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El Espectador evalúa reducir sus publicaciones semanales y según su director, Fidel Cano, se enfocarán más en contenidos digitales
La crisis que desde hace unos años amenaza a las salas de redacción se agravó con la pandemia del covid-19 y uno de los principales medios de Colombia, El Espectador, no es ajeno a ella. El periódico, que nació en 1887 como una oposición liberal a La Regeneración, ha soportado episodios como cierres, un carro bomba en 1989 y una crisis financiera que lo llevó en 2001 a ser un semanario por siete años; ahora se prepara para una nueva reforma, y según su director, Fidel Cano, evalúan entre hacer una edición más pequeña o volver a ser semanario.
¿Por qué están explorando volver a ser un semanario?
Todo está enmarcado en la crisis de la pandemia, que ha acelerado procesos que veíamos que iban a suceder de aquí a cinco años. La economía se vino al suelo, el mercado publicitario está destrozado, y en El Espectador esa afectación ha sido principalmente en el impreso de lunes a sábado, combinado a que hemos tenido en los últimos años un desarrollo muy fuerte en lo digital.
Son señales que nos indican que debemos hacer algo, estamos publicando un periódico prácticamente sin publicidad, la distribución ha sido muy difícil por el cierre de vuelos. Dentro de ese panorama, hemos contemplado la posibilidad de volver a ser solo semanario o hacer un periódico más pequeño. Estamos mirando costos y el cierre financiero a mitad de año para tomar una decisión más informada.
¿Qué tan rentable es imprimir en esta época de pandemia?
Hacer un periódico con ingresos muy bajos de publicidad y con ingresos muy bajos de circulación, porque en la calle estamos vendiendo muy poco y no estamos pudiendo circular nacionalmente, es una operación a casi pérdida total, la viabilidad de seguir con esta operación en la pandemia es irresponsable.
¿Qué cambios de estrategia han planteado debido al covid?
Es un proceso. Desde hace unos cuatro años decidimos que íbamos a ser primero una empresa digital y transformamos toda la redacción. Ahora es totalmente integrada, todos trabajan para todas las plataformas, aunque tenemos canales diferenciados, pero nuestro negocio es producir contenidos.
La empresa ha dado pasos acelerados, incursionando en nuevos formatos e ingresamos en el cobro por contenido en el que mes a mes van creciendo las suscripciones. Todas las señales nos están diciendo hacia donde se va a mover este negocio en el futuro, y tratar de aferrarse a lo que está en decadencia es irresponsable en una crisis económica como la actual.
¿Cómo les ha ido con las suscripciones digitales?
Esa es la buena noticia en la pandemia. Desde la llegada del coronavirus a Colombia se duplicó el crecimiento de las suscripciones. Normalmente venían creciendo 15% mes a mes, y estamos por encima de 35% en abril, mayo y junio. Estamos muy contentos con eso.
¿Qué otros proyectos tienen para incrementar los ingresos?
Hemos incursionado en otro tipo de formatos y en la comercialización de otros formatos. En programática no estábamos tan metidos, ahora estamos mucho más, pero esa es una publicidad barata que deja más bien centavos.
Más bien estamos aprovechando el contenido diferencial que ofrece El Espectador para llevarlo a mensajes comerciales y llegar a alianzas con empresas para desarrollarles información profesional sobre sus intereses comerciales, obviamente diferenciando lo que es contenido comercial de lo que no es. En eso vamos bien.
Algunas compañías dejaron de pautar en Facebook y Twitter, ¿ese boicot puede ser una oportunidad para los medios?
Me parece un movimiento muy interesante, que las empresas entiendan cuál es su rol en una democracia, y que sus marcas deben juntarlas con una información bien tratada, sin segundas intenciones y manipulaciones, y no simplemente ponerlas donde hay muchos ojos viendo, pero también se promueven informaciones intencionadas políticamente.
Se ha hablado de la posibilidad de que el medio se configure bajo la figura de fundación, ¿siguen explorando esa idea?
Sí, ese proyecto no se ha vuelto a revolver, nos cogió la pandemia, pero la idea era escindir lo que es puramente contenido y su función social y convertirlo en una fundación y el resto de la empresa convertirlo en otra cosa, y que con distribución le prestara servicios a la fundación. Esto con el objetivo de garantizar la supervivencia a futuro del periódico. Ahí están los estudios, pero no es una decisión que estemos mirando en este momento.
Otros medios del Grupo han tenido que reducir su planta de personal, ¿les pasará lo mismo?
Hasta el momento no hemos tenido ningún recorte, hemos venido aguantando, pero si se llegara a tomar una decisión de dejar de circular el impreso seis días, es posible que haya funciones que ya no sean necesarias y tener algún recorte de personal. Esa sería la parte triste del proceso. Esto es una crisis, pero no se va a acabar El Espectador, será solo otra transición de las muchas que ha tenido en estos años.
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