"Los hombres tenemos que entrar en el juego para apoyar a la inclusión de mujeres"

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Aunque históricamente han sido las mujeres quienes han tomado la bandera de la inclusión, cada vez más hombres se suman gracias a iniciativas como Proyecto H, un programa de liderazgo que busca que los hombres se unan al trabajo por la diversidad, la equidad y la inclusión.

Ya hay tres cohortes de este programa, con más de 60 embajadores H, como se les conoce a los empresarios que pasan por él. Uno de ellos es Herman Galán, presidente de Reficar, quien habló sobre la importancia de Proyecto H y el rol de los hombres en el trabajo por la diversidad, la equidad y la inclusión femenina.

Usted es uno de los hombres que forma parte de Proyecto H, ¿por qué quiso integrar esa comunidad?

Soy de la primera promoción de la H, de hace un año y medio. Quise formar parte porque hicieron una visita a la refinería del grupo de mujeres en juntas directivas. Y yo les iba a contar cómo funciona el proceso de refinación, pero las preguntas venían eran sobre qué había pasado con el escándalo de la refinería, qué pasó con el gobierno corporativo. Entonces decidí parar la presentación de cómo se hace la refinación a contarles qué había pasado con el proyecto de modernización, el laudo, etc. Y les pareció que esta charla la tenía que repetir. Y lanzaron la primera promoción de Proyecto H y me dijeron no solo vaya y cuente lo que ocurrió con el proyecto de modernización, el laudo, etc., sino forme parte de ese tema.

Y yo cuando voy, no voy absolutamente con el tema claro de equidad de género. Y me empecé a dar cuenta muy levemente de que nosotros los hombres estamos haciendo cosas que afectan a las mujeres y, lo peor, que la mayoría de esas cosas las hacemos inconscientemente. Nosotros tenemos que desaprender muchas cosas que tenemos y cuando empecé a ir al tema de Proyecto H con unos testimonios impresionantes dije, tenemos que, primero, reconocer que no lo estamos haciendo; emprender como presidente de compañía, que yo no puedo salir a dar estadísticas de cosas que realmente no están ocurriendo, porque lo que está pasando es que culturalmente no hemos decidido cambiar, y después ejecutar ese proceso de cambio. Entonces esto es de contagiar y contagiar, pero convencernos auténticamente de que hay algo que las afecta.

Es decir, ¿los hombres tienen que contagiarse de promover esa equidad de las mujeres?

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Los hombres tenemos que entender que muchas cosas no las hacemos bien. Este es el primer tema, reconocer. Y después de reconocer es, enséñenos qué es lo que hacemos mal. Y lo tercero es ponernos absolutamente en la disciplina de desaprender.

¿Qué está haciendo la Refinería de Cartagena para romper ese techo de cristal?

Hay que involucrar más a los hombres en la conversación seria y conscientemente; segundo, hay una instrucción y un tema que está empezando a funcionar que es entender que la refinería es una operación muy peligrosa. Entonces, cualquiera puede dentro de la refinería parar una operación si en su concepto es insegura. Cualquiera puede interrumpir una operación porque primero está la vida. Entonces lo que estamos haciendo es, en ese principio de primero está la vida, está también el tema de la dignidad de la persona y ahí está la equidad de género. De manera que si nosotros estamos en cualquier reunión o en cualquier foro y alguien ve que se está atentando con la equidad de género, puede interrumpir la reunión. Como si estuviéramos interrumpiendo una operación insegura, porque de alguna forma, yo lo pongo en unas palabras muy fuertes, pero así lo podemos entender, estamos ejerciendo actos de violencia contra la mujer. Eso es en lo que estamos avanzando.

¿Cómo son las cifras de inclusión femenina en la empresa?

En la Refinería de Cartagena SAS, que somos los dueños del activo, de 60 personas, 40 personas son mujeres. Y en la refinería, de 1.200 que operan la planta, tan solo 180 son mujeres.

¿Qué se puede hacer en un sector como el de combustible, que es históricamente masculino, para incluir a más mujeres?

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Lo primero que uno tiene que hacer es reconocer que la descripción de los cargos está hecha para hombres. O sea, cuando uno mira las descripciones de cargos y mira realmente cuáles son los requisitos, solo los cumplen los hombres. Lo primero es cambiar absolutamente ese tema. Segundo, convocar más mujeres a ocupar esos diferentes cargos así tengan esfuerzo físico.

Lo que hace Reliance con el tema de mujeres en minería es impresionante. O sea, la mujer es capaz de hacer trabajo físico, tan competente como lo hace el hombre. Pero independientemente de que hagamos ese tema, el tema cultural es el más importante. Porque lo que aprendí yo en todo este proceso, que sigo aprendiendo, es que lo que realmente le afecta a la mujer es que no la valoren en sus capacidades. En sus capacidades, es tan capaz como lo es el hombre y lo que uno tiene que hacer es confiar en el trabajo de la mujer.

¿Cuáles son los mayores aportes de las mujeres en las juntas directivas?

Aportan muchísimo. Yo siempre he sido abanderado de que si el mundo estuviera en manos de las mujeres, estaríamos, sin lugar a dudas, mucho mejor. Creo que es un tema de parte y parte. Yo creo que como hombres tenemos que abrirnos a que las mujeres pueden participar, yo tradicionalmente he tenido mujeres en la junta directiva y son las más incisivas, disciplinadas y absolutamente las que más retan los temas, pero creo que la mujer tiene que darse cuenta de que tiene que buscar los espacios, y que si bien tienen barreras, hay muchos hombres que tenemos que entrar en el juego para apoyarlas y empujarlas absolutamente a que tengan esos cargos. Los hombres debemos apoyar su inclusión.