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Diferentes compañías textileras colombianas como Teks, Crystal o Fabricato han ganado lugar en la industria, a pesar de la lucha con precios más altos en la producción
La salida de Coltejer fue una caída que ya se esperaba, casi como una crónica de una muerte anunciada. Luego de haber estado 105 años en el mercado como una de las textilerías más grandes del país, la empresa cerró en 2021 con una contracción de 77% en las ventas netas, pues pasó de facturar $74.815 millones en 2020 a $16.911 millones en 2021. Además, los ingresos totales se redujeron casi a la mitad, con $55.325 millones.
Ante este panorama, uno de los interrogantes gira en torno a quién pasa a ocupar el mercado que deja en esta industria. Algunas de las empresas que cuentan con una capacidad de producción similar son Fabricato, la textilería que, al igual que Coltejer, fue pioneras en el sector textil colombiano con 103 años, o Lafayette, según explica el clúster de moda de la Cámara de Comercio de Medellín.
Sin embargo, dentro de las 1.000 empresas más grandes están nombres que encabezan diferentes marcas bajo una misma jurisdicción. Por ejemplo, Manufacturas Elliot, ahora llamada Teks, está detrás de reconocidas marcas como Pat Primo, Koaj y Facol, la cual obtuvo ingresos por $988.000 millones en 2021.
“Me duele que una compañía tan importante para nuestra economía haya terminado en esa situación. En ese caso ha sido reemplazada por las importaciones y por la producción nacional. Las oportunidades del mercado no se pierden, otros las cogen. Nuestra compañía viene en un proceso sostenido de crecimiento en los últimos 30 años. Hemos cogido parte de ese mercado”, explica Guillermo Criado, gerente de textiles de Teks.
Entre las empresas textiles más grandes también se encuentra Internacional de Distribuciones de Vestuario de Moda con ingresos por $985.000 millones. Esta empresa tiene las marcas de Pacifika y Carmel. También entra a disputar este mercado Crystal, con ingresos operacionales por $828.000 millones con marcas como GEF, Punto Blanco, Baby Fresh o Galax.
“Los textiles de índigo y los tejidos planos, hacía tiempo los había dejado de hacer Coltejer. Los han ido sustituyendo otro tipo de empresas, incluyendo Fabricato, pero tenemos muchas compañías que han ido asumiendo telas más especializadas que van acorde con los requerimientos del consumidor. Fabricato tiene planta de índigo, de tejido plano y punto. Las estamos modernizando con alianzas con clientes de calidad internacional”, explica Rubén Valencia, director del Clúster Moda y Fabricación de Medellín.
“No podemos afectar a toda una industria por la ausencia de Coltejer. Hay otras empresas que tienen muy buena capacidad productiva. Sin embargo, el crecimiento de otras sociedades no se debe única y exclusivamente a la salida de Coltejer”, explicó Sebastián Díez, presidente ejecutivo de Inexmoda.
Si bien la empresa paisa estaba dejando atrás el potencial para producir denim, Colombia todavía enfrenta la ausencia de esta capacidad productiva. Desde el punto de vista de Gustavo Lenis, presidente de Fabricato, “ese espacio ha sido absorbido por el contrabando y la ilegalidad. Parte de la caída de Coltejer se puede debe a eso. El contrabando tiene 30% del mercado. Hay mucho denim que viene de Oriente, por eso la cadena productiva disminuye. Nosotros la hemos bajado a una cuarta parte”.
En Colombia, según la Cámara Colombiana de la Confección, hay un desabastecimiento de hilos, cercano a 81%. Adicionalmente se dice que el valor agregado que solamente tiene el eslabón de los hilos es de solo 2%, por esa razón competir con moda nacional es más costoso; en cambio, es más rentable traer materias primas de China”.
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