La reactivación de los matrimonios impulsó la venta de vestidos de novia más de 60%

A la hora de casarse, el vestido de la novia suele ser uno de los protagonistas de la celebración y para comprarlo el gasto promedio puede estar entre $2,5 millones, si se alquila, y hasta $25 millones o más, si se compra nuevo o con un diseño exclusivo.

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El mercado detrás de los vestidos no solo representa sueños cumplidos para los consumidores, sino que también se traduce en ingresos para boutiques y diseñadores de modas, quienes tras meses de cierres y cifras en rojo empezaron a ver una recuperación en las ventas.

“La tendencia es que ha cambiado el tipo de boda, ya no son de 100 o 200 invitados, sino que son bodas más intimas, más al estilo europeo con solo familia y amigos cercanos. Pero el tema ya va despegando, de vender cero, ya estamos vendiendo”, comentó Cristian Peláez, presidente de Pronovias.

Este año, tal como destaca Peláez, las bodas empezaron a reactivarse gracias a menos restricciones de aforo y movilidad. Por ejemplo, al revisar los matrimonios civiles en la Superintendencia de Notariado y Registro, el año pasado hubo 19.472 celebraciones, y para 2021, a corte de marzo, la cifra llegó a 5.949, cantidad por encima de lo alcanzado el primer trimestre de 2020, cuando aún no era fuerte el impacto de la pandemia.

“El tema de las novias sí ha experimentado una reactivación, hay un fenómeno de saturación porque las personas habían aplazado la boda, entonces se juntó el calendario del año pasado respecto a las bodas que eran de este año”, destacó el diseñador y gerente de Alado, Andrés Restrepo.

En esto coincide el diseñador Alexánder Rivera, quien gerencia la marca con su mismo nombre, y resume que el incremento ha sido de hasta tres veces lo que se hacía en un mes normal.

“El aumento de las ventas podría medirse a simple vista en que, por ejemplo, si se vendían 10 vestidos en tres meses se venden ahora 30. Para el último trimestre de este año hay el triple de trabajo que el año pasado. Se ha visto un auge de muchas más novias”, dijo Rivera.

El diseñador también explicó que pese a que las bodas estuvieron “en pausa” durante 2020 y algunos meses de 2021, la moda siguió cambiando, con lo que las mejores ventas las han obtenido quienes se han mantenido a la par con las tendencias.

“La moda se siguió moviendo y también las tendencias, la gente quiere lo nuevo, con lo que las personas que se han montando en hacer algo diferente han tenido una mayor demanda”, dijo el diseñador.

Los empresarios del sector estiman que en lo corrido de 2021 se ha logrado una recuperación de 60% frente a un año sin covid-19 y pese a que todavía no se superan las cifras prepandemia, la expectativa es alta para el próximo año.

“Muchas personas están haciendo su boda más rápidamente, no es un plan de seis meses sino que la quieren hacer ya. Y se está viendo incluso para 2022 un alto número de novias”, añadió Rivera.

Con el buen panorama, la meta del mercado es que las ventas superen las de 2019 antes de finalizar el año y que para 2022 la cifra ya no sea de recuperación sino de crecimiento.

“Ya tenemos muchas bodas para cerrar año y programadas iniciando 2022. Somos muy optimistas con la reactivación que se está dando, esperamos recuperarnos al 100% y el próximo año poder presentar un crecimiento por encima de 30%”, destacó la diseñadora colombiana, Goretty Medina.

Medina recalcó que junto con la venta de vestidos de novia, la reactivación de las bodas impulsa otras categorías como los vestidos de fiesta. A julio de 2021 el gasto en moda llegó a $15,6 billones.