que busca hacer más eficiente la producción.
Alejandro Muñoz, presidente para América Latina, explicó los planes para Colombia y la región tras su debut en la bolsa.
¿Cuánto representa la operación en América Latina para Corteva?
Es un poco más de 20%. Allí está la parte Mesoandina, que une México, Centroamérica, El Caribe, Colombia, Perú, Venezuela y Ecuador, que nos ayuda a servir muchos segmentos y representa 25% del total. El mismo porcentaje lo tienen los países del cono Sur y Brasil con 50%.
¿Cuáles son las innovaciones que llegarán en semillas?
Para Colombia, y la región Mesoandina, traeremos algunos maíces que desarrollamos que se llaman ‘Aquamax’, que hacen más eficiente el uso del agua, pues sirve para zonas donde no hay riego o hay temporales, entonces nos ayuda a hacer el cultivo más predecible. También estamos trayendo herbicidas para cultivos de arroz como ‘Rinskor’ y esperamos la aprobación para que entre al mercado.
Ustedes tienen varios adelantos en agricultura digital, ¿cómo desarrollarlo en países como Colombia que tienen deficiencias en conectividad?
La última milla de conexión es la parte complicada. Lo que nos hace falta a empresas como la nuestra es que haya mecanismos fáciles para entregar la información. Pensamos que los agricultores puedan usar satélites y drones que con inteligencia artificial les alerten a los cafeteros o ganaderos si está iniciando una plaga. Tener una primera alerta, pedir por texto o por videollamada la ayuda de un agrónomo y tener un diagnóstico preliminar. En tres o cinco años podemos ver esta revolución.
¿Y cómo combatir la falta de acceso al crédito?
Esta es una parte compleja y trato de dedicarle mucho tiempo. El problema es que el agricultor no tiene acceso al crédito fácil y barato. Tenemos algunos mecanismos por país, pero no es masivo. El crédito rural es limitado, y debemos hacer colaboraciones para afrontar este tema de forma conjunta.
¿Qué opinan de una eventual reforma agraria en Colombia?
Nosotros no compramos tierras. La pregunta debería ser hecha a los agricultores, si se les permite hacer inversiones, y con base en eso saber en qué parte del debate se da. Los agricultores buscan rentabilidad y sostenibilidad, entonces no pueden arriesgarse por los costos a tener productos erráticos.
El panorama del posconflicto
Tras la firma del acuerdo de paz, quedaron disponibles tierras que antes ocupaban grupo armados. Al respecto, Muñoz comentó que “debemos hacer parte de ese proceso de paz y posconflicto. Tenemos que estar en condiciones especiales para poner a producir más y elevar el nivel de tierras que producen. Así que estamos diseñando nuevos proyectos y van a ver el logotipo de Corteva en lugares que están viviendo la paz, y sentimos que darle sostenibilidad a la paz es que los agricultores tengan acceso a tecnologías a través de su trabajo diario”.
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