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Las aerolíneas que operan en Colombia, al momento, han indicado que, si bien el gasto de combustible aumentó su media de 30% a 40% de los egresos totales
Como barcos sorteando una tormenta inflacionaria, así se encuentran hoy maniobrando las aerolíneas que operan en el país para evitar al máximo trasladar el alza de los precios de combustible a los viajeros. La industria aérea global está bajo tensión por el alza generalizada de los precios de los commodities como el petróleo, que en América Latina han aumentado hasta 10 puntos porcentuales, como consecuencia de la guerra entre Ucrania y Rusia y los efectos rezagados de la pandemia.
Ante el panorama, las aerolíneas globales estadounidenses han optado por reducir vuelos. En Latinoamérica, a pesar de no existir vínculos directos con el conflicto, Moody’s ya indicó en un informe que las empresas aéreas de la región serán las más afectadas por la crisis, porque están sufriendo el aumento en los precios de la energía y una nueva crisis de suministros.
El argumento más contundente sobre un mayor al impacto en la región es, según el informe de expertos, que “las aerolíneas latinas no suelen planificar la cobertura de combustible, contrario a las europeas y asiáticas, que acostumbran a comprar anticipos de combustible de 30% a 80% de sus necesidades anuales”.
Las aerolíneas que operan en Colombia, al momento, han indicado que, si bien el gasto de combustible aumentó su media de 30% a 40% de los egresos totales de la compañía, han logrado no trasladar ese aumento al cliente final. Es decir, no han aumentado los precios de los tiquetes. Esto se da como consecuencia de una serie de movidas internas y operacionales de las aerolíneas, sin que esto exima un posible aumento en los precios de los vuelos en el mediano plazo.
Avianca dijo a LR que, “en un escenario normal, el combustible es aproximadamente 30% de nuestros costos, así que con el precio del petróleo duplicándose, ese porcentaje sube”. Entre sus estrategias, explicó que constantemente están revisando el desempeño de cada una de sus rutas y ajustando frecuencias para fortalecer la capacidad en aquellas con mejor comportamiento, y reducirla en las que la operación es menos eficiente. “Tenemos una situación financiera sólida que nos permite solventarlo y lo que hacemos constantemente es revisar el desempeño de las rutas para aumentar y reducir capacidad según el comportamiento”, indicó la aerolínea. Latam, teniendo como base la importancia de contar con coberturas para sortear mejor la crisis, cuenta con provisión de combustible solo de 25% por trimestre y abarca hasta la primera mitad de 2022, según dijo Ramiro Alfonsín, director financiero de Latam, al medio internacional La Tercera.
Las aerolíneas de bajo costo, a diferencia de las tradicionales que operan vuelos de corto, mediano y largo alcance, cuentan con menor gasto en combustible. No obstante, la industria señala que si las low cost incrementan entre 20% y 30% sus gastos, ello repercutirá en el usuario final.
Ultra Air, una de las aerolíneas de bajo costo en Colombia, dijo que los precios en el país por galón de combustible a diciembre versus hoy han presentado un incremento de aproximadamente 73%,. Frente a eso, y para no afectar su modelo low cost, Ultra Air ha optado por la optimización de costos y gastos. Entre sus movidas para hacerle frente al alza de los precios está ejercer el control permanente del consumo de combustible de cada aeronave; la implementación del proceso de taxeo con un solo motor en algunos aeropuertos; también, la adopción de operaciones especiales de vuelo que permitan reducir los tiempos de vuelos, tales como Rnav y PBN; y tareas preventivas de mantenimiento como el lavado periódico de los compresores de los motores.
Como en Colombia 70% de los insumos se tasan en dólares, las firmas aéreas seguirán en tensión a la par de la crisis global.
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