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La empresa Fura Gems llegó a Colombia en 2018 para extraer esmeraldas y organizó una gran subasta de esta piedra preciosa en la que hubo más de 114.000 quilates
Desde el pasado 12 de marzo y hasta el 19 se llevó a cabo una subasta de esmeraldas en Bogotá en la que había oferta de más de 114.000 quilates de esta piedra preciosa. Este fue un evento sin precedentes en el país y fue convocado por Fura Gems. LR habló con Dev Shetty, presidente y CEO de la empresa, sobre la operación en Boyacá y sus planes.
¿Qué es Fura Gems y cómo llegó al país?
Fura está asentada en Dubái y tiene operación en Colombia, donde extraemos esmeraldas y en Mozambique donde extraemos rubíes. En Madagascar, donde exploramos para buscar zafiros y en Australia tenemos una mina operativa de zafiro.
Colombia tiene un lugar especial en mi corazón, porque es donde primero puse mis pies como Fura. Es nuestro primer activo. Creemos que la mina en Coscuez tiene una oportunidad para ser la siguiente gran historia en la industria de gemas de color.
Cuando llegamos en 2018, era una mina de pequeña escala, muy artesanal y tenía casi cero empleos formales. De eso pasamos a 500 empleos directos y que impactan 6.000 miembros de la comunidad. Ahora somos la principal fuente de ingresos para la comunidad de San Pablo de Borbur. En los últimos dos años hemos invertido cerca de US$2,2 millones en proyectos sociales.
Cuando Fura se formó como negocio tuvimos tres focos: empleos, comunidad y sostenibilidad. Si somos capaces de mantener estos pilares el resto es nuestro trabajo. Sabemos cómo extraer y cómo vender.
¿Cómo fue la operación en medio de la pandemia?
En medio de la pandemia fuimos capaces de mantenernos en nuestro pilares, cuando la mina estuvo cerrada por casi seis meses y no hicimos despidos, no redujimos salarios a todos y mantuvimos nuestros proyectos sociales. Una cosa que me alegra decir es que nos apegamos a lo que decimos, a nivel global el efecto fue el mismo. La comunidad fue protegida al máximo que pudimos, no somos el Estado, pero en pandemia intentamos cubrir lo más que pudimos.
Cuando llegamos invertimos mucho en tecnología, geología y en salud y seguridad y creo que la mina tiene más de 125 años de recursos. En octubre nos extenderán la licencia por otros 30 años.
Llegaron en 2018 ¿cuándo empezaron a producir?
Cuando llegamos lo que quisimos fue hacer la mina segura. Tuvimos una pequeña primera producción en junio de 2018, pero la producción significativa empezó después de octubre de 2019 y duró hasta febrero. Ahora tenemos la capacidad de extraer 200.000 toneladas de material estéril. Será una mina completamente mecánica y esperamos que en los próximos años podamos llegar a 300.000 toneladas. Creo que en empleo directo vamos a escalar a 750 en los próximos dos años. Invertimos US$60 millones en preparar la operación. Creemos que si mantenemos escalando la operación, invertiremos significativamente esta cifra.
¿Cuántas regalías le han dejado al país?
Creo que dijimos al gobierno que pagamos 1,5% del ingreso. A diferencia de otros sectores de la minería, el precio de las esmeraldas sale de las subastas.
Como decía este es un mercado artesanal ¿cómo es ingresar a un país así ?
Es muy emocionante, me gustan los retos. Hemos ido a países en los que otros no quieren ir. Nosotros sabemos cómo llegar a un sector informal y formalizarlo. Nos alegra integrar la comunidad a la compañía. Esto lo digo porque 95% de nuestros trabajadores son colombianos y 80% de la comunidad local. Pero esto es un proceso que toma tiempo. La gente cree que cuando uno dice tradicional es que la gente no sabe, pero ellos tienen mucha experiencia. De conducir carritos a camiones, el cambio les tomó tres meses y ahora usan jambos. Aparte del talento, hay ganas por parte de la comunidad de ser parte de esto. No diré que es fácil, pero queremos continuar porque tenemos una licencia.
¿Por qué decidieron hacer una subasta aquí en Colombia?
Tenemos que hacerlo. Porque el mejor conocimiento del mundo sobre las esmeraldas colombianas está aquí. Además, la ciencia que hay en tallar una gema es muy difícil y eso es porque hay mucha ilusión. Quiere decir que una piedra puede ser vista de 10 formas, dos artistas pueden ver la misma piedra en dos resultados distintos. Uno dirá, yo puedo hacer una joya de US$10.000 por quilate y el otro US$15.000 por quilate y ninguno estará mal. Esa ilusión viene de la experiencia y en Colombia están los mejores talladores.
Esta subasta se llevó a cabo en dos partes, del 2 al 7 de marzo fue en Dubái porque hay mucha experiencia en el tallado de esmeraldas de Zambia.
¿Cuál es el impacto de una subasta de este tipo? ¿Planean hacer otra?
Lo que estamos haciendo aquí va a ser histórico. Para nosotros la transparencia es muy importante como pilar y pues en el país estamos acostumbrados a ver una persona en el centro con cinco esmeraldas en el bolsillo. Por eso para nosotros la transparencia es importante, nosotros extraemos y vendemos en bruto. Nuestro valor agregado es nuestro sistema de calificación de la piedra en bruto que es un sistema propio, en Colombia medimos por corte, color, claridad y añadimos colección. Es decir, que es una sola compra se pueden adquirir las gemas para un set de aretes, collar y anillo de las mismas características. Con eso ahorramos tiempo al comprador que adquiere todo para una producción de cuatro meses. Esto es porque en ese tiempo volvemos a hacer otra subasta.
Estamos añadiendo más inventario. Para nuestro clientes estamos haciendo algunas cosas más, incrementar la transparencia y ética del negocio por medio del Fura Marketing Council, que fue lanzado hace unas semanas y agosto estaremos en Las Vegas haciendo un lanzamiento B2B. Todos los que ganen en la subasta serán añadidos a este consejo y vamos a contar toda la historia para que el cliente final sepa que el proceso fue limpio. Así juntamos a toda la cadena de valor. Esto es algo que no había pasado antes en la historia de Colombia.
¿Han pensado en ampliar su portafolio?
Me encantaría. Estamos buscando un par de operaciones en África. En Colombia también estamos interesados en ampliar la operación de esmeraldas. Lo más importante es que estamos añadiendo activos en los países en los que estamos.
Otras empresas del sector minero han hablado sobre una incertidumbre jurídica ¿qué han visto ustedes?
Nosotros hemos estado en países muy difíciles como Mozambique, pero aquí hemos tenido un gran apoyo del Estado. Algunos altos cargos han estado aquí viendo nuestra operación. Además pudimos extender nuestro título minero por 30 años, que es un caso raro.
¿Qué otros proyectos están trabajando?
Lanzamos la Academia de Entrenamiento de Fura en la región. Esta fue lanzada con apoyo del Sena. Esto va a ser muy importante para nosotros porque tendremos una sección dedicada únicamente a minería en la que estarán nuestros trabajadores, pero los miembros de la comunidad que quieran aprender sobre perforación, por ejemplo podrán aprender. Así mismo habrá actividades no mineras como salud y agricultura. Estamos planeando educar tantos como sea posible, para este año apuntamos a que sean 3.000 personas.
¿Tienen planes de inversión en el país?
Sí, pero lo diremos más adelante. Tenemos planes, pero no están finalizados.
¿Cuál es la diferencia de vender en bruto?
Nosotros no hacemos todo porque creemos que debemos hacer lo que sabemos hacer y nos alegra que otros actores puedan tener ingresos por las demás actividades. Somos la primera compañía en vender en bruto esta cantidad de variedad en el país. Estoy seguro que en unos años va a haber mucha más gente tallando, puliendo y vendiendo esmeraldas, ese es un impacto que creamos.
¿Cuál es la proporción de las diferentes calidades de gemas?
Nosotros siempre decimos que 20% de nuestro producto es la más alta calidad, 40% en excelente y buena calidad y el restante 40% es calidad comercial.
¿Cuál es la diferencia entre los diferentes mercados en los que trabajan?
Por ejemplo, Australia es un centro minero, allá tenemos 12 empleados que extraen, lavan y clasifican el producto, que es como 400.000 toneladas de material estéril. En Mozambique tenemos 350 personas que hacen la misma cantidad. Esto es porque en Australia hay infraestructura disponible y es más fácil hacer esto. Colombia y Mozambique están evolucionando en el sector minero. Algo que me gustaría que cambiara en este país es simplificar el proceso de importar los bienes, nosotros luchamos mucho con traer la maquinaria, toma unos tres meses en llegar y mes y medio en dejar los puertos. A veces eso nos desalienta de invertir más. Eso es algo que hablaré con el ministerio una vez termine la subasta, cómo simplificar el proceso para ayudar al sector minero, porque Colombia no es un centro minero y toda la tecnología hay que traerla de afuera.
¿Cuál es la vida útil de la mina teniendo en cuenta que tiene 400 años?
Mi tataranieta podrá venir a extraer producto de aquí. Es un recurso muy joven, pese a que tiene 400 años, la mina no ha sido explorada más allá de 10%. Nosotros invertimos mucho en años pasados en geología y sabemos que tiene ese potencial. No nos vamos a afanar, vamos a trabajar a nuestro ritmo. El mínimo de vida de esta mina es de 125 años. Por ejemplo, esta subasta tiene piedras del muestreo no de la extracción en sí.
¿Cuáles son sus expectativas para este año?
Este año esperamos al menos 200.00 quilates y estaremos felices si logramos 120.000. Para el 2022 esperamos llegar a 400.000 quilates y esto lo haremos gracias a una nueva planta de lavado que acaba de dejar el puerto y que para finales de mayo estará operando. En esta invertimos entre US$1.5 millones y US$2 millones.
Mi estimado es que para cinco años invertiremos más de US$100 millones en la operación, porque queremos superar el millón de quilates.
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