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Colombia solo recicla 11% de los residuos aprovechables. Sin embargo Cempre cree que puede estar por encima, ya que gran parte no se registra por brechas tecnológicas
En Colombia se está gestionando un proyecto llamado Pacto por el plástico. Compromiso Empresarial para el Reciclaje es una de las organizaciones que está liderando esta iniciativa, la cual busca disminuir el porcentaje de residuos plásticos en Colombia. Laura Reyes, directora ejecutiva de Cempre, revela cómo la organización le está apostando al reciclaje con inversiones que generen impactos positivos, medibles y con retornos.
¿Cuál es el modelo de negocio de Cempre?
En 2009 iniciamos con un enfoque de fortalecimiento de los esquemas municipales de aprovechamiento. La base son recicladores de oficio y durante estos 13 años hemos venido trabajando en la construcción de metodologías de datos en el aprendizaje para crear alianzas y tener resultados más eficientes. El objetivo es impactar de manera positiva el desarrollo económico y como organización mirar las acciones colectivas con dos objetivos.
¿Cómo está Colombia frente a Latinoamérica?
Colombia lidera de lejos, las estrategias y la política pública. Estamos en 11% del reciclaje, pero hay un representante de informalidad de las calles, no todo lo que se recicla se registra, porque hay unas brechas tecnológicas, tanto empresariales como laborales. Somos ejemplo a seguir para todos los países de América Latina. En términos de política pública se ha habilitado el ejercicio del reciclado, que hace parte del servicio público. Tenemos la responsabilidad extendida del producto y por eso llega el Pacto del Plástico, que vamos a liderar en Cempre.
¿Qué se está haciendo para articular acciones en los territorios?
Estamos implementando conocimiento para construir la capacidad instalada y consolidar una línea base que permita medir el reciclaje, sin embargo, es un reto la informalidad, porque hoy el país está muy desconectado, mientras las cifras de aprovechamiento crecen también aumentan las del relleno. La idea es apuntar a las metas de reducción de cambio climático.
¿De cuánto será la inversión para cumplir con los objetivos deseados?
En las iniciativas de generación de conocimiento necesitamos adecuar las principales necesidades de la población reciclada en términos de calidad de vida o dignificación. Muchos de ellos sobreviven con menos de $50.000 a la semana. Debemos desarrollar iniciativas colectivas para el trabajo y el desarrollo de infraestructura y hacer incidencia en el conocimiento sobre consumos. Hemos trabajado 180 millones de toneladas de residuos en alianza con empresas.
Cempre no recibe fondos públicos, ¿cuáles son las fuentes de financiación con las que cuentan?
Sí articulamos en lo público y recibimos apoyo de organizaciones internacionales.
¿Cómo se ven las ganancias de Cempre?
Nosotros generamos impactos, pero como organización no tenemos ganancias. Hemos crecido desde 2018 hasta ahora en casi un 250% que son inversiones que se reflejan en la mejora de la producción del país, que se debe ver en la capacidad de establecer donde hay necesidades, cómo se puede invertir. Hoy estamos viendo resultados en la reducción del COP26. Históricamente hemos dejado de emitir 801.292 toneladas que se han dejado de emitir. Esperamos haber generado tres nuevos productos de conocimiento, en un 30%, en términos de reutilización, así como con los públicos y una propuesta de articulación del sistema de aseo con el privado.
¿Qué oportunidades les abre el Pacto por el plástico?
Nos permite trabajar en otras líneas de la economía circular como el eco de diseño, la reutilización, el consumo y la logística inversa. También a promover para el ciudadano mejores iniciativas distintas de consumo. Hay proyectos que suman US$3 millones para mejorar las cadenas; la clave es saber invertir de manera organizada.
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