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“Se estima que para 2020 estén conectados más de 50.000 millones de dispositivos”, anota Arce.
El conferencista explica que uno de los retos es converger las tendencias de lo que piensan los empresarios y lo que perciben los consumidores. “Hay un nivel de preocupación marcada que no se veía antes acerca de la transformación digital y observamos a los líderes de las compañías inmersos en el mundo tecnológico”, agregó.
Para 2016, solamente el 10% señala que la priorización de la tecnología contrasta frente al 70% de las necesidades de inversión que los mismos líderes señalan en este aspecto.
“Se requiere desarrollar la capacidad de llegar a los consumidores que no necesariamente responde a los patrones tradicionales de servicios”, señala Arce.
Según el líder de la estrategia digital de PWC, la transformación digital no se hace en la empresa sino en el sistema y capacidad organizacional que responda a los nuevos retos de comunicación y liderazgo.
“La encuesta de Digital IQ de 2016 mostró que los líderes se calificaron de una forma baja en el conocimiento y 55% respondieron que sus proyectos digitales no tienen problemas mientras que 44% encuentra obstáculos en los procesos”.
Justamente en los portafolios de productos que una empresa genere en su transformación digital debe responder a la premisa que cualquier emprendimiento define desde tiempo atrás y es que los procesos de cambio en lo digital no deben ser vistos como un mecanismo que no genere una reducción de los costos y un incremento en los ingresos y rentabilidades.
“Los avances tecnológicos deben estar mirando la convergencia y encaminados a la búsqueda de la diversidad para generar nuevos modelos” explica.
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