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Una de las preocupaciones del gremio es la comercialización de la VIS, ya que es una de las más bajas de la última década y media
El mercado de vivienda nueva es uno de los más preocupantes para el sector de la construcción. Su comercialización cayó 25,4% en el primer trimestre de 2023,lo que dejó un total de 199.163 unidades vendidas, lo que indica que anualmente el mercado está por debajo de las 200.000 unidades, según el informe entregado por Camacol (Cámara Colombiana de la Construcción).
Una de las preocupaciones del gremio es la Vivienda VIS, ya que es una de las más bajas de la última década y media. Solo se comercializaron 142.150 unidades en el último año, lo que representó una caída de 25,4%. Es decir, que se han vendido 60.000 unidades menos de vivienda social. Mientras que en el primer trimestre de 2023 se han vendido 21.728 (-58%).
Esto ha golpeado a los diferentes departamentos. En 13 regiones del país, la contracción supera 50%. Los más afectados son Nariño (85%), Risaralda (70%), Cesar (64%), Bolívar (64%) y Sucre y Córdoba (62%).
Los menos golpeados son Quindío, Meta y Magdalena con unas caídas de 26%, 25% y 21%, respectivamente.
“La caída de la VIS no tiene precedentes con las crisis que ha enfrentado el país en la última década. De hecho, se está vendiendo menos que en la crisis subprime (-30 %) y del petróleo (-3 %); incluso, se están comercializando menos viviendas que en pandemia (-23,4 %), a lo que se suma una caída de las ventas en los mercados regionales. Si continúa esta dinámica, la proyección de la comercialización de VIS será menor a 100.000 frente a las 172.000 de 2022”, aseguró Guillermo Herrera, presidente de Camacol.
De acuerdo con las proyecciones del gremio, para final de este año se esperarían que se comercialicen alrededor de 98.610 viviendas nuevas, lo que en total serían un decrecimiento de 43%. Sin embargo, Camacol asegura que la estrategia del gobierno, que consiste en construir viviendas en municipios, detendría la caída de la economía.
Así mismo, explicó que es necesario “reconsiderar un régimen de transición efectivo para los cambios propuestos al programa de Mi Casa Ya, sin trámites adicionales y eficiente, para garantizar el cierre financiero a los hogares de ingresos de dos salarios mínimos”.
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