MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Miguel Rangel, presidente de Eternit, cuenta las innovaciones que tendrá la compañía en sus 80 años de operación, bajo tensiones para el negocio como la crisis en Ucrania
En vísperas a cumplir sus 80 años de operación, la compañía Eternit avanza en un proceso de reinventarse y acoplarse a nuevas tendencias, en el marco del impulso que experimenta el sector de la construcción. El grupo, que cuenta con más de 700 colaboradores directos e impacta alrededor de 4.000 empleos indirectos en su cadena de suministro, explora un nuevo sistema de construcción en seco para reducir el impacto de su operación en el medio ambiente.
¿ Cómo impactó la pandemia a Eternit?
Claramente el impacto que vivimos fue fuerte. Tuvimos que cerrar todas nuestras fábricas de un día para otro. Afortunadamente uno de los primeros sectores que se reactivaron fue el de la construcción. Hoy vendemos 14.000 toneladas de tejas al mes.
¿Y el paro nacional, cómo los afectó?
El impacto más duro fue el paro. Yumbo fue una ciudad bloqueada; nos obligó a tener cerrada la planta durante este periodo, y en esos 35 días la planta no generó producción.
¿Qué afectación sufren con la cadena de suministros?
Una de las principales materias primas que traemos es de China; los costos y la alta demanda de polímeros, nos llevaron a reaccionar con precios. La cadena logística tuvo un gran impacto y uno como empresario tiene que trabajar fuerte para asegurar que las plantas no se paren.
¿Cuántas fabricas tienen actualmente?
Tenemos una cobertura muy buena: zona centro, con la planta de Sibaté; con la planta de Yumbo cubrimos toda la parte suroccidente del país, y por último, nuestra planta de Barranquilla se encarga de toda la Costa Norte. Pero además contamos con una gran participación en Panamá; tenemos plantas en Ecuador, Bolivia, y también tenemos planta en México.
¿ Los actuales sucesos nacionales e internacionales han generado alguna afectación?
En el tema del conflicto entre Rusia y Ucrania tenemos una preocupación en que este se expanda; esto debido a que estos dos países son proveedores de madera, de ahí extraemos la celulosa para nuestros productos.
¿Qué innovaciones implementan en sus procesos?
Lo que estamos promoviendo son los sistemas de construcción en seco, con uso de agua mínimo. Cuando se habla de construcción es un 30% de desperdicio, pero con este sistema es de 2%. En temas de eficiencia y velocidad constructiva, podemos terminar un proyecto en cinco meses mientras que en el otro sistema podría ser tres veces más.
¿Cómo ha sido el proceso con las comunidades?
Eternit no solo enfoca sus esfuerzos por mejorar sus ventas sino además en brindar un apoyo a la población en situaciones de emergencias o desastres. Tras el suceso de San Andrés y Providencia la compañía quiso ayudar con la donación de casas industrializadas, pero el tema con los raizales fue muy complejo y finalmente no se puedo llevar a cabo esta iniciativa. También en la ola invernal de 2010, donde hubo inundaciones y desplazamientos, estuvimos presentes con diferentes donaciones.
¿Qué otras líneas de negocios están explorando?
Uno de los principales aspectos lo estamos realizando con unas cubiertas en polipropileno que han tenido muy buen éxito, para que entren a suplir varios modelos en zonas calientes. Estas se tratan de cubiertas de menor calor. Un elemento primordial en esta nueva línea de negocio es el polipropileno, elemento presente en los paquetes de papas fritas. Eternit toma los desechos que quedan en la elaboración de los empaques y los utiliza para la fabricación. Además, para finales de este año debe quedar montado un nuevo parque eléctrico en Sibaté, que nos ayudará con la generación de productos plásticos.
Los catálogos de estas disqueras tienen a los artistas más solicitados y las reproducciones en plataformas crecen hasta 30% en la temporada de diciembre
Rodolfo Correa, presidente de Acopi, reaccionó sobre el aumento del salario mínimo decretado por el Gobierno Nacional, el cual se situó en 9,54%
Las autoridades laborales brasileñas dijeron el miércoles que encontraron a 163 ciudadanos chinos trabajando en ese estado en una de las fábricas