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Las piezas que componen la canasta básica de autopartes incrementaron hasta en 25% sus precios por cuenta de la escasez
En un año complejo, la crisis de suministro se suma a las adversidades que hoy enfrentan las industrias a nivel mundial, como el rezago de la pandemia. El sector automotor ha visto los efectos de la escasez de materias y la falta de productos que componen la cesta básica automotriz, lo cual está preocupando al sector.
La cesta básica de repuestos se compone de puertas delanteras, costados, parachoques delantero y trasero, stop y farolas.
Jhon Suárez, gerente general de Cesvi (Centro de Experimentación y Seguridad Vial), explica cómo han cambiado los tiempos de entrega: “Antes podían hacerse entregas entre 15 y 18 días, actualmente se están demorando entre 30 y 33 días. Esto afecta el mercado en diferentes líneas de trabajo”. Suárez también indica que el hecho de que los productos primarios no estén disponibles, impactan la demanda y, por ende, el costo.
En efecto, los precios han aumentado; según datos de Cesvi, los costos promedio de adquisición de repuestos han presentado una variación de valor comercial de hasta 25%.
Por otra parte, otros productos que también están escasos son los elementos electrónicos que se integran a los carros, por ejemplo, computadores. Suárez destaca que en siniestros estos dispositivos pueden dañarse o ser hurtados y el hecho de que no haya disponibilidad inmediata puede incrementar demanda en el mercado negro, donde se pueden encontrar computadores, espejos y otros elementos. En el mismo sentido, el mercado ilegal es una problemática que preocupa al sector asegurador, porque la escasez y los altos precios incentivan la cantidad de robos de autopartes.
De acuerdo con cifras de Fasecolda (Federación de Aseguradores Colombianos) en julio de este año las primas crecieron 24,9%, esto se debe al incremento de 4,2% en la cantidad de vehículos asegurados y el aumento de 9% como consecuencia de la inflación global, lo que también afecta los costos de reparación de vehículos y por tanto, requiere ajustes de tarifas tal como asegura el gerente de Cesvi.
Por otra parte, Fasecolda calcula que 75 de cada 100 siniestros corresponden a vehículos que necesitan los insumos que están escasos, es decir, elementos de la cesta básica. Esta cifra impacta también en la cantidad de quejas y reclamos que reciben las entidades aseguradoras, pues resulta ser una cadena que afecta finalmente a los conductores.
Una solución que el gerente de Cesvi ve con viabilidad es abrir la entrada masiva de estos elementos: “Una alternativa es abrir posibilidades internacionales de forma legal, por ejemplo, elementos de mercados asiáticos, europeos y americanos podrían entrar de forma masiva. Esta es una solución que puede funcionar a corto plazo”, concluye.
Además, teniendo en cuenta las demoras en la entrega de diferentes piezas de vehículos por cuenta de la tardanza en la llegada de barcos, los comercializadores han tenido que comprar en otros lugares, no obstante, esto no soluciona la escasez porque la industria nacional de elementos automotores solamente abastece 25% del mercado total y al menos 75% de las piezas vienen del exterior, según indica Andrés Guevara, gerente de Impocali, una de las importadoras mayoritarias más grandes del país.
Estos cambios en el mercado han provocado que las importadoras resulten atendiendo otros mercados, naturalmente sus clientes son los almacenes de repuestos a nivel nacional, pero bajo la presión de la extensión de tiempos en entregas y escasez, han atendido clientes como concesionarios y agencias con elementos como aceites, líquido de frenos y embragues.
“Hemos hecho nuestro máximo esfuerzo para mantener una disponibilidad y hemos logrado mantener una buena oferta”, agrega Guevara con optimismo. Las expectativas se enfocan en una disminución razonable en las tarifas, porque en el caso de Impocali, teniendo algunos elementos en inventario, pueden ofrecer los productos sin elevar tanto los precios.
Otro factor relevante mencionado por Andrés es que China actualmente tiene una contracción interna en la economía, lo que puede generar apertura a mayor velocidad hacia el exterior porque es un país importante a nivel mundial como proveedor del sector de automotores.
Y es que la cadena logística afectada a nivel mundial es un efecto de la pandemia, pero este motivo se suma a otros fenómenos actuales como la devaluación de varias monedas en Latinoamérica respecto al dólar, lo que inevitablemente impacta los costos de producción y exportación.
No solamente las autopartes han presentado escasez e incrementos para el sector automotor, sino que los carros cero kilómetros están muy escasos y, según el Dane (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) esto tiene un efecto en los precios de vehículos usados, los cuales han aumentado en precio en 15,22%. En cuanto a este campo, la guía de valores de Fasecolda ha identificado comportamientos atípicos: el valor de un vehículo usado, generalmente del año anterior, se transa en el mercado en un valor superior al carro nuevo de la misma línea y marca; la razón del precio más alto es la disponibilidad; está listo para que el comprador lo utilice inmediatamente.
Este es el panorama al que se enfrenta el sector automotriz en Colombia. “Yo esperaría que el mercado y el Gobierno Nacional puedan contener la inflación que actualmente enfrentamos”, dijo el gremio Cesvi.
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