La construcción de Ciudad Fabricato iniciará en septiembre y abrirá en 2021

Con una pasarela inaugural, esta noche en Medellín comenzará la principal semana de la industria textil en el país, Colombiamoda. Allí, con una expectativa de negocios superior a US$200 millones, representantes del sector se encontrarán para presentar sus planes de inversión, expansión y novedades. La mayoría de los empresarios ha señalado que este año las ventas podrían volver a crecer luego de que varias compañías tuvieron impactos negativos en 2017.

Históricamente, Fabricato ha sido uno de esos proveedores de telas que ha dependido en buena medida de los resultados de las marcas. Por esto, luego de un primer trimestre en el que las ventas cayeron 13,6% y llegaron a $76.137 millones, la compañía se está concentrando en otros planes con negocios inmobiliarios.

El presidente de la empresa, Carlos Alberto de Jesús, explicó en qué van esas estrategias que inicialmente se traducen en Ciudad Fabricato, un terreno que tendrá a 2021, un centro comercial, apartamentos residenciales y oficinas.

¿En qué consiste Ciudad Fabricato?
Es un proyecto liderado por Londoño Gómez y Arquitectura & Concreto, donde Fabricato participa como inversionista por el aporte de 70% del lote donde se está desarrollando. Serán aproximadamente 2.000 apartamentos, un centro comercial de 70.000 metros cuadrados comercializables y cuatro torres para oficinas y servicios.

¿Cómo va la obra?
Actualmente, se encuentra en la etapa de construcción de las primeras torres de vivienda y se estima que la construcción del centro comercial se inicie en septiembre, con previsión de inauguración para el primer semestre de 2021.

¿Con este nuevo negocio cuánto podrían ganar?
Nosotros tenemos un valor estimado de ingresos por $162.000 millones hasta el año 2032, plazo máximo para la entrega de la última torre de vivienda o servicio. Sin embargo, la parte más relevante de este valor deberá recibirse en los próximos cuatro años, cuando algunos edificios de vivienda se habrán entregado y la primera parte del centro comercial sea inaugurada. El valor total estimado de ventas del proyecto es de $1,3 billones, como socios están Arquitectura & Concreto, Londoño Gómez, Grupo Inmoval y Fabricato.

¿Qué otros proyectos inmobiliarios tienen?
Tenemos uno en Ibagué. Se trata de un conjunto de apartamentos que lo está desarrollando la empresa Triada de Bogotá. En un modelo similar al de Ciudad Fabricato, aportaremos el lote y recibiremos un porcentaje de los ingresos. El valor estimado por recibir es de $25.000 millones en ocho años.

Ustedes trasladaron toda la operación textil a Bello de Rionegro para bajar costos, ¿cuánto han ahorrado?
Sí, por ahora, estimamos que el ahorro anual será del orden de $5.000 millones, así se reducen gastos fijos de producción y mejor eficiencia operativa. Este es un espacio para que se ubiquen empresas de diferentes sectores, el número dependerá del espacio que requiera cada una. El área total para arrendamiento del parque industrial es de 33.000 metros cuadrados, de los cuales 45% ya están arrendados. Considerando la velocidad de respuesta que tuvimos en estos primeros seis meses, creemos que de aquí a diciembre el parque industrial estará ocupado al 100%.

¿Y en el negocio textil cuánto podría crecer este año?
Nuestra meta para 2018 es crecer en ventas aproximadamente 10% en relación a 2017, acercándonos, por lo tanto, a los resultados de 2016. En el caso de utilidad neta positiva, Fabricato no podrá repartir dividendos. Además, el primer destino de los dividendos sería enjugar pérdidas acumuladas.

¿Las proyecciones son con base en las exportaciones?
Nuestro foco en exportación está bien definido: vender telas para los países de América Central y del Sur y, de forma asociada con los confeccionistas de Colombia. Hay que crecer fuertemente en la exportación de prendas a Estados Unidos.

¿Qué tanto puede ayudar Brasil que fue una de sus metas para este año?
Nuestro primer despacho a Brasil salió en junio, esperamos más oportunidades en dicho país, a pesar de la gran devaluación del real frente al dólar. Desde enero a junio, el real se devaluó 17% mientras nuestra moneda se revaluó 1,8%. Esta diferencia en las tasas de cambio generó una mayor competitividad para las empresas brasileñas en relación a las colombianas, que esperamos y creemos será momentánea.