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Para los empresarios, muchas de las medidas han sido improvisadas y piden que sean notificadas con mayor antelación
Con el anuncio de las nuevas medidas de cuarentena y toques de queda en Bogotá y otras ciudades del país, los restaurantes vuelven a prender las alarmas, pues las restricciones son un nuevo golpe a sus finanzas. De acuerdo con Acodres, en enero las pérdidas del sector gastronómico en todo el país podrían ascender a $155.000 millones.
Ese es un golpe, pues si bien la temporada de fin de año significó un alivio para los establecimientos, la gran mayoría no logró recuperar lo perdido por los casi seis meses de cuarentena estricta puesta por el Gobierno.
Henrique Gómez, presidente del gremio, indicó que el toque de queda impuesto en el Puente de Reyes generó pérdidas por $41.874 millones al sector. Además, el aislamiento obligatorio a partir de este viernes 15 hasta el lunes 18 de enero, más las disposiciones tomadas en varias localidades generarían pérdidas por $87.000 millones en la capital. A esto se le debe agregar que en otras ciudades también se tomaron decisiones que los impactan, con un daño estimado de $28.000 millones.
“Los costos de operación se aumentan. Toca pagar quincena sin ventas o personal que no está trabajando. Cuando nos quitan el servicio a la mesa perdemos 90% de las ventas. Los domicilios solo representan 10%. El daño nos lo hace la inestabilidad de las medidas. Nos dicen pueden trabar esta semana, pero el fin de semana no. Hay costos que no se pueden ajustar a esas decisiones”, expresó Gómez, quien agregó que solicitarán al Gobierno que los restaurantes sean considerados como servicio esencial.
Para Juan Carlos Arcila, CEO de La Receta (Wajaca e il Forno) las nuevas restricciones vuelven a poner un escenario complicado para los restaurantes, pues la empresa había tenido un buen diciembre y veían cierta recuperación.
“Debe haber tres medidas de apoyos para los restaurantes. La primera deben ser auxilios adicionales a la nómina por parte de los gobiernos distritales. Los cierres nos obligan a dejar ir compañeros para responder a la disminución de los ingresos. La segunda es que debe haber un subsidio para el arriendo de los locales. La tercera debe ser correr el pago de industria y comercio. Eso nos ayuda a mantener el flujo de caja”, expresó. Además, dijo que cuando no puedes vender en la noche, la venta diaria baja 50%.
Entre tanto, el chef Jorge Rausch señaló que la gente tiene ganas de salir y que el plan de fin de año fue salir a comer. Incluso, con los protocolos de bioseguridad, catalogó las ventas en diciembre como aceptables. Sin embargo, criticó las medidas tomadas. “Estos cierres de improvisto no nos dan la oportunidad de hacer nuevas estrategias. Entendemos que se tengan que tomar medidas, pero si no recibimos ayudas, las cosas se van a poner mucho más complicadas”, manifestó.
Por su parte, Harry Sasson, dijo que las nuevas restricciones era algo que se veía venir, y afirmó que enero y febrero serán meses muy difíciles. “Nos toca mirar qué hacemos para sobrevivir. Si uno sabe a qué atenerse con más tiempo hay mayor espacio de maniobra. Tomamos precauciones, pero nuestros negocios son muy frágiles”, declaró.
Precisamente, el fuerte impacto de la pandemia sobre los restaurantes se vio reflejado en el cierre de 48.100 establecimientos de los 90.000 con los que inició 2020. Sobrevivieron 41.900, sin embargo, 8.000 están en riesgo de cerrar sus puertas. Así mismo, se registró una pérdida de 230.000 puestos de trabajo.
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