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Este proyecto de vivienda de interés social de Argos puso en vilo al futuro de la expansión de Tecnoglass con la construcción de ocho torres de apartamentos
La expansión urbana en Barranquilla prendió finalmente las alarmas de una de sus joyas empresariales: la operación de la compañía Tecnoglass.
En varias manzanas del lote Pavas Molina, en la carrera 72A entre la avenida Circunvalar y la calle 106, a aproximadamente unos 100 metros de la empresa vidriera, anunciaron la construcción de un proyecto de vivienda de interés social, VIS, de ocho filas de edificios de cinco pisos con apartamentos de 47 a 50 metros.
El proyecto, liderado por Cementos Argos, y a manos de las constructoras Prodesa y Arquitectura y Concreto, alojará a cerca de 3.000 personas.
El Estado colombiano le entregó ocho concesiones a la empresa Argos por un tiempo estipulado de 30 años. Los predios, que la compañía Tecnoglass ha adquirido a la cementera para su operación y expansión, dejan claro que su uso son únicamente para operación industrial.
El último lote adquirido por Tecnoglass, en 2021, deja por sentado en sus cláusulas que la empresa no podrá “tramitar solicitud de licencia de construcción, ni comercializar, ni iniciar obras de construcción, ni realizar cualquier trámite, gestión o proceso orientado al desarrollo de un proyecto distinto a la construcción de bodegas”.
Ahora, todo se reavivó porque, a casi 100 metros de la área de influencia de Tecnoglass y la empresa Monómeros, aparecieron vallas y banderines anunciando la venta de viviendas de interés social, VIS, en la zona industrial, que ahora tiene el uso habilitado de carácter residencial por el cambio en el Plan de Ordenamiento Territorial, unos 10 años atrás.
Sobre la fachada de otro proyecto VIS, similar al ‘Aquarela’ de Cartagena, se está cocinando otra disputa de predios sobre supuestos ‘vacíos’ en trámites y avales de construcción. Aquí, la ciudadanía, medios de comunicación regionales, y Tecnoglass, prendieron las alarmas.
El lote que colinda con las dos industriales está denominado como ‘Zona Industrial de Alto Impacto’, y para que estas áreas sean viables para vivienda, debe conceptualizarse o construirse una ‘Zona de Amortiguación’, y que en este momento se denominará llama ‘Zona Comercial Industrial de Bajo Impacto’, para así pasar a ser una zona residencial.
“El problema radica en que esta Zona Comercial e Industrial de Bajo Impacto está ubicada entre industrias, y una estación de servicio”, explica Cesar Lorduy, abogado. “Por el solo de hecho de que esté situada esta estación de servicio significa que en los lotes colindantes no pueden construirse vivienda".
En segundo lugar, esas viviendas van a construirse en una ‘Zona Comercial Industrial de Bajo Impacto’, al que le pretende el uso del suelo para que pueda el proyecto urbanístico ser viable, pero quedaría al lado de algunas zonas industriales de Alto Impacto, y la diferencia no es mucha”, explicó Lorduy.
La Sociedad de Ingenieros del Atlántico se sumó a la discusión y aseguran que el POT fue modificado en 2014 - 2015, por lo que además permitió el cambio del uso de suelo industrial a residencial.
“Los dos usos de suelo tan cercanos podría generar limitaciones para ambos sectores, según lo que se planteó en el POT. Uno de ellos es que se pondría en riesgo eventuales planes de expansión de Tecnoglass, asimismo Monómeros tendría que regular sus emisiones con mayor inversión de dinero”, dijo a medios Néstor Escorcia, presidente de la Sociedad de Ingenieros.
Desde Tecnoglass explican que la operación, con alto tráfico de vehículos pesados, olores, y ruido ambiental, puede ser un problema para las condiciones de vivienda de los habitantes del proyecto próximo.
“Nos preocupa principalmente que las condiciones propias de la operación que tiene la compañía sean un motivo de molestias para las familias que se muden a las viviendas. Aquí hay tractomulas y vehículos de carga pesada entrando y saliendo las 24 horas del día. La contaminación y las emisiones también son condiciones que simplemente sí estaban adecuadas para zonas de uso solamente industrial, no residencial”, agregó la fábrica.
La cementera explicó, por su parte, que los predios del lote Pavas Molina los habían ofrecido a Tecnoglass, pero que ellos no los tomaron. Además, señalaron que hicieron estudios pertinentes para detectar si el ruido o las emisiones serían un problema para el proyecto de vivienda cercano a la zona industrial. “Hicimos un análisis y no encontramos nada que fuera a afectarlos”, dijeron.
Diego Yepes, gerente general de la compañía, aseguró que la empresa tiene alrededor de 13 años de trayectoria y espera un crecimiento de 25% para final de este año
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