“Empresas y fondos ven en la institucionalidad un seguro para invertir durante crisis”

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En el marco del Congreso Colombiano de la Construcción 2022, organizado por el gremio del sector, Camacol, el desarrollo de la industria en términos de bienestar, hábitat y sostenibilidad fue el protagonista. Sin embargo, las tasas de interés, la inflación y una recesión son desafíos que afronta para su crecimiento

Al respecto, Irwin Perret, presidente de la Confederation of International Contractors Associations, considera que gravar las empresas en un momento de crisis como el actual es un error, y dijo que las empresas y fondos ven en la institucionalidad un seguro para invertir.

¿Cómo se ha comportado el sector de la construcción después de la pandemia?

Por la fuerte presión de subsidios que se hizo durante la pandemia, hubo una inyección de mucho dinero dentro de las economías de muchos países, principalmente de Estados Unidos. Esto ha hecho que la inflación de ese país se dispare y, evidentemente, nuestras finanzas son influidas por el comportamiento norteamericano. En Europa ha sido peor porque los subsidios fueron mucho más altos. Esta presión inflacionaria ha hecho que las tasas de interés suban, lo cual está influyendo en una desaceleración del sector de la construcción, sumado a un repunte en los costos de los insumos básicos para su desarrollo, generando un doble efecto: encarecimiento de la vivienda y menor acceso.

¿Cuáles serán los efectos de una recesión y la guerra?

En el caso de Ucrania, ha estado afectado en términos de precios de insumos como el hierro, aluminio y cobre, que son los productos que vienen de esa zona. Afortunadamente, dichas cifras han venido bajando gradualmente durante los últimos meses, lo cual no quiere decir que no vayan a volver a subir en medio de una crisis que todavía no se vislumbra cuándo va a terminar. En el ámbito de maquinaría y combustible, ha hecho aumentar el costo de la energía, lo que hace complicado el panorama. Para el caso de Colombia, es importante lograr las soluciones puntuales que nos permitan pasar este año y volver con el motor de la construcción. El país tiene una industria nacional fuerte de insumos, por lo que ha sabido sortear la crisis que se ha dado en las cadenas de valor alrededor del mundo.

¿Qué papel juega el país a nivel regional?
Las empresas, y en especial los fondos de inversión, han visto a Colombia como un buen destino de su capital gracias a que hay estabilidad financiera y sostenibilidad en los proyectos. Los niveles de rentabilidad a los que aspiran son cubiertos por una institucional colombiana que es muy buena para los extranjeros. Lo más importante para los años venideros es proteger la institucionalidad.

¿Está en riesgo esa institucionalidad?

En la medida en que la institucionalidad se mantenga, la confianza del inversionista extranjero va a ir en favor de la economía. En forma general, el dialogo del gremio con el Gobierno y diseñar políticas públicas conjuntas es fundamental para que la economía vaya bien, lo cual, al final, redunda en que haya más bienestar.

¿El hecho de que se ponga a pagar más a las empresas no termina afectando la economía?

En este momento de crisis, esa decisión es un error y se puede dejar para después de que pase la coyuntura.

¿Y el efecto de la devaluación del peso colombiano?

Eso se podría revertir si el mensaje gira en torno a las instituciones.

¿Cómo incorporar la tecnología?

La construcción ha sido la más tardía en ir incorporando temas de innovación en lo que otros países como Israel y EE.UU. se han ido metiendo. Se puede avanzar en temas de modularización a través de baños e inmuebles prefabricados. A esto se suma un desafío generacional creciente a nivel global.