"La obesidad puede aumentar hasta el doble el riesgo de muerte para las personas"

La obesidad, considerada desde 1995 como una enfermedad según la Organización Mundial de la Salud, es uno de los factores que afecta la vida de los trabajadores y la productividad laboral de aquellas personas que desempeñan cargos en empresas y entidades. Así se discutió en el Foro LR “Obesidad y productividad laboral: consecuencias y soluciones” en alianza con Novo Nordisk.

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Dando cuenta de la problemática, Miguel Omeara, experto en obesidad de la Fundación Cardioinfantil y especialista en endocrinología, expresó que existe un desbalance entre el consumo de alimentos y el gasto de energía durante la jornada laboral.“Mucha gente prefiere comerse una galleta que pesa entre 20 y 30 gramos a una pera que podría pesar hasta el triple”.

Siguiendo esta línea, Blanca Mery Sánchez, directora de Mente Sana y máster en neurociencia aplicada, apuntó que el aumento de la obesidad es inversamente proporcional con la atención de los trabajadores y agregó que es una situación que ha venido empeorando, al menos, desde hace 12 años. “Mientras la obesidad sube, la atención de las personas baja. En 2012 teníamos atención sostenida de 12 segundos, en 2020 el número se redujo hasta ocho y en 2024 el número es 3,5 segundos. Ahora las personas ‘abren una nueva ventana mental’ porque se distrae cada día más”, dijo la directora de Mente Sana.

En cuanto a la labor que ha venido desempeñando el Grupo Éxito, Juan Felipe Montoya, vicepresidente de recursos humanos, mencionó la tarea que se realiza de la mano de sus colaboradores. Desde Vida Sana, se han venido adelantando campañas de concientización para los colaboradores aunque reconoció que una alimentación saludable y una vida balanceada no puede concebirse sin considerar el contexto socioeconómico de los trabajadores ni la capacidad adquisitiva de los mismos.

“Nosotros tenemos la tarea de conocer a nuestros empleados. Conectamos la situación de cada uno de ellos desde una mirada multidimensional”, dijo.

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Montoya afirmó que la incidencia positiva de estos programas se refleja en una reducción de hasta 25% en el ausentismo laboral,así como una caída de 50% en accidentes de trabajo.

Frente a los riesgos que se desprenden de la obesidad, Miguel Omeara apuntó que padecer esta enfermedad podría aumentar hasta en cuatro veces la probabilidad de padecer de diabetes y hasta en el doble el riesgo de muerte. En cuanto a las causas que generan la obesidad se encuentran factores socioculturales, genéticos, epigenéticos e incluso de comportamiento pero preciso que los estilos de vida son el inicio del cambio.

Sumado a ello, Blanca Mery Sánchez expresó que esta enfermedad no debe tomarse a la ligera y, de padecerla, se deben tomar acciones desde momentos tempranos. “Desde hoy estamos creando el cuerpo que queremos tener en cinco, 10 años e incluso cuando tengamos 70”.

Las recomendaciones de los panelistas se centraron en la autoconciencia de la situación como primer paso para generar cambios. “Lo primero es generar conciencia, ya tenemos los datos que reflejan la realidad de la problemática”, expresó Montoya.

También reconoció las nuevas maneras de encarar esta problemática en Colombia. “Celebro la forma en que el país está abordando el tema de la obesidad, no es solo combatir el bullying o el matoneo, sino encontrar otras alternativas de solución. Si todos trabajamos y lo instalamos como un reto común, los cambios se verán”, concluyó Montoya.

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Desde una mirada empresarial, Sánchez se refirió a la importancia de contar con líderes que se involucren en el bienestar de los trabajadores.“La conversación y el feedback con los equipos abre la puerta de la transformación”.

El foro finalizó con una serie de actividades de distensión de las articulaciones, que combinaron movimientos de brazos y manos y liderado por Blanca Sánchez. La directora concluyó con un llamado a la acción desde pequeñas acciones. “El cambio comienza con pequeñas acciones, pero comienza ya”.

“Se debe trabajar la mentalidad y dejar de lado la culpa”

Blanca Mery Sánchez afirmó que una de las claves, desde la neurociencia, es trabajar en la mentalidad desde un alejamiento de la culpa porque esta ‘paraliza’. Si una persona logra bajar el lastre que deja la culpa y le da un espacio más grande a la responsabilidad, el cambio dará sus primeros pasos. La directora de Sana Mente también comentó que los mínimos de acción viables son necesarios para, más adelante, tener mejores resultados. “Trabajar con micropasos lleva a grandes transformaciones y a generar emociones expansivas”.

“La autoconciencia es el primer paso para el cambio”

Luis Felipe Montoya expresó que una de las medidas de control de la enfermedad se basa en la autoconciencia de la situación. A pesar de ello, celebró la manera en que el país está abordando esta problemática. “No solo basta con erradicar las formas de bullying y matoneo, sino que se ha vuelto toda una conversación en torno a la calidad de vida de las personas, se debe enfocar necesariamente como un tema de salud pública”. Montoya concluyó que si la sociedad trabaja de forma conjunta y lo toma como una meta común, los cambios se notarán.

“Hasta ahora nos replanteamos el tema de esta enfermedad”

Miguel Omeara resaltó que, si bien se han realizado algunos avances en términos de combatir dicha enfermedad, la sociedad aún está en la s etapas más tempranas. A pesar que desde 1995, la OMS ya reconoce a la obesidad como una enfermedad y no como una condición, las empresas y los facultativos están en etapas de diagnóstico del impacto de la obesidad. Así mismo, Omeara destacó que se han realizado avances para combatir los efectos negativos de la problemática como los etiquetados en alimentos y bebidas.