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Desde antes de pandemia, Marsanti, una compañía familiar de 30 años, trajo a Colombia la marca que viste a la realeza británica
Hace 130 años, en 1894, nacía Barbour, una de las marcas más tradicionales de ropa del mundo, en el Market Place de South Shields, en Reino Unido. No solo ha permanecido durante cinco generaciones en la misma familia, sino que tiene presencia en más de 55 países de todo el mundo, incluidos el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Holanda, Austria, así como Colombia.
Al principio, la marca estaba pensada para pescadores y cazadores, pero fue hasta 1917 que Malcolm Barbour, hijo del fundador, creó el primer catálogo de venta por correo, con pedidos internacionales procedentes de países como Chile, Sudáfrica y Hong Kong.
Poco a poco adquirieron gran popularidad e incluso se volvieron la marca de chaquetas preferida por la realeza británica. En 1957 se trasladaron a Simonside Trading Estate, en las afueras de South Shields, y construyeron una planta de fabricación, lo que les permitió que, tras 63 años como minorista, se convirtieran en fabricantes y comercializadores.
La realeza británica era fanática a la pesca y cacería, por lo que eran clientes concurrentes de la marca, y en 1974, el Príncipe Felipe de Edimburgo le otorgó el honor de Proveedor de la Casa Real. De hecho, en junio de 1991, Margaret Barbour fue condecorada con el título de Comandante de la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la industria.
Esta marca siguió innovando y lanzó en 2014 su primera colaboración con el fabricante británico de vehículos de lujo Land Rover, llegando a diferentes mercados, entre ellos Colombia.
Poco antes de pandemia, de la mano de Marsanti, la empresa aterrizó en Colombia aún sin tener exclusividad de la marca, y fue hasta octubre del año anterior que la empresa familiar, con una presencia de más de 30 años en el mercado, se volvió el único representante legal de Barbour en el país. LR habló con Francisco González Gutiérrez, gerente general de Marsanti y cofundador de la compañía, quien señaló que en el mercado de Bogotá pueden abrirse hasta tres tiendas.
¿Cómo nació Marsanti? ¿Cuál es el origen de la marca?
Somos una empresa familiar dedicada a la distribución, comercio, representación y confección de textiles y prendas de vestir en Colombia, junto con accesorios. Tenemos una historia en el mercado de 30 años, con presencia en la Calle 90 con Carrera 11 A, donde pusimos nuestra tienda principal y donde quedan nuestros talleres y oficinas. Actualmente tenemos otras dos tiendas, una en la 122 con 16 y otra en el Centro Comercial Andino, que recién abrimos y es una tienda monomarca de Barbour. Nosotros creemos que Bogotá es una ciudad que puede tener tres tiendas de esta marca para su operación.
¿Qué marcas representan?
Representamos a Scabal para Colombia desde 1997, un grupo textilero europeo que elabora los paños y blazers más finos del mundo, son unos desarrolladores de textiles muy importantes, con mezclas muy especiales y exclusivas. Ellos involucran fragmentos de diamante o de oro. Trabajan con las mejores marcas del mundo como Stefano Ricci, Chanel, así como alianzas muy importantes en el cine y han vestido películas como ‘El Padrino’.
¿Cómo les ha ido con la representación de Barbour?
Barbour es una marca de mucha tradición en el mercado inglés, principalmente ellos han vestido la familia real hace muchos años. Ellos tienen el reconocimiento de la realeza, que transmiten de forma comercial a través de unos ‘escudos reales’. Por ejemplo, ellos han ostentado en sus chaquetas y en sus marquillas a la realeza; tuvieron el del duque de Edimburgo, quien ya murió y desapareció el sello; el de la Reina Elizabeth II, que irá desapareciendo; y el de Carlos, el Príncipe de Gales, aunque estamos esperando si van a a poner el de él como Carlos III, pues ya es rey de Gran Bretaña.
¿Qué líneas de moda han traído al mercado local?
Nosotros trajimos todo el portafolio, el cual hemos ido complementando cada vez más. No solamente las chaquetas que son tan tradicionales en esta marca, sino toda la línea completa de ellos: camisas, pantalones, accesorios, sombreros, así como la línea femenina.
Hay una cantidad de accesorios como billeteras y carteras, y la idea es, en la medida que vayamos creciendo, complementar porque ellos tienen un portafolio muy amplio, entonces quisiéramos, por ejemplo, traer la línea de mascotas.
¿Qué tanto afectó el aumento de los aranceles a la ropa importada?
Hay una disyuntiva compleja, nosotros en ese momento estábamos ya estructurando todo el tema de la apertura de la primera tienda Barbour y el aumento en los aranceles a las importaciones impactó.
Entonces sí nos afectó, pero realmente estamos en un negocio de importaciones y siempre uno tiene esa amenaza.
¿Cómo lograron la exclusividad de la marca?
Desde mediados del año pasado que ya hicimos una propuesta interesante, con un plan de desarrollo del mercado, que vamos cumpliendo incluso un poco mejor de lo presupuestado.
El contacto y la relación con ellos la hizo mi hijo Martín, quien es el gerente comercial, siempre insistiéndoles para traer la marca. Viajamos el año pasado a reunirnos con ellos y logramos hacerles un planteamiento para la apertura de esta primera tienda y ahí vamos desarrollando esa iniciativa de negocio.
En este punto, con la oferta que tenemos, se ha ido convirtiendo en un porcentaje muy alto, llegando incluso a representar hoy en día 50% de nuestras ventas totales. Nosotros creemos que eso puede mejorar en la medida que ampliemos el portafolio de la empresa.
Tomamos el riesgo y seguimos para adelante con las importaciones, y vamos bien realmente, no me puedo quejar, pues el mercado está reaccionando muy bien a pesar de que uno creería que las ventas iban a afectar en ese misma proporción en la que subieron los aranceles. Somos una empresa familiar que sigue creyendo en Colombia.
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