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El anuncio de la salida de la Cámara de Comercio de Bogotá de Confecámaras saca a la luz desacuerdos dentro del sistema cameral; se alegan fallas e inasistencia
Hay tensión en el gremio cameral tras el anuncio de la salida de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) de Confecámaras, y sobre todo, tras conocerse las razones a las que Ovidio Claros, presidente de la CCB, alude la decisión.
La salida de la Cámara de Comercio de Bogotá de la confederación no es un anuncio cualquiera, se trata de la pérdida para Confecámaras del aporte económico con más peso para la organización, pues esta le aporta $2.000 millones al gremio, con aproximadamente medio millón de matrículas mercantiles de empresas, negocios y emprendimientos, que llegan a sumar 25% del PIB del país año tras año, una cifra que empezaría a restar en 2024 en el sistema cameral.
Al conocerse la decisión de la CCB, también salieron a la luz las razones. Todo indica que hay una creciente inconformidad por la gestión de la organización, no solo por parte de la cámara capitalina, sino también por otras 25, que, según declaraciones, se habrían reunido con Ovidio Claros para manifestarlo. Las causas aluden a una falta de escucha y participación de las cámaras medianas y pequeñas, a las que ciertas decisiones o acciones afectan en mayor proporción que a las grandes, y que “llevan muchos años pidiendo ser escuchadas y tenidas en cuenta”, según afirmaron desde la CCB a LR.
De la misma manera, se refirieron a una falta de gestión por parte de Confecámaras frente a un proyecto para un decreto que se adelanta en el Ministerio de Trabajo y que afectaría las tarifas, causando un daño mayor a las cámaras pequeñas, que al percibir la falta de respaldo por parte de la confederación “se sintieron solas”, según afirmaron.
Con la aprobación del decreto, cámaras como la de Bogotá tendría una afectación en 12% de sus ingresos, pero otras más pequeñas podrían llegar a sentir un efecto en 48% de ellos, una cifra que podría costarles hasta su desaparición; así, la falta de apoyo por parte de Confecámaras como vocero de las inquietudes y riesgos de las cámaras, sería otra de las razones que motivaron la salida de la CCB, además de tener que gestionar, según afirmaron, por cuenta propia mesas de trabajo con el Gobierno para exponer la situación, gestión por la que mencionan que el proyecto se encuentra para este momento aplazado.
Tras hacerse pública la decisión de la Cámara de Comercio de Bogotá, la respuesta de Confecámaras no se hizo esperar. En un comunicado de prensa en el que exponen 10 puntos, se expresaron frente a la salida, pero sobre todo frente a las declaraciones que aluden a los fallos en la gestión de la confederación.
“Durante 64 años de existencia, hemos desempeñado un rol fundamental en el crecimiento de 57 Cámaras afiliadas y el fortalecimiento del sector empresarial colombiano...”, inician en su defensa, que también incluye cifras que le dan peso a su postura, demostrando que según las últimas evaluaciones sobre su gestión, 92% de los funcionarios de la Red de Cámaras expresaron estar en un rango de muy satisfechos y satisfechos cuando se les preguntó sobre la calidad de los servicios prestados; así mismo, indicaron que 95% de los miembros de las juntas directivas de las cámaras de comercio agremiadas, evidenciaron una satisfacción general a la gestión, según la calificación obtenida en el último Congreso de Confecámaras.
En relación con la falta de gestión frente al proyecto que afectaría las tarifas, la confederación afirmó que existe “diálogo fluido y técnico con los diferentes grupos de interés sobre asuntos cruciales para la Red como el sistema tarifario”.
Por último, y como estocada final de su opinión, afirmaron que respetan la decisión voluntaria, “pero no aceptamos que ellas se justifiquen en la descalificación de la gestión de una entidad, cuya filosofía de trabajo se basa principios democráticos, de buen gobierno corporativo y en la búsqueda permanente del interés general”.
Pese a esto, el último movimiento de este rifirrafe lo dieron Ovidio Claros y Julián Domínguez, en representación de la CCB y Confecámaras, reuniéndose el día de ayer para acordar algunas acciones que eviten la distancia con una de las cámaras más importantes e influyentes del gremio.
Llegado el medio día de ayer, Ovidio Claros, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, y Julián Domínguez, presidente de Confecámaras, anunciaron haberse reunido para dialogar, un encuentro que habría tenido como fruto una decisión ‘salomónica’: “convocar a los 57 presidentes de las Cámaras de Comercio del país para el próximo mes de febrero de 2024, en la ciudad de Bogotá, con el ánimo de recoger las inquietudes y propuestas encaminadas a fortalecer el sistema cameral colombiano y volverlo más democrático y participativo”, según afirmaron.
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