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En el marco de Colombiatex de Las Américas, empresarios de la industria textil explicaron que con el aumento de 40% en los aranceles, también creció el contrabando a 30%
El 23 de diciembre de 2022, el gobierno de Gustavo Petro, dentro de los planes de la reforma tributaria, que lideró el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, estableció el arancel ad valorem de 40%, el máximo consolidado permitido por la Organización Mundial del Comercio, OMC, a la importación de confecciones.
La norma también derogó el Decreto 414 de abril del 2021, que había definido un arancel ad valorem del 40% a esas importaciones que ingresaran por un valor inferior o igual a US$10 por kilo. Esto, con el argumento de promover más a la producción local.
Luego del lanzamiento de este decreto, inmediatamente al siguiente trimestre comercial, las importaciones tuvieron una baja notoria en segmentos textileros de alrededor de 20%.
Para el primer trimestre de 2023, Colombia importó US$24.653 millones en productos textiles confeccionados. En 2022, antes del decreto, la cifra fue de US$35.689 millones en el mismo periodo.
En alfombras y materiales textiles se importó US$6.231 millones durante el primer trimestre luego del decreto, casi US$2.000 menos que en 2022, que fue de US$7.641 millones.
La industria textil, en su momento, se pronunció a través de los confeccionistas aludiendo que necesitaban más medidas para la producción local, y que, en el caso, el contrabando sería uno de los flagelos consecuentes del alza del arancel, que anteriormente estaba en 35%.
Adolfo Botero, gerente de Comertex, dijo que, más que aranceles, la industria debería apuntarle a la competencia a través de innovación. “La informalidad en la industria textil llegó a 60%. Cuando teníamos informalidad en las confecciones de 30% o 40%, un 60% es grave. Hay que mirar que, a medida que los aranceles suben, hay unas protecciones que hay que trabajarlas a ver como somos muchos mas productivos, no con aranceles, sino con maquinarias para poder competir”, dijo.
Y, añade, que ya se está empezando a sentir en las grandes productoras. “La noticia de Fabricato es algo grave porque nos da el origen para entrar a Estados Unidos, que es con la prenda de cero aranceles. Más aranceles, más contrabando”.
Gustavo Lenis, presidente de Fabricato, coincidió en que el contrabando en la industria textil alcanzada 30%. “El año pasado habríamos cuantificado 25%. El contrabando ya es tanto, que una tela de denim se consigue en $7.000, y eso solamente valen las materias primas para su fabricación”.
La Cámara Colombiana de la Confección y Afines aseguró que el objetivo es mantener los aranceles provenientes de países con lo que Colombia no tiene TLC, como es el caso de países asiáticos y africanos, "para cuidar la producción nacional y garantizar un mercado equitativo".
"Entendemos que no puede haber un libre mercado cuando existen desequilibrios en los costos de los países. Especialmente, nos preocupa la competencia desleal proveniente de naciones del sudeste asiático que pagan salarios muy bajos y practican dumping, además de ofrecer incentivos para la exportación", dijo Guillermo Elías Criado, presidente de la entidad.
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