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El presidente de Tigo, Marcelo Cataldo, dijo que Colombia es un país de grandes oportunidades para las empresas de telecomunicaciones
Hace unos días, se conocieron las cuatro empresas que pujarán finalmente por el espectro: Tigo, Movistar, Claro y Partners. Marcelo Cataldo, presidente de la primera de ellas, habló en Al Paredón sobre este proceso.
Ustedes finalmente reciben la aprobación de la junta directiva para participar en la subasta del espectro. ¿Cómo fue esa experiencia de llevar las nuevas condiciones de esta segunda subasta?
Nosotros somos una empresa que tiene dos accionistas, EPM y Millicom, y nos debemos a ellos. Nosotros teníamos la obligación de montar un caso de negocio que permita repagar una inversión. Comprar espectro es invertir, entonces en la primera subasta fue muy complejo, ya que no tenía la posibilidad de mostrar un caso de negocio. En ese momento, yo tenía una consideración de cuánto podía costar el espectro, pero no tenía el dato de cuál era el precio que tenía pensado el Ministerio de las TIC, que en este caso era el ente que me iba a vender.
En esta segunda ronda, ya conociendo el precio de reserva y teniendo las condiciones a más detalle, tuve la posibilidad como administrador de presentar un caso de negocio más detallado ante la Junta, sabiendo cuánto vale lo que queremos comprar, por lo tanto obtuve la aprobación para entrar en la puja el próximo 20 de diciembre.
El mercado tenía en mente, los tres operadores establecidos y acaso Avantel. Pero al final del proceso, llegar un operador entrante. ¿Cómo ven en Tigo que haya cuatro compañías interesadas, una de ellas que no está en Colombia actualmente?
Bienvenida la competencia. Colombia es un país de grandes oportunidades para una empresa de telecomunicaciones. Actualmente, el país está rezagado en la penetración de la tecnología 4G, si se compara con otros países de la región: llevamos 30% de penetración versus un 60% que tienen Argentina, Chile o Brasil. Por esto, la importancia de que los usuarios tengan nuevas opciones es positivo.
Ahora bien, el mercado colombiano es complejo. Recientemente se han conocido novedades de nuestros competidores que han mostrado las dificultades que tenemos en el mercado. Sin embargo, contrario a lo que dijo uno de nuestros competidores que ‘no invertimos’, llevamos cinco años invirtiendo $1 billón, -este año estamos cerrando con una cifra similar-, entonces es una noticia más que positiva: a invertir en Colombia y, sobre todo, a competir.
Los dos operadores grandes tienen una restricción de tope de espectro. Para Tigo esta es una gran oportunidad para ir por una buena porción de esa banda de 700 Mhz, ¿el caso de negocio que presentó se basó en la cantidad de espectro que pueden adquirir?
Nosotros tenemos varios escenarios y distintas estrategias dependiendo un poco de cómo se desarrolle el proceso hasta el día de la subasta. Ahora bien, el espectro no es económico: un bloque de 700 Mhz cuesta $ 949.000 millones (US$ 140 millones). Es un precio que implica inversiones importantes, por ejemplo, si quisiéramos comprar 30 Mhz, estamos hablando de US$ 420 millones, solo del valor del espectro, después hay que desplegar la red. Entonces, es una oportunidad interesante, pero hay que entender que el precio no es tan accesible e implica un compromiso a nivel de inversión importante.
Sabiendo que hay cuatro interesados, todo apunta a que se pondrá a disposición todo el espectro disponible en la banda de 700 Mhz, ¿cómo observan la competencia que se dará entre los operadores para el próximo día 20 de diciembre?
En el documento final de la resolución, quedó establecido que la cantidad de espectro iba creciendo en base a la cantidad de competidores. Con cuatro competidores o más, van a poner los 90 Mhz a disposición. Consideramos que es un mensaje correcto: un espectro guardado no sirve para nada, vale cero. Así que, el hecho de que todo el espectro esté a disposición es interesante para ver cómo se configura la subasta y ver con cuánto nos podemos quedar finalmente.
Sin duda en el plan de negocio, todos tienen que convivir con la tasa de cambio. Pero vienen los pagos anualizados y ese fenómeno puede variar. ¿Cómo analizar ese fenómeno con unas tasas de cambio tan altas como tiene Colombia actualmente?
Ese fenómeno que usted bien describe, los estamos viviendo desde hace cinco años. Desde que nos integramos en 2014, entre Tigo y UNE, el dólar estaba a menos de $2.000, entonces el efecto cambiario que ha sido cercano a 60%, realmente nos ha pegado durísimo en la industria, porque cerca de 70% de nuestras inversiones son en dólares: la fibra óptica, los nodos 4G, las licencias, los sistemas informáticos, los canales que tenemos en nuestros planes de televisión entre otros.
Todo esto está dolarizado, por esto estamos pasando por un proceso de reconversión de nuestra estructura de costos, de foco en nuestras inversiones, para poder dedicar todo este dinero en construir las autopistas digitales que conecten a cada vez más colombianos.
Pasada la subasta viene un 2020, con muchos retos y oportunidades, ¿cuáles son las previsiones de Tigo con este nuevo escenario? ¿Qué oportunidades ven en el mercado colombiano?
Desde el punto de vista de Tigo: invertir y crecer. Nosotros tenemos que construir, a diferencia de nuestros competidores establecidos, una red en bandas bajas -dependiendo de los resultados de la subasta- desde cero, mientras que nuestros competidores ya tienen redes en banda baja física y sobre esa sólo deben montar la electrónica. En cambio, Tigo debe desplegar la red desde cero, así que tenemos mucho trabajo y mucha inversión para construir las redes y para hacerlo de la manera más eficiente posible. Así mismo, debemos seguir creciendo en cantidad de clientes y en ingresos, con foco en la construcción de esta bien tan apreciada que esperamos conseguir en la subasta.
Con respecto al tema competitivo, el desafío sigue siendo el mismo. Existe un operador dominante en el mercado. Llevamos tres años discutiendo este tema y lastimosamente la CRC no pudo resolver ese problema y se extinguió. Ya tenemos un nuevo regulador y, de parte de Tigo, tenemos altas expectativas para que retome este tema y se llegue a una conclusión.
Recientemente, usted salió en la portada de La República hablando sobre la desconexión de Avantel. Parecía que se podía convertir en el cuarto operador, pero ahora están en reorganización. ¿Qué opinión le merece este tema?
Eso demuestra el efecto importante de la no estructura correcta del mercado. Un operador entrante que intenta, que hace sus esfuerzos para competir y no puede contra la estructura desequilibrada que tiene el mercado. Antes había muchos más operadores que compraban espectro: en la licitación del 2013 éramos seis o siete los interesados: eso demuestra, estructuralmente, cómo está el mercado colombiano.
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