MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Tras uno de los años más difíciles para la industria minera de gemas, este año, las empresas esmeralderas recuperarían la producción de dos millones de quilates
La industria minera tuvo un freno por cuenta de la pandemia y las restricciones de bioseguridad. En el caso de las piedras preciosas, éstas se vieron afectadas pues el mercado dejó de moverse. Las exportaciones cayeron a US$40 millones y este año esperan recuperar niveles prepandemia, afirmó Óscar Baquero, presidente de Fedesmeraldas.
¿Qué sucedió con la minería de esmeraldas en 2020?
2020 ha sido el peor año para la exportación de esmeraldas en los últimos 40 años. El total exportado fue US$40 millones, que si se compara con años anteriores es muy malo, porque estábamos sobre US$130 millones. Esto ocurrió porque muchas de las exportaciones se hacen por medio de vuelos comerciales y al estar parada esta operación no pudimos exportar. El país no tiene una logística para el manejo de valores y eso hizo que el movimiento cayera. Eso afectó a las mineras que tuvieron que reducir nóminas y costos.
¿Cómo se ha comportado este año?
Este año se abrieron las exportaciones. Hay que entender que las empresas continuaron trabajando y produciendo, por lo que hay una acumulación de inventarios. Este año estamos recuperando los niveles que teníamos en 2019. Estimamos que el sector va a cerrar con cerca de US$120 millones en ventas. No significa que hayamos multiplicado las ventas sino que estamos recuperando el mercado que habíamos perdido y estamos liberando inventarios, no es que hayamos producido más. Estamos sobre US$100 millones en ventas y al cierre de año esperamos que cubra el restante.
¿Cuál es la producción nacional?
El país exporta anualmente unos dos millones de quilates, de esos, unos 1,2 millones van en bruto y el restante se vende como quilates tallados, que es el de más valor. En el mercado local se queda una parte, pero es muy pequeña. Cerca de 97% de la producción se exporta. Este año la recuperación sería tanto en quilates como en valor.
¿Cómo está la inversión en este sector?
Lo que está pasando es que no hay una estabilidad jurídica que haga atractivos estos proyectos y al país en términos de gran minería. Por ejemplo, con todo lo que ha pasado con Santurbán, lo de Quebradona y demás da un mal mensaje. El tema del licenciamiento ambiental tiene muy preocupados a los inversionistas porque no hay condiciones para desarrollar estos proyectos.
Recientemente estuvimos en ExpoDubái presentando los proyectos mineros y estamos buscando nuevos mercados, pero es complicado con la estabilidad jurídica. También hemos tenido otros problemas sociales complejos en las minas que también dificultan la inversión.
Hay una empresa canadiense que ha tenido problemas con la comunidad. Por esto, desarrollar un proyecto es complejo. Estamos viendo la posibilidad de atraer inversionistas, pero no creo que suceda.
¿Cuáles son los principales destinos de exportación?
El centro de distribución más grande es Estados Unidos, la mayoría van allá, pero su destino es Asia. Especialmente a países como China, India, Tailandia. Ahora está creciendo mucho Emiratos Árabes. Estos son destinos con una industria creciente. Como decía, Colombia no tiene logística para exportar valores, mientras que Estados Unidos sí lo tiene.
Si este es un año de normalización ¿cómo será 2022 para la industria?
La producción de esmeraldas no es industrial y depende mucho de encuentros de depósitos Por eso la producción está muy limitada a esos casos. Entonces no podemos saber cómo va a ser el otro año.
¿Cómo está el proceso de evaluación de los depósitos que hay en el país?
El potencial del país es enorme, pero el mercado es pequeño. Hace unos años se había determinado que el país tiene unas 10.000 hectáreas productivas de esmeraldas, de esas, solo 1.000 se han explorado. Es decir, solo conocemos 10% del potencial. Lo que pasa es que hacer una investigación de esa escala es más costosa que el mismo mercado, podría costar unos US$500 millones y vendemos US$120 millones, por lo que asumir esa investigación es imposible para el sector.
¿Este factor también dificulta la llegada de inversión?
Claro. Pero las empresas que explotan piedras preciosas alrededor del mundo conocen de este problema.
¿Ese potencial explorado en qué partes se encuentra?
Hay dos cinturones que están plenamente identificados; el de oriente y de occidente. Ambos quedan en Boyacá y una parte de Cundinamarca. Este tipo de minería requiere en el momento cero una gran cantidad de inversión para empezar sin una certeza completa de encontrar material.
¿Las mineras que ya están cuánto invertirán el próximo año?
Las empresas están planeando mantener sus niveles de inversión. Esto es porque los proyectos son a largo plazo.
¿Qué está pasando con las comunidades y qué dificultades están enfrentando?
Lo que pasa es que hay una minería tradicional que está en los territorios. Esta no está regularizada y muchas veces los proyectos mineros adquieren títulos en comunidades donde se da esta minería. Los titulares mineros tienen la responsabilidad de lo que pase en esa área, por lo que tienen que entrar en conversaciones con las comunidades. Se han venido gestionando alternativas, pero es complejo.
¿Cuál ha sido el trabajo en términos de formalización?
En todo el territorio se han hecho trabajos para la formalización minera. Estas van de la mano con inversión. El tema es que por eso los mineros artesanales tienen pocos recursos, por lo que el Ministerio busca hacer una regulación diferencial. Pero esto necesita tiempo para ejecutarse. La institucionalidad minera es fuerte hace unos 11 años y para fortalecer el sector se necesita más tiempo.
Mineras estiman reservas de esmeraldas para más de 125 años
Colombia no cuenta con estudios geológicos que permitan definir cuántas reservas tiene el país. Algunas de las minas han operado por más de 500 años, como la Muzo o la de Coscuez. Charles Burgess, presidente de Muzo, señaló que el estimado de tiempo de vida es de 250 años más. Por su parte, la mina de Coscuez, en San Pablo de Borbur, tiene una operación de 400 y según Dev Shetty, presidente y CEO de Fura Gems, operadora de la mina, “el mínimo de vida de esta mina es de 125 años”.
El proceso tendrá tres fases, en las que se dará la escisión de los títulos que cada uno de los conglomerados tenían de forma cruzada; finalizará un enroque de 46 años de historia
Tanto las ventas de Ron Viejo de Caldas como de Aguardiente Amarillo de Manzanares tuvo un crecimiento en ventas hasta el mes pasado
En cuanto a la actualidad de Coosalud Inversa, María José Navarro, supersolidaria, dijo que se tomó posesión de la cooperativa