Más de 45 empresas trabajan con productos finales o formulaciones con base de glifosato

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La gira del presidente Iván Duque por Europa, que tuvo lugar durante la semana pasada, abordó temas clave para la economía del país como la migración venezolana, la lucha antidrogas, la implementación de los acuerdos de paz y la inversión extranjera. Sin embargo, el recorrido del primer mandatario por el viejo continente también revivió un debate que lleva en el aire desde hace cuatro años: el uso del glifosato para la erradicación de cultivos ilícitos en Colombia, más cuando hay 45 empresas que trabajan con el químico.

“Es una herramienta que se requiere en zonas que son de difícil acceso. Este no es un debate sobre un herbicida, sino de tener todas las capacidades para afrontar el narcotráfico, que es el combustible de las organizaciones criminales del país”, afirmó Duque durante su gira.

Hay que recordar que, en la actualidad, rige la sentencia T-236 de 2017, que otorga protocolos de prohibición del uso del glifosato en aspersión aérea debido a que el herbicida ha sido clasificado como un producto “probable carcinogénico” por instituciones como la International Association for Research on Cancer (Iarc), una de varias asociaciones asesoras de la OMS. Para definir ese tema, la Corte Constitucional convocó a una audiencia publica sobre el uso de glifosato el pasado 7 de marzo con el propósito de analizar los riesgos que produce el herbicida. En este momento, la decisión está en deliberación.

El terreno agrícola

En el campo internacional se han visto casos como el de Dewayne Johnson, un granjero estadounidense que fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin en 2014 por el uso de los herbicidas ‘Roundup’ y ‘Ranger Pro’, de la compañía Monsanto. Esto ha generado escepticismo en torno a la implementación del glifosato dentro de cultivos agrícolas, dadas las consecuencias que puede generar en la salud de las personas.

No obstante, estudios de la Universidad Purdue aseguran que los agricultores de todo el mundo perderían US$6,8 billones anualmente si se deja de utilizar el herbicida. Además, se perdería la producción de 23 millones de toneladas de maíz, soya y canola.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción mundial de frutas, hortalizas, forrajes y fibras caería entre 30% y 40 % por acción de las plagas sin control químico. De hecho, destaca que los herbicidas defienden los cultivos de las malezas que los dañan, matan o debilitan.

Su importancia para el sector agrícola es tal que, para 2022, el mercado de glifosato podría alcanzar un valor de US$9.910 millones a nivel global, según firmas analistas de mercado internacional.

En el terreno empresarial, algunos de los nombres que más han destacado en este negocio son Bayer, que adquirió a Monsanto en 2017, junto con Syngenta, Huaxing Chemical Industry Co., Basf. Dow Agroscience y Corteva Agriscience, entre otros actores del mercado.

Para el caso colombiano, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) estima que son más de 45 empresas las que incursionan en el mercado con productos finales o formulaciones con base de glifosato.

A su vez, existen 118 formulaciones o presentaciones de glifosato en el país con registro aprobado por el ICA, la Asociación Nacional de Licencias Ambientales (Anla) y el Instituto Nacional de Salud (INS).

Sin embargo, la directora de la Cámara de Procultivos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), María Helena Latorre, aseguró que estos productos “están sobre-regulados, y no es para menos, pues son sustancias que deben evaluarse debidamente”, y agregó que “antes de la aprobación se debe soportar todo posible riesgo en el corto, mediano y largo plazo para el medio ambiente, la salud y la eficacia agronómica”.

El experto en agronegocios, Francisco Arias, comentó que el glifosato se ha aplicado ampliamente en el agro, pero el problema es que también tiene muchos contradictores desde el punto de vista medioambiental, dadas las afectaciones ante sus dificultades de uso.

En cuanto a los productos finales con base en glifosato, la Andi destaca que son en su mayoría elaborados en Colombia, y se podría decir que abarcan casi 85% de lo que se comercializa, mientras que lo demás es importado. En ese aspecto, el ICA destacó que en 2017 se registraron 5,39 millones de litros pt de glifosato en importación.

En materia de producción para ese mismo año, se totalizaron 10,12 millones de litros, mientras que las ventas fueron de 12,51 millones de litros. Esta última cifra es más grande debido a que abarca la cantidad de glifosato rezagada del año anterior.

Para el mercado colombiano, los mayores importadores de glifosato son China, Estados Unidos, Brasil y Panamá. De hecho, China es el mayor productor mundial de glifosato y representa alrededor de 30% de las exportaciones del químico.

Las voces en contra del químico

Uno de los más férreos opositores al uso del glifosato en Colombia es el exministro de Salud y ahora rector de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gaviria, quien ha reiterado en varias ocasiones que el debate sobre el uso del glifosato no es académico o técnico, sino ético. Esto, teniendo en cuenta que puede generar problemas respiratorios y dermatológicos, además de abortos espontáneos, según estudios. Sobre la evidencia del cáncer, ha destacado la controversia científica internacional al respecto y ha dicho que el herbicida representa un alto riesgo para la salud.