"En este momento necesitamos una inyección de capital"

Hoyos, quien lleva en la Presidencia Ejecutiva de Maloka desde su fundación, el cuatro de diciembre de 1997, cuestionó el sistema tributario que se le impone a la corporación. Habló de las estrategias de mercadeo y del nuevo plan de negocio que está estructurando con asesores externos y con un comité que designó la Junta Directiva. 
Sin embargo, las cifras económicas no son obstáculos para que Hoyos piense en nuevas estrategias que le han permitido, después de 17 años, seguir manejando el timonel del barco, pese a tanta tormenta:

¿Cómo le fue a Maloka en el 2015?

Maloka supera expectativas y justamente es el nombre de nuestro informe porque a pesar de no contar con recursos fijos de ninguna índole. Hemos estado en todo el país donde el tema de paz es crítico y donde es fundamental recuperar la esperanza y la conciencia de amar a aprender, el conocimiento y la innovación. Maloka se dedica enriquecer la cultura ciudadana y a mostrar que la sociedad es sujeto y objeto de la ciencia y la tecnología. En 2015 hicimos nuestro programa de Maloka Sin Fronteras gracias a aliados estratégicos pudimos trasladar escenarios interactivos y montar, por ejemplo, el centro del pensamiento del agua en Tunjuelito. También estuvimos en Unicentro de Cali para podernos contactar con los diferentes públicos y familias.

El principal reto ahora es que nos postulamos para ser la sede de la cumbre de ciencia y tecnología para 2020. Nuestra propuesta es ciencia y educación para la paz y la equidad. Los países que le apuestan a la ciencia y tecnología, como Corea, muestran sus resultados. Además, nuestra idea es que en estos cuatro años, aprovechando nuestra realidad de post conflicto, todo un proceso de ciencia y educación

Pero hablemos de cifras, ¿Cómo está financieramente Maloka?
Maloka siempre tiene el reto muy complejo de la autosostenibilidad. Hace 17 años iniciamos la operación con un déficit de $1.400 millones y con un estudio de factibilidad que decía que no éramos sostenibles. No recibimos subvención de nadie, ni pública ni privada en este tiempo. Nuestra sostenibilidad está basada en las entradas y en los proyectos que desarrollamos a nivel local y nacional. Nosotros somos una entidad cuya rentabilidad es social. No somos una maquina de dinero. Al contrario, un peso tenemos que estirarlo para que alcance a cubrir todo. En este momento, estamos en una crisis de liquidez compleja. La arquitectura institucional, al ser corporación de ciencia y tecnología, se basa en nuestros asociados y les estamos tocando la puerta para que aumenten la inversión. Por ejemplo, hay entidades del Gobierno Nacional invirtieron una vez hace 17 años.

En este momento necesitamos una inyección de capital donde el nuevo modelo de negocio lo estamos terminando. Nosotros sabemos que tenemos que reinventarnos pero necesitamos proyectarnos. Ahora necesitamos más apoyo y más cuando nos estamos metiendo en la cultura de paz. Por eso estamos trabajando con lo asociados para aumentar los aportes y superar estos problemas de liquidez. Nuestros proveedores son maravillosos y nos apoyan de manera increíble.

Pero en un momento en el que el país está en un momento de desaceleración económica, es posible encontrar aportes entre los asociados y ¿cuánto tendrían que desembolsar?
Yo nunca he vivido época de bonanza o de vacas gordas. Siempre hemos tenido vacas flacas. El tema de la liquidez tiene diferentes formas de verse. Quiero tener reserva del sumario. Y sobre este punto se divide en varias maneras, por ejemplo, el tiempote la obligación, los ingresos esperados, entre otros. Pero para darte cifras, nosotros en 1998 iniciamos con un patrimonio de $14.000 millones. Hoy, a 31 de diciembre de 2015, tiene un patrimonio de $134.000 millones. Entonces a nosotros siempre nos toca vivir del día a día pero algo que me parece bastante injusto es el tema tributario.

¿Por qué?
Maloka paga impuestos como por ejemplo, el impuesto de pobres que se inventaron en Bogotá en 1916 para juegos y espectáculos y nosotros lo pagamos y eso es un montón de plata.

¿Cuánto paga por ese tributo?
Nosotros en todos los impuestos sumados pagamos cerca de $1.000 millones y nuestro margen es mínimo porque nuestros programas a veces lo hacemos a pérdidas porque estamos para eso. Entonces, entre el pago de impuesto y el día a día, por ejemplo, nosotros no hemos tenido nunca un capital de trabajo, por ende, siempre vivimos en vacas flacas. Yo creo que es un momento interesante porque las crisis pueden generar que salgamos fortalecidos. Por eso estamos con una reestructuración de raíz, probablemente haya unos nuevos estatutos y podamos tener una Maloka nueva, con más fuerza y renovada. Pero hay que recordar que Maloka es de todos y es un patrimonio nacional.

¿Qué trae ese nuevo plan de negocio y quién lo lidera?
No te puedo adelantar eso porque hasta ahora lo estamos terminando de ensamblar. Estamos en estos 15 días antes de la asamblea terminando (...) Hay dos organizaciones. La Organización de Oportunidad Colombia y estamos trabajando con el Grupo Bolívar. Tanto entidades como personas nos están apoyando, muchas veces, ad honores. Y todo ese esfuerzo nos permite construir un norte claro hacia donde apunta la corporación.

Se puede abrir la puerta a una capitalización de Maloka…
Parte del trabajo que falta terminar es justamente decidir si seguimos con la modalidad de ser una corporación de ciencia y tecnología o si buscamos una nueva figura. Eso lo estamos trabajando tanto con asesores externos como con un comité que creó la Junta.

No se descartaría un cambio de figura…
La Junta es muy abierta y flexible. Pero lo importante es que todos estamos enfocados a proyectar y ampliar a Maloka. Y lo otro son las bases para esa reinvención de Maloka, si lo hacemos con herramientas jurídicas, económicas, que sean validas o transparentes para que sigamos creciendo.

¿Cómo es su relación con la Junta Directiva de Maloka?
Excelente. En la Junta hay cuatro coequiperos con los que hicimos a Maloka desde hace 17 años. Por ejemplo, está el capitán Horacio Díaz Taborda que fue el creador de lo que hoy se conoce como Colciencias.  Está Conconcreto que nos donó la gerencia de obra. El Sena que ha sido un aliado para diversificar nuestros proyectos. El presidente de la Junta, Eduardo Posada, fue el coequipero principal para hacer esta realidad. También está el Ministerio de Educación y Cultura. El Distrito, por derecho propio, el alcalde Mayor que delega en la Secretaría de Desarrollo Económico y de Educación.

Conocimos que su relación con el sector privado, si bien es buena, parece tener un asterisco y es el de la estrategia para recaudar fondos. ¿Siente usted algún desgaste en esa relación?
No. Nuestro estilo no es el de poner el sombrero. Tal vez puede haber una interpretación errónea si se busca en Maloka un negocio. Eso es para el sector privado que tiene por naturaleza poner, por ejemplo, la mitad de las inversiones y repartir las ganancias. Ahora, eso es distinto cuando buscamos patrocinio. Pero donaciones, por ejemplo, solamente hemos recibido del Grupo Bolívar.

¿Usted considera que Maloka, en cuanto a innovación, se quedó congelada en el tiempo?
No. De hecho lo invito a que conozca los diferentes recorridos como el Cerebro, el movimiento de energía. Mantenemos algunas atracciones icónicas pero siempre estamos cambiando. Ahora, no podemos hacerlo a un ritmo acelerado porque los aparatos son costosos. En cualquier centro interactivo tú encuentras elementos de una permanencia más alta precisamente por los costos. Es como en una galería de arte, tampoco puedes estar cambiando todas las obras. Si uno tiene la experiencia Maloka, encuentra siempre actividades, talleres y exposiciones temporales. Ahora, nosotros no somos un parque de diversiones, somos un centro de cultura en tecnología e innovación. Por eso, la dinámica es distinta.