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Se espera que en dos semanas la Superintendencia de Industria y Comercio autorice o no la compra.
La movida empresarial que se viene gestando desde 2016 entre la Organización Terpel y ExxonMobil podría concretarse a finales de este mes, pero bajo ciertos condicionamientos que impondría la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
Aunque por ahora se está a la espera de la autorización de la SIC, desde noviembre del año pasado este organismo informó que para que Terpel pueda comprar la división de combustibles y lubricantes de ExxonMobil, tendrá que vender algunas estaciones de servicio, una planta en Bucaramanga y dos marcas.
El negocio, que inicialmente involucra ciertas operaciones de downstream (combustible y lubricantes) de ExxonMobil en Colombia, Perú y Ecuador, podría cerrarse con una transacción de $2,09 billones, es decir, los US$747 millones que se plantearon como valor inicial del negocio cuando se anunció en 2016.
Si esta cifra es la total, Terpel ya tiene disponibles $1,72 billones tras solicitar la semana pasada un crédito a los bancos locales.
Con 38% de participación del mercado y un poco más de 1.900 estaciones de servicio, Terpel tendrá que cumplir requisitos desde las dos divisiones que maneja: por el lado de combustibles, vender a un tercero esa línea de ExxonMobil; y por el lado de los lubricantes, negociar su planta de producción en Bucaramanga y las marcas Máxter y Máxter Progresa.
Así lo confirmó Pablo Felipe Robledo, superintendente de Industria y Comercio, quien aclaró que en aproximadamente dos semanas se podría dar la aprobación. “Sin embargo, la venta deberá perfeccionarse en un plazo máximo de seis meses para que se ajusten los procesos de desinversión o venta, de tal forma que no haya lugar a la toma de control por parte de Terpel sobre dicho conjunto de activos”, dijo.
Pese a que por ahora no se conocen los posibles terceros que estarían interesados en comprar, inmediatamente, la línea de combustibles de ExxonMobil, el nuevo jugador quedaría con un poco más de 700 estaciones de servicio Esso y Mobil, que tienen presencia a nivel nacional.
En cuanto a la división de Lubricantes, la Organización Terpel, representada por el grupo Copec, vendería su planta de producción en Bucaramanga y las marcas industriales Máxter y Máxter Progresa. A esto se suma, además, que por tratarse de un canal de comercialización relevante deberá levantar las exclusividades pactadas con estaciones de servicio que se identifican con su bandera “Terpel”, para la exhibición y venta de lubricantes. Esto, en un término de 10 años.
Frente a esto punto, Carlos Noack, presidente de ExxonMobil Colombia, le aclaró la semana pasad a LR que “la resolución que salió en noviembre ha tenido la comunicación incorrecta. Cuando se suscribió el contrato entre Copec y ExxonMobil era claro que Terpel no se iba a quedar con las estaciones de servicio, solo con lubricantes”.
Noack agregó que “más o menos para el tercer trimestre del año ya se ha consolidado todo. Creo que es un negocio que se definirá a corto plazo”.
ExxonMobil llegó hace un poco más de 100 años al país y desde ahí ha logrado concretar varias alianzas en el mercado. Incluso, firmó un acuerdo con Sodexo para lanzar una aplicación que le permitirá mayor rendimiento de combustible a los conductores.
“Hay una alianza importante que en las próximas semanas estaremos anunciando. Las inversiones de la compañía, a corto plazo, serán la sistematización de las plantas y procesos de embanderamiento. Seguiremos invirtiendo en el país porque vemos grandes oportunidades”, afirmó Noack.
El negocio en Ecuador y Perú.
Los altibajos en la compra de los activos también se vienen presentando en los dos países de la región. Aunque por ahora las entidades a cargo de la libre competencia en Ecuador dieron su visto bueno para que se dé la adquisición del negocio de combustibles (minorista y mayorista) y contratos de lubricantes; en Perú, por el contrario, aún se está estudiando si la transacción podría incurrir en un monopolio en el sector.
Esta decisión está a cargo del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), el cual, en las próximas semanas también podría dar los argumentos finales para dar vía libre a uno de los posibles mayores negocios del año.
¿Por qué la SIC condicionó la compra?
El 23 de noviembre del año pasado, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) aclaró que el negocio entre ExxonMobil y Terpel no se podría aprobar de inmediato debido a que las empresas intervinientes tenían un poco más de 54% del negocio de combustibles. Es así como en ese momento la Superindustria aclaró que “de llegarse a dar la compra representaría un riesgo alto de restricciones inconvenientes e indeseables de la competencia”. Así mismo, la entidad resaltó que en plantas de abastecimiento, las compañías tenían cerca de 52%, lo que no permitiría el desarrollo de esta actividad a otras firmas.
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