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Mintransporte denunció a los directivos y representantes legales por seguir vendiendo tiquetes, sabiendo que cesarían operación
El Ministerio de Transporte denunció ante la Fiscalía General de la Nación a ocho directivos de Ultra Air, la aerolínea de bajo costo que tras declararse en quiebra suspendió su operación el pasado 29 de marzo. El delito por el cual fue denunciada la compañía, tal como ya lo había anunciado la cartera, es estafa masiva por servicios que no fueron prestados, pero sí cobrados, y que redondean la suma de $48.000 millones.
La denuncia interpuesta por el entonces ministro Guillermo Reyes detalla que los directivos autorizaron la venta de tiquetes a pesar de que sabían del riesgo de la quiebra. Entre los delitos se agregan ofrecimiento engañoso de produdctos y servicios y perturbación en servicio de transporte público colectivo u oficial.
La denuncia penal está dirigida contra los representantes legales William Shaw, Óscar Herrera Restrepo y Abel López Campo, así como se indician a David Bojanini, Ilva Restrepo, Juan Londoño Martínez, Juan Carlos Altmann y Claudia Munera Pineda, principales miembros de la Junta Directiva de Ultra Air.
El recurso fue presentado el pasado 20 de abril y deposita en el despacho del fiscal general, Francisco Barbosa Delgado, y del director especializado contra la corrupción, Eduar Calderón Muñoz.
Entre los argumentos del Ministerio de Transporte para la presentación de la demanda está el hecho de que la compañía sabía que a las 4:00 p.m. del pasado martes 29 de marzo de 2023 se declararía en quiebra y a las 8:00 a.m. de ese mismo día, seguía vendiendo tiquetes. La empresa, en menos de un año y con solo cinco aviones, vendió más de 300.000 tiquetes a US$80, en promedio, sin la infraestructura necesaria para prestar el servicio.
Entre los dueños de los aviones naranjas se encuentran Carlos Ríos y la familia Sáenz de Autogermana, la familia Lince y otros accionistas extranjeros. Uno de los primeros en intentar limpiar su imagen fue David Bojanini, quien fue presidente de Sura por cerca de 40 años y al que hoy se le relaciona con la venta de tiquetes con un código promocional a través de la plataforma del Grupo Sura, lanzado 13 días antes de la suspensión de operaciones.
“No he sido inversionista, ni socio de esta empresa. Para más señales, tampoco he tenido honorarios como miembro de Junta Directiva. Acepté la invitación a participar en su Junta con el único deseo de contribuir a la creación de una nueva empresa enfocada en el modelo de bajo costo en la industria de las aerolíneas”, dijo Bojanini en una carta difundida el fin de semana.
El directivo afirmó que la Junta Directiva sigue buscando diversas alternativas para encontrar vías de reparación o solución. No obstante, el Ministro de Transporte señaló que todos los miembros de la Junta tienen responsabilidad. “Es imposible que un miembro del órgano director, sentado en la Junta, no supiera o dijera que no le informaron sobre la situación de Ultra. Aquí todos tienen responsabilidad por omisión o por acción”, dijo Reyes.
A pesar de que Ultra Air solicitó al Gobierno Nacional apoyo tras la tormenta que se desató cuando se quedaron sin una propuesta de compra por parte de JetSmart, la empresa no pudo seguir funcionando. Si bien había anunciado que sus inversionistas iban a realizar una capitalización, las medidas posteriores que comunicó la compañía indicaban que la turbulencia no había cesado.
Primero anunciaron las primeras cancelaciones de vuelos y la venta de tiquetes, que posteriormente fue reanudada con el anuncio de la capitalización de la compañía. Segundo, el 27 de marzo, Ultra Air confirmó que había reducido su flota, oprerando con tres de los cinco aviones que tenía. Hasta que se conoció la quiebra de la aerolínea.
La noticia de la muerte de la aerolínea de bajo costo alertó el mercado aéreo colombiano, teniendo en cuenta que en su primer año de operación logró movilizar más de dos millones de pasajeros. Solo hasta el 17 de marzo de este año conectaron a 510.567 usuarios en el país.
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