Marqués de Murrieta aumenta su apuesta por el mercado local con vinos premium

Con la visita al país de Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, conde de Creixell y presidente de Marqués de Murrieta, la bodega que fue reconocida en 2022 como la mejor del mundo por los premios Great Wine Capitals Global Network, la apuesta por el mercado nacional, en vinos de alta gama, se hace cada vez más importante.

Este mercado, que no tiene una historia mayor a dos décadas en el país, es uno de los de mayor desarrollo en el sector de la gastronomía ya que, según cifras de la pasada Expovinos, en el país se venden al año 43 millones de botellas que representan US$330 millones y, de acuerdo con cifras de Asovinos el año pasado tuvo un crecimiento de 30,6%.

Marqués de Murrieta es una bodega con más de 170 años con presencia en 100 países y a Colombia llegó de la mano de una alianza con Dislicores. Entre sus productos top están el Castillo Ygay Reserva 2010, que fue elegido el Mejor del Mundo por la revista Wine Spectator en 2020, entre más de 11.000 referencias postuladas.

¿Cómo analiza el crecimiento del mercado del vino en Colombia teniendo en cuenta que tiene un desarrollo de no más de dos décadas?
Una de las razones principales por las que estoy aquí ha sido la tremenda evolución en el consumo de grandes vinos en Colombia. Hace poco tiempo iniciamos una alianza con Dislicores y en el corto tiempo que llevamos juntos nos hemos dado cuenta, desde nuestras bodegas en España, de la potencialidad de un país que lleva poco tiempo centrado y unido al mundo del vino y cómo hay un interés cada vez más relevante por esta cultura. Además, observamos que vinos premium de alta calidad, como los nuestros, cada vez tienen más sitio en el país. Creo que la gastronomía y la hostelería también están evolucionando de forma impresionante, y lógicamente, hay un crecimiento de las ventas de vino. Veo que es un país de un gran potencial.

¿Cuáles son las expectativas que tiene su bodega en este mercado?
Tenemos un distribuidor con una fuerza impresionante tanto en el mundo de las tiendas como en el mundo de la hostelería. Tenemos entre Dislicores y nosotros que invertir en este país para trasladar esa cultura del vino, e intentar ir introduciendo a la gente joven poquito a poco. Debemos acercarnos a ellos hablando con terminología clara no alejándoles y creo que tenemos una doble misión. Una bodega como Marqués de Murrieta que sólo está en la gama alta de vinos y podemos hacer de Colombia uno de los países más importantes en el consumo de vino de calidad.

¿Teniendo en cuenta los inconvenientes logísticos que genera traer vinos desde Europa, qué tan cerca están de copar el mercado que hoy tienen los vinos de Chile, Argentina y Estados Unidos?
Indudablemente competir, y la palabra competir no me gusta mucho porque parece que tiene factores negativos bélicos agresivos, con estos países, que tienen una cercanía es muy difícil pero yo creo que hay algo que es único que es la historia y que es la cultura del vino que son propios y absolutamente únicos. Esto sobrepasa el concepto de la calidad, además, que son vinos que, como calificaba antes, de un alma extremo. Por eso es muy difícil que estos países que hacen maravillosos vinos puedan competir en esta área del factor diferencial. Ahí creo que somos ganadores en el mercado de Europa y lo que perdemos por un lado lo ganamos por el otro.