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Las reformas que cursan en el Congreso y los conflictos geopolíticos también retan a estas empresas
El precio del dólar se enfrió en lo corrido marzo y, aunque preliminarmente parece una buena noticia para los importadores de mercancía y materias primas, la volatilidad que se ha visto en la divisa les juega en contra a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme).
Hace exactamente un año, estas unidades productivas estaban haciendo cuentas con una tasa de cambio a $4.646 y, a partir de ahí, la curva de la cotización ha tenido movimientos bruscos que cambia el costo de los insumos constantemente.
María Alejandra Osorio, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), indicó que si bien la actual bajada del dólar puede dar un alivio a la caja, "las altas fluctuaciones generan que no haya una constante en el valor de muchos insumos en el tiempo. Es decir, el proveedor no mantiene los precios establecidos a lo largo del año y eso resta posibilidades de planeación".
Agregó que "otro aspecto no tan bueno con el bajón del dólar tiene que ver con las exportaciones porque, al bajar, finalmente lo que genera es que se abaratan las ventas internacionales para las Mipyme exportadoras".
Según datos de Acopi, para el tercer trimestre de 2023, el 11,5% de estas empresas estaban dedicadas a la exportación.
"Tener unos altos niveles de volatilidad no suele ser lo más conveniente para la planificación empresarial y lo que se buscaría es que haya un mayor grado de estabilidad que les permita a los empresarios predecir, en el corto plazo, cuál es la mejor manera de moverse en cuanto a inversión, insumos e inventarios, porque eso es lo que permite tener mayor certidumbre", mencionó la directora ejecutiva de Acopi.
Precisamente, la incertidumbre ha sido la palabra clave para la operación de estas empresas en los últimos meses, dado que hay factores de riesgo en todos los flancos.
De acuerdo con Osorio, "hay una serie de reformas que están en curso en el Congreso y para nosotros, particularmente, la laboral tiene unas repercusiones que pueden ser muy complejas para la supervivencia de las empresas".
Esa discusión toma relevancia dado que, según Confecámaras, de las 1,7 millones de unidades productivas registradas en Colombia, el 99,5% son Mipyme y generan más del 80% del empleo en el país.
La directora ejecutiva de Acopi hizo notar que "también se está avizorando la reforma tributaria". Y aunque el Gobierno ha manifestado que ese ajuste ajuste fiscal buscaría mermar la carga que recae sobre las empresas, no deja de ser un tópico a tener en cuenta.
"Lo que uno puede ver es que, aunque no tengamos un decrecimiento, las actividades económicas no muestran todavía signos de recuperación, ya la industria manufacturera cumple un año de caída y los choques externos geopolíticos arrojan un panorama de incertidumbre. Y yo añadiría que las tasas de interés no han venido reduciéndose al mismo ritmo que lo ha hecho la inflación", apuntó Osorio.
La líder gremial enfatizó en que actualmente no hay una política que incentiva la inversión privada y dijo que "si no se toman cartas en el asunto rápidamente, esto puede terminar generando un impacto muy grave en el ejercicio de 2024".
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