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Modificaciones generan inconformidad entre los más de 12.000 rappitenderos
A finales de este mes se dio un debate entre Rappi y sus rappitenderos debido a una modificación en el mecanismo de pagos ofrecidos por la plataforma, lo que llevó a que renaciera el conflicto sobre la relación laboral o comercial entre la aplicación y los domiciliarios.
El cambio consistió en la eliminación de los pagos uniformes por pedido, ya que antes se efectuaba un desembolso de $3.500 por cada pedido realizado, sin incluir las propinas que, voluntariamente, los usuarios de la aplicación quisieran dar a los rappitenderos.
Teniendo en cuenta que este mecanismo podría generar cancelaciones para pedidos que salieran a largas distancias, debido a que las ganancias serían las mismas que las obtenidas por un pedido cercano, la plataforma propuso un pago, por medio de SoyRappi, que varía según diversos factores como la lejanía del destino y que, de acuerdo con Rappi, puede estar entre $2.800 y $15.000 de ganancia para los domiciliarios. Con ello, y teniendo en cuenta que no todos los pedidos llegan a ambos extremos, el promedio que determinó la aplicación que se obtendría por cada entrega sería de $3.700. No obstante, los rappitenderos aseguran que la realidad es diferente.
Según los rappitenderos, las modificaciones que ha hecho la plataforma en los últimos meses han afectado sus ganancias. Uno de ellos, que prefirió el anonimato, indicó que bajo este nuevo método se reciben pagos por domicilio inferiores a los prometidos por la plataforma, llegando a valores de $2.100 por entrega.
Así mismo, quienes utilizan la plataforma para obtener ingresos manifiestan que la asignación de los pedidos cambió y que esto ha restringido las libertades que ellos tienen sobre las mismas, dado que, al recibir direccionadamente una solicitud de domicilio y rechazarla, la llegada de nuevas oportunidades de entrega se disminuye tras de tasas de aceptación bajas.
Pese a que esta situación podría proteger al usuario final, ellos aseguran que desprotegen sus funciones, pues en ocasiones pueden presentarse casos en los que las asignaciones correspondan a sitios bastante lejanos o de difíciles condiciones de seguridad.
Frente a esta situación, la plataforma destaca que “las ganancias de los rappitenderos reflejarán de mejor forma el tiempo y el esfuerzo que le dedican a la orden escogida” y precisó que las ganancias por hora, efectuando entre dos y tres domicilios en dicho lapso, estarían aproximadamente entre un rango de entre $9.500 y $14.000.
Otro rappitendero consultado precisó que al día se puede hacer entre $100.000 y $150.000. Agregó que el rey de los rappitenderos, es decir, el mejor de los domiciliarios de la app puede hacer 30 pedidos al día, pero que la mayoría hace 10.
La relación laboral
De esta controversia, resurge el debate sobre el modelo de contratación que ofrece este unicornio colombiano. Según expertos consultados en esta materia, los vacíos surgen ante la ausencia de una reglamentación apropiada en este negocio. Y es que Rappi, al igual que muchas de las plataformas o aplicaciones de economías colaborativas que han surgido, no fungen como empleadores de quienes encuentran en las apps una fuente de ingresos.
“En el derecho laboral colombiano no existe una figura intermedia entre dependencia e independencia laboral. Falta una figura para vincular las relaciones generadas en casos como el de Rappi”, dijo el director del observatorio laboral de la Universidad Externado, Stefano Farné.
Uno de los términos que impide que sea considerado como una relación empleado-empleador es el de subordinación. Juan Manuel Guerrero, director de Guerrero & Asociados, resaltó que este es el elemento diferenciador entre las relaciones en estas figuras de economía colaborativa. No obstante, Guerrero subrayó que, al recibir beneficios indirectos por la operación de los rappitenderos, la compañía debería hacerse responsable de temas relacionados con salud y pensión, más allá de la ARL que hoy en día algunas apps cubren.
Para Santiago Martínez, gobernador del Colegio de Abogados de Trabajo, la plataforma está planteada como un mecanismo intermediario entre una solicitud y alguien que supla la misma, razón por la cual la compañía no sería empleador. “No hay ninguna relación de subordinación, no cumplen horario, no tienen exclusividad y no están obligados a adquirir los productos que llevan la marca Rappi”, aclaró la compañía sobre este modelo.
Vestimenta del rappitendero no es obligatoria
Al no tener una relación laboral, Rappi no puede exigir a sus usuarios que tengan una vestimenta para ejercer su trabajo y tampoco los dota con ese tipo de accesorios. Lo que ofrece la plataforma colombiana es la opción de que los rappitenderos compren dicha indumentaria, algo que es necesario de cara a ganarse la confianza del cliente. En este sentido, el costo de las maletas medianas es de $20.000, mientras que las de mayor tamaño tienen un precio de $55.000. Las gorras están establecidas en un valor de $10.000 y las chaquetas y chalecos cuestan $57.000.
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