“Nuestros productos han tenido aumentos cercanos a 25% en lo corrido del año”

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El pasado 16 de septiembre, Partes y Complementos Plásticos, PCP, inauguró su planta de producción en Pereira. Desde esta planta exportarán 50% de su producción. Luis Javier Arango, gerente de PCP, afirmó que en este aspecto se han visto impactados por los altos costos de la logística y los fletes marítimos.

¿Cómo nació la compañía?
Somos una compañía que nació en Medellín en 1988. En 1991 por temas de seguridad se mudó a Bogotá donde duramos 28 años. En este tiempo pasamos de ser un taller fabricante de moldes a convertirnos en una compañía de las más representativas de fabricación de válvulas y accesorios para manejos de agua. Actualmente tenemos una participación de mercado en Colombia de 80%, en Perú de 35% y en México de 20%.

¿Por qué trasladaron la planta a Pereira?
Estábamos en una planta de 3.000 metros cuadrados en Paloquemao y nos empezamos a quedar cortos a medida que el mercado empieza a demandarnos más. Por eso buscamos una posición más estratégica y elegimos Pereira por los grandes beneficios económicos, ambientales y de calidad de vida para nuestros trabajadores. Trajimos un total de 80 familias y contratamos cerca de 250 personas localmente.

¿Qué especificaciones de sostenibilidad tiene?
En esta planta recogemos el agua lluvia, 700.000 litros, y la usamos en la red contra incendios, servicios sanitarios, lavado de fachadas y mantenimiento. El agua de la planta es tratada por una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.

Otro tema es que instalamos 1.504 paneles solares con los que podemos reemplazar hasta 25% de la energía que consumimos.

Con respecto a la tecnología ¿qué tienen y cuánto esperan lograr?
Esta es una planta diseñada para 52 máquinas inyectoras. Cuando salimos de Bogotá trajimos 29 y a hoy hemos aumentado más de 12% nuestra capacidad instalada y esperamos cerrar el año con 35 máquinas. Esto nos permite aumentar nuestra capacidad y atender de mejor manera productos que están siendo altamente demandados, ya que la reorganización del comercio global ha hecho más importante la proveeduría local.

¿Cómo los ha afectado la variación del precio de las materias primas?
Nosotros veníamos comprando resina de PVC a US$0,8 el kilo, en julio estábamos comprando a US$2,3. Ha disminuido un poco y en este momento está sobre US$1,8. El problema no es ese, es que aún teniendo el dinero las plantas de producción no dan abasto para entregar la materia prima. Nosotros estratégicamente con nuestros proveedores podemos garantizar materia prima hasta para cinco meses. Normalmente la compañías funcionan con el justo tiempo con entre 45 a 60 días de inventario. Hoy manejar un inventario tan grande es un reto que consume muchos recursos. No obstante, hoy el reto es el suministro y eso es lo que estamos logrando.

¿Cómo están actualmente sus exportaciones?
Actualmente exportamos 50% de lo que fabricamos. De ese 50%, 20% va para México, 20% para Perú y el restante para otros mercados. La otra mitad queda en el país. Tenemos un buen suministro y una cobertura nacional importante, pero la exportación es fundamental. Uno de los mensajes que les damos a los emprendedores es que deben lograr que la oferta de producto sea replicable para que sea sostenible el crecimiento. Así no lo creamos, Colombia es un país que se llena rápido y cuando uno se dedica a exportar se diversifica el riesgo país y riesgo moneda.

¿Han contemplado la expansión a nuevos mercados?
Sí. Tenemos visto a Estados Unidos, que es un objetivo. Paradójicamente también Venezuela, de donde salimos en 2011 con quiebra por problemas con el gobierno del país. Hoy en día se está reactivando y empieza a manejar números importantes gracias a la dolarización que se está dando. Esperamos que el crecimiento siga sostenido a niveles no inferiores a 18% en los próximos años

¿Cómo los ha afectado el alto precio de los fletes marítimos y los problemas con la logística internacional?
Nos vemos golpeados por el precio de los fletes. Las frecuencias marítimas han caído, la consecución de contenedores ha sido muy difícil. Tenemos grandes compromisos en México con cadenas como Home Depot y hemos tenido que exportar por vía aérea para cumplir con las tiendas. Los costos con esto dan a pérdida. Lo estamos manejando, es un momento coyuntural y no tomamos decisiones de fondo en estos momentos.

Los costos se han incrementado mucho. Teníamos contenedores por los que pagábamos US$1.800 y pasamos a pagar US$11.000 en importación de materias primas.

¿Esto podría impactar los precios de los productos?
Ya lo está afectando. Hemos tenido alzas cercanas a 25% en lo corrido del año. Pero si uno se fija en que las materias primas han crecido hasta tres veces el impacto es menor. Gracias a las eficiencias que hemos logrado no ha sido tan drástico el ajuste de precios.

¿Cuántos empleos generan?
Tenemos cerca de 400 empleados en la compañía

¿Qué expectativas tienen para cierre de año?
Queremos mantener un crecimiento sostenido. Esperamos llegar en los próximos cuatro años a tener una planta de 50 inyectoras y tenemos un área donde podemos crear una planta igual. Es decir, estamos preparados para expandirnos y también estamos evaluando abrir plantas en otros países para complementar la demanda local.

¿Esto cuándo podría darse?
Esto se podría dar a partir de dos años. Es posible que desde finales de 2022 arranquemos con ese proyecto, porque debemos pagar esta planta para continuar con el plan. No tenemos duda de que el país va por buen camino y que las discusiones políticas son necesarias para cambiar lo que pasa en el país.

Ha dicho que el empresariado debería dar más diálogos sociales ¿cuál es el papel de los privados en esto?
Los empresarios por años hemos considerado que por pagar un precio justo a nuestros empleados, pagar prestaciones e impuestos ya cumplimos con nuestra labor social. No hay nada más alejado de la realidad. Todos nosotros hemos podido hacer más y no lo hemos hecho. Tengo que reconocer que gracias al estallido social profundicé un poco más y encontré un país ávido de que lo ayudemos y que es necesario. Se pueden sacar grandes beneficios y hay muchas cosas que se pueden hacer. Eso me tiene motivado. Creo que una de las grandes misiones es inspirar a más empresarios a que abramos los ojos, hablemos y veamos dónde podemos dar apoyo.

No entiendo por qué el país está tan dividido si todos queremos lo mismo. Pero eso solo se sabe cuando se deja esa soberbia o zona de confort (porque como en mi mesa no falta nada). Reconstruir el tejido social es el futuro. Al país no lo va a arreglar el gobierno, porque no tiene el dinero ni las capacidades, los empresarios sí lo tenemos en mayor o menor medida. Hay que inspirar, enseñar y apoyar y eso es a lo que nos vamos a dedicar.