MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Algunos empresarios del sector han destacado que pueden favorecer a la industria de la confección y generará aumentos en la demanda de telas
Los aranceles textileros incluidos en los artículos 274 y 275 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) siguen generando polémica. Pese a que organizaciones como Fenalco y Analdex dijeron inicialmente que dicho gravamen de 37,9% para importaciones con un valor inferior a US$20 por kilo encarecería hasta 25% las prendas de vestir, gremios como la Cámara Colombiana de Confecciones y Afines (Cccya) señalaron que esto no es del todo cierto.
En una comunicación emitida por esa institución, se argumenta que “si a ese 25% del arancel se le resta 15% que se paga con la norma vigente, da como incremento solo 10% de impuesto y afecta solo 3% de los precios al consumidor”.
Frente a ese tema, el presidente de la Cccya, Guillermo Elías Criado, destacó que no se vería reflejado más allá de ese porcentaje, además de que solo una participación del consumidor colombiano de clase alta y una parte de clase media, que compra mercancía importada, se vería afectado. El resto de la población adquiere su ropa en mercados populares o cadenas menores.
Asimismo, frente a la posibilidad de que los artículos del PND sean demandados ante la Corte Constitucional, Criado mencionó que “hay una gran exageración e insensatez” porque sería demandar propuestas que “solo van en beneficio del bienestar de los colombianos”.
Desde el sector empresarial también ven con buenos ojos este impuesto. Al menos así lo comentó el presidente de Fabricato, Carlos Alberto De Jesús, quién mencionó que “sí va a favorecer a la industria de la confección”. Sin embargo, destacó que aún falta dar concepto de encadenamiento de valor y estructurar de telas, textiles e hilos. “Con este arancel siempre hay una queja de que genera inflación, lo que no es cierto. Lo que hace es corregir la distorsión entre Colombia y los países de origen en sus prácticas comerciales, laborales y ambientales”.
Por su parte, la gerente y dueña de PatPrimo, Sophie Deuer, mencionó que para el sector textil es muy positivo, ya que la demanda de telas aumentará significativamente tanto para importadas como nacionales. “La confección colombiana, que es de muy buena calidad y muy actualizada, también saldrá beneficiada y fortalecida”, dijo.
Otro de los temas que se debe tener en cuenta es el hecho de que el consumidor colombiano le apunta mucho más que antes a los productos en descuento, lo que ha incidido en la caída de 0,62% en los precios, tanto en el sector textil como en el de calzado. Al respecto, Criado aclaró que esto “no sucede siempre”, pues hay muchos clientes que se decantan por los productos nacionales “por diseño o por apoyo al empleo nacional”.
Una de las marcas que evita el uso de promociones es Leonisa, que actualmente se ubica como líder en el sector textil con 5,9% del market share. La gerente de mercadeo, Lina Escobar, destacó que “la marca tiene muy claro que su estrategia no es de bajar precios, sino que se basa en posicionar una marca de valor y diferenciación”.
¿Cuál es el estado actual del sector textil en Colombia y de sus empresas?
Según datos de Inexmoda, el top cinco de las empresas del sector textil en Colombia está conformado por Leonisa (5,9%), Crystal (5,4%), Grupo Casino, representado en Colombia por Grupo Éxito (4,3%), Manufacturas Eliot, dueña de marcas como PatPrimo y Seven Seven (3,7%) e Inditex (3,6%). Según datos de Euromonitor International, el mercado tuvo ventas de $7,35 billones para 2013 que crecieron 42,2% en los últimos cinco años, alcanzando $10,45 billones en 2018. El análisis de Euromonitor excluye el negocio de ropa usada.
Durante la gestión en la EPS recaudaron $18.880 millones por concepto de cartera de servicios y tecnologías no financiados con recursos de la UPC
Andrés Mauricio Velasco, presidente de Asofondos, dijo que la inversión está 22 pps por debajo de donde estaba antes de la pandemia
La nueva planta está ubicada en Caimalito, zona franca de Pereira. El grupo tiene presencia en nueve países, y Colombia es el tercer mercado más grande de Latinoamérica