MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
La presidente de mastercard y cochair del Club del 30% explicó que, aunque el país está en el promedio mundial, todavía falta mucho para tener equidad de género en las compañías
El Club del 30% es una idea que nació en el Reino Unido, que ayer se estrenó en Colombia, y que ya tiene 14 capítulos a nivel global. Marcela Carrasco, presidente de la división Andina de Mastercard y cochair del club en el país, habló sobre los beneficios que trae el liderazgo femenino en las empresas y dijo que, aunque Colombia está mejor en equidad de género frente a varios países de la región, todavía hay bastante camino por recorrer para llegar a ese 30%.
¿De dónde nace la idea del Club del 30%?
Esta iniciativa de negocio nació en noviembre de 2010 en el Reino Unido, con el objetivo de alcanzar para el año 2015, un mínimo del 30% de representación femenina en las Juntas Directivas de las 100 compañías con mayor valorización en la Bolsa de Valores de Londres. El objetivo inicial se cumplió en septiembre de 2018 para el Reino Unido. Desde entonces, 14 capítulos a nivel global se han sumado para llevar a las empresas a alcanzar el verdadero balance de género.
¿Cuánto falta para llegar a la cifra de 30% de mujeres en juntas directivas y cómo ha evolucionado ese crecimiento?
El Centro de Estudios en Gobierno Corporativo del Cesa; nuestro aliado académico, encontró que a nivel global, según la OIT, Deloitte y Catalyst, la participación de las mujeres en las juntas directivas del mundo se encuentra alrededor del 17,5%. Diferentes análisis realizados en el país, el último de ellos desde el Club del 30%, muestra que la participación de las mujeres en las juntas de los emisores de valores del país es de tan solo el 17%. Si bien se observa un crecimiento sostenido, este es bastante lento principalmente por la ausencia de políticas internas en cuanto a la equidad de género en cargos gerenciales y el desconocimiento de los beneficios de contar con mujeres en directorios; líneas sobre las cuales trabajamos desde el Club del 30%.
¿Cómo está la participación directiva de las mujeres en Colombia frente a otros países de la región?
A través de las investigaciones del Centro de Estudios en Gobierno Corporativo del Cesa pudimos establecer que para el caso de América Latina y el Caribe solo 7,9% de los puestos en juntas directivas son ocupados por mujeres. Para el caso de Colombia, nos encontramos en 17% para 2020 en juntas directivas de emisores de valores en Colombia.
Bajo este contexto, Colombia se encuentra en el promedio mundial y está mejor posicionada en comparación a la región latina. Sin embargo, al diseminar ese porcentaje, según el Cesa, se encuentra que 7% de las mujeres en juntas directivas hacen parte del órgano por vínculos familiares versus el 10% restante que hace parte como miembro independiente.
¿Cuáles son las metas planteadas con el club?
El 30% es el mínimo necesario para generar una diferencia. Existe amplia evidencia en relación con el balance de género en las juntas directivas y la generación de resultados financieros, administrativos y humanos extraordinarios. De tal manera que la meta de 30% no es un techo sino un objetivo mínimo, un punto de partida que consideramos es donde se empiezan a ver los resultados.
No obstante, tenemos algunas prioridades. Ejemplo de ello es que alrededor de 70% de las juntas directivas de los 130 emisores de valores en Colombia no tienen o solo tienen a una mujer en sus juntas directivas. Con el Club del 30% buscamos acelerar esta paridad.
¿Quiénes hacen parte de esta iniciativa?
En el país, la iniciativa tiene como miembros fundadores a Mónica Contreras, presidente de TGI; la gerente general de Discovery Networks, Carolina Angarita; la presidente del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba; la presidente de JP Morgan Colombia, Ángela Hurtado; la vicepresidente senior de relaciones estratégicas y experiencia del cliente de Avianca, María Paula Duque; la presidenta del Grupo Evolution, María Eugenia Rey; la miembro de la junta directiva de Seguros Bolívar, María Victoria Riaño; Tatyana Orozco, y estoy yo.
Adicionalmente, contamos con el apoyo de la vicepresidente de la República, Martha Lucía Ramírez; la consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, Gheidy Gallo; y el equipo del Cesa.
¿Qué beneficios trae el liderazgo femenino?
Fomentar el balance de género en las juntas directivas trae varios beneficios para los negocios, las empresas y, finalmente, la economía en general. Las empresas mejoran el retorno de la inversión ROI y los países el PIB. Con una inclusión de al menos 30% en juntas directivas, las empresas alcanzan entre 8% y 13% de incremento en el rendimiento sobre los activos (ROA); con 25% de mujeres en posiciones de liderazgo se genera en promedio un incremento de 4% sobre los retornos de los flujos de caja y de 8% de crecimiento en ventas, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que 50% de los habitantes del país son mujeres y en 80% de los casos son mujeres quienes toman las decisiones de compra. Estos resultados pueden hasta duplicarse si el balance es de 50%.
Adicionalmente, las empresas con juntas con mayor participación de mujeres tienden a tener políticas de recursos humanos más incluyentes y diversas, mayores niveles de transparencia, mejores estándares sociales y ambientales y una mejor comprensión de sus audiencias.
¿Siente que el empresariado colombiano es receptivo?
Absolutamente. En nuestro evento de lanzamiento contamos con líderes empresariales como Juan Carlos Mora, Juan Pablo Córdoba, Antonio Celia y David Bojanini. Hemos sostenido conversaciones con directivos de las cámaras de comercio a nivel nacional, superintendentes de distintos sectores y todos ha demostrado gran interés. La recepción ha sido positiva, pero aún queda mucho trabajo por hacer en cultura empresarial.
¿Cree que hacen falta mecanismos como leyes de cuotas?
El aumento de las leyes alrededor del bienestar de la mujer y la equidad de género es una buena noticia que evidencia lo prioritario que es la toma de decisiones alrededor de este tema. Sin embargo, el desafío que observamos y sobre el cual estaremos trabajando radica en que la mayoría de las empresas no cuentan con una política de equidad de género en relación con la posición de mujeres en posiciones de liderazgo, ni de participación en las juntas directivas.
Más que leyes requerimos de iniciativa, disposición y espacios de trabajo conjunto para aplicar las acciones necesarias. Más que leyes, requerimos que el sector privado, a nivel empresa, se fije el objetivo claro de alcanzar juntas directivas balanceadas con una participación de entre el 40% y el 60% para cada género.
¿Qué debería hacerse con temas como las licencias de maternidad o la jubilación más temprana, que en la práctica limitan su participación en el mercado laboral?
La falta de participación de las mujeres es una cuestión esencialmente de desconocimiento sobre los efectos mismos de la inclusión. Si bien muchas empresas pueden considerar las licencias de maternidad y la edad de jubilación como un desincentivo, ello responde a una visión cortoplacista sobre el aporte final de las mujeres a la rentabilidad de las organizaciones, su relación con sus públicos de interés e incluso con sus políticas de capital humano. El efecto es sumamente positivo cuando se asume la equidad de género como una iniciativa de negocio.
¿Qué le pediría al Gobierno en términos de políticas públicas?
Que siga creando mecanismos de coordinación con el sector privado y estrategias de reconocimiento y masificación de medidas efectivas con relación a la equidad de género empresarial. La inclusión en los planes de desarrollo del enfoque de género y las estrategias para generar oportunidades económicas son grandes pasos que ya se han venido adelantando y que permiten tener bases regionales para el trabajo alrededor de los objetivos trazados. La mayor participación femenina en las organizaciones mejora el retorno de la inversión (ROI) y el PIB del país, es un tema de negocio.
Con la escisión por absorción, Sura y Grupo Argos terminan con 46 años de participación cruzada
La multa asciende hasta $554,4 millones por la vulneración de derechos como falta de información clara y ausencia de advertencias
Más de $122.000 millones han sido invertidos para beneficiar a 4.366 unidades productivas, micro y pequeños negocios de la economía popular y comunitaria