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La empresa ve una oportunidad para seguir creciendo por medio de este modelo. los domicilios pasaron a ser 30% de las ventas
Misty Cream es una empresa de helados artesanales congelados al momento del pedido con nitrógeno que abrió en 2015. Dos años después, lanzaron el modelo de franquicias y este año, debido a la pandemia, implementan este sistema, pero en cocinas ocultas.
Ricardo Arbouin, CEO de la compañía, habló sobre cómo el producto se adapta “perfectamente” a los domicilios por la técnica que usan y que para este año esperan cerrar con 30 franquicias de “dark kitchen”.
Abrieron en 2015 ¿cómo les había ido hasta que llegó el covid?
Misty Cream es una empresa colombiana que nació en 2015 con una técnica que trajimos de California para congelar helados con nitrógeno líquido al momento del pedido. Iniciamos en eventos, luego abrimos locales y en 2017 estructuramos el modelo de franquicias para escalar el negocio. Firmamos más de 40 contratos desde entonces hasta finales de 2019 en diferentes ciudades. Llegamos a Barranquilla, Sabanalarga, Santa Marta, Manizales, Bucaramanga, y Ecuador. En primer trimestre íbamos muy bien y habíamos firmado contratos en Bogotá para proyectos en nuevos centros comerciales.
¿Qué hicieron para mitigar el impacto del covid?
Llega el covid-19 y tocó cerrar todo. Entre el 20 de marzo y 15 de abril fue traumático para la empresa. Nos reunimos y pensamos en una alternativa. Lo que hicimos fue montar cocinas ocultas y lo adaptamos a nuestra operación. De esta manera logramos que los franquiciados pudieran reabrir sus puntos el 21 de abril. Montamos una plataforma de domicilios propios para garantizar la calidad del helado.
¿En 2019 con cuántos locales cerraron y cuál era el plan de expansión?
Teníamos operando 28 tiendas en diferentes ciudades. Solo un punto es propio. En el primer trimestre teníamos para abrir siete locales. Estábamos por cerrar un negocio en Guatemala, pero se cayó por el covid. Pero ahora se abrieron nuevas oportunidades en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y Lima, Perú. La idea era cerrar este año con 65 puntos de venta. Teníamos un gran año por delante, pero se vio congelado. Ahora tenemos en operación 16 puntos de los 28.
¿Cuál es la meta con las franquicias de cocinas ocultas para este año?
Apenas diseñamos el modelo de franquicia de cocinas ocultas supimos que era una oportunidad. Ya firmamos dos contratos en Bogotá. Lo que buscamos es consolidar nuevas zonas y ciudades. Si se reactiva la demanda, los franquiciados en este modelo también tienen la oportunidad de montar su tienda al público. La idea es cerrar con 30 cocinas ocultas este año y terminar con más de 60 locales, pero divididos entre puntos abiertos al público y cocinas ocultas.
¿Cuánto cuesta la franquicia normal y cuánto la de cocina oculta?
La diferencia es bastante. Las franquicias con todo el valor de mobiliario y maquinaria antiguamente oscilaban entre $70 y $80 millones. La de cocinas ocultas es de $35 millones.
¿Cómo harán las capacitaciones a los nuevos franquiciados?
Anteriormente se hacían en la planta de Cajicá y eran 80 horas de capacitación. Nos tocó adaptarnos para tener una plataforma e-learning donde los franquiciados tienen la información en vídeos y manuales disponibles. Si la gente puede cocinar recetar por Youtube, nosotros también tenemos la misma capacidad para transmitir la información.Transcribimos los manuales físicos a versiones digitales
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