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Las aerolíneas proponen hacer un estudio para determinar la capacidad del aeropuerto y mejorar la tecnología de radioayudas
A inicio de octubre, el presidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata) en Colombia, Andrés Uribe, instó al Ministerio de Transporte y a la Aeronáutica Civil a aliviar los problemas operacionales del Aeropuerto Internacional El Dorado.
Entre dichos problemas figuran la capacidad limitada (que no permite atender la demanda que hay) así como una falta de control a los vuelos no regulares, privados, militares y de Estado que operan en horas pico, causando demoras a los vuelos comerciales.
Sobre este último punto, los retrasos son de tal magnitud, que desde el 29 de mayo de 2021 a la fecha la situación se ha presentado más de 300 veces, afectando a 850.000 pasajeros.
Frente a este panorama, consultamos a aerolíneas comerciales y privadas para conocer de cerca el impacto que han tenido en sus servicios y las posibles soluciones que proponen para solventar esta situación.
Uno de los primeros pendientes en El Dorado es mejorar la coordinación y calidad de la información al interior de la Aerocivil, referente a los vuelos que se programan a diario, de manera que los servicios de tránsito aéreo del aeropuerto tengan certeza de las operaciones.
“Lograr vuelos puntuales y evitar contratiempos en la experiencia de viaje a los pasajeros debe ser un propósito común, pero desafortunadamente eso se está viendo muy afectado desde finales de mayo pasado en El Dorado, tanto por las restricciones impuestas en la capacidad del aeropuerto, como por la aplicación del Programa de Demoras en Tierra (GDP), que a diario produce retrasos en los vuelos”, destacó Eduardo Lombana, presidente de Wingo.
Lo segundo que piden las aerolíneas es asegurar turnos completos de controladores aéreos 7x24, además de fortalecer los procedimientos existentes, hacer un oportuno mantenimiento de los equipos y sumar mayor tecnología para la navegación aérea, o radioayudas, que faciliten operaciones en condiciones meteorológicas exigentes.
En el caso de Avianca, la compañía determinó que, solo en septiembre, 90.000 de sus pasajeros se vieron impactados por los retrasos, es decir, 740 vuelos. “Se tiene que hacer un estudio técnico de manera conjunta, hay varios especialistas reconocidos a nivel mundial que lo pueden hacer muy bien, para identificar a ciencia cierta la capacidad del aeropuerto de Bogotá”, señaló Federico Pedreira, vicepresidente ejecutivo de operaciones de Avianca.
La tercera tarea pendiente en la terminal, según Pedreira, consiste en ejercer mayor control a la aviación no regular o privada, y en el aumento de la planta de controladores aéreos entrenados.
Consultamos a una de las compañías de vuelos privados para contrastar opiniones, y si bien Flapz (dedicada a vuelos privados) asegura que son conscientes de las inconformidades que presentan los diferentes actores frente a esta situación, no se puede priorizar una modalidad sobre otra.
“Debemos ser cuidadosos al favorecer un tipo de aviación sobre otra, entre otros, pues no olvidemos la piedra angular que representa la aviación no regular para Colombia, su conectividad y desarrollo empresarial. Estamos comprometidos en facilitar un espacio de conversación, e innovación para los retos de la industria”, dijo Ionatan Galeano, CEO de la empresa.
Existe una preocupación latente en las aerolíneas porque la Aeronáutica Civil tiene previsto aumentar la cantidad de vuelos de la terminal aérea de Bogotá, pasando de 47 a 65 por hora, desde el próximo 1 de noviembre, lo que significa un 40% más, por lo que piden que se implementen medidas urgentes y se eviten conflictos en la temporada alta.
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