"La presencialidad en las aulas promueve la salud mental y el desarrollo de los jóvenes"

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El efecto de la virtualidad sobre la salud mental de los estudiantes ha sido la cara de la moneda menos explorada durante la pandemia. Al respecto, Raquel Bernal Salazar, rectora de La Universidad de los Andes, destacó que con el regreso a la presencialidad se verá un efecto positivo tanto a nivel emocional como académico.

¿Qué dolencias dejó la educación virtual?

Llevábamos tres semestres en esta virtualidad que yo le llamo ‘de emergencia’, porque la educación virtual, definida de manera estricta, es muy distinta a lo que hicimos. Es posible que se hayan ampliado las brechas de aprendizaje que ya existían, que hayan quedado vacíos de conocimiento y sobre todo retraso en algunas competencias. Los estudiantes no estaban en un ambiente social, no estaban interactuando con pares y la interacción genera otras competencias que son prioritarias.

¿Cómo respondieron como formadores?

El impacto en el aprendizaje estaba conviviendo con la ansiedad y el estrés de estudiantes que enfrentaban su enfermedad propia o muertes de seres queridos, dificultades socioeconómicas, entonces las instituciones educativas flexibilizamos.

Es difícil medir un impacto porque no pudimos ser igual de estrictos, hacer exámenes de la misma manera que se hacían en la presencialidad, en términos de desempeño, de los estudiantes que pasaban las materias no hay deterioro significativo, pero todo este período estuvo acompañado de flexibilidad.

¿Ya retomarán 100% la presencialidad?

Ya tenemos casi todo presencial. Hay un 10% de nuestros cursos que permanece virtual, pero más para el aprovechamiento de lo bueno que trajo la virtualidad: los profesores internacionales que no podíamos traer de otra manera.

¿Ven un cambio en el comportamiento de los estudiantes?

Sí. Desde el semestre pasado iniciamos parcialmente, teníamos unos estudiantes que llevaban tres semestres detrás de la pantalla, llegaron a cuarto semestre y su actuación es como de primíparos; no tienen lo que yo llamaría ‘reflejos universitarios’, la manera en cómo hacen preguntas, atienden clase, toman notas, aprovechan los recursos en el campus. En ese sentido, se da cuenta de un rezago y que habrá un impacto que debe empezar a compensar.

¿Qué impacto puede tener el regresar en la salud mental?

Las razones por las que está afectada la salud mental no son sorpresa, el encierro, el aislamiento, la falta de contacto social, las crisis económicas. La presencialidad es crucial para apoyar a los muchachos que están en temas de depresión, ansiedad o trastornos relacionados porque están generando mejores hábitos, solo crear esos hábitos mejora el estado; interactuar con pares, con profesores. Además, cuando estamos en presencialidad es más fácil para ellos buscar ayuda, tanto académica como socioemocional, asistir a la consejería, al centro de atención psicológica, ir a la biblioteca para que los apoyen con un rezago en clase.

Tenemos la intención en todas las instituciones educativas de resignificar la presencialidad, ahora que hemos visto la importancia. Que estén interactuando, debatiendo, moviéndose, es lo que nos va a ayudar a construir ese capital social y habilidades que se han ido deteriorando. La interrelación entre tu estado socioemocional y tu estado cognitivo es muy alta.

¿Cuál es la acogida del retorno a clases?

El balance global es positivo, la gente aprecia el retorno a una fuente de normalidad, los padres son entusiastas. En cuanto a los estudiantes, muchos se acostumbraron a estar en casa y les va a costar un poco más, pero es cuestión de tiempo. Sí hemos visto una afectación económica, tenemos estudiantes a los que regresar a Bogotá les va a quedar difícil y tardará hasta que logre una reactivación económica un poco más efectiva en Colombia.