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La Colombia de hoy es muy diferente a la de 1954. en siete décadas, la población ha crecido cinco veces, y el país pasó de ser rural a conformar ciudades
Durante las últimas siete décadas, Colombia ha presenciado cambios demográficos, impulsados por una variedad de factores, que incluyen la urbanización, el impacto de la violencia y fenómenos más recientes como la migración venezolana, acompañados por avances tecnológicos y mejoras en el sistema de salud.
El estudio de la demografía es esencial para comprender la historia de un país. Según César Caballero, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, “la demografía es la base de todas las estadísticas, ya que cualquier estudio sobre el ser humano parte de esta”.
Caballero destacó que uno de los mayores éxitos del país en estos años ha sido el aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, señaló que este logro no está siendo plenamente aprovechado, por lo que se plantea un desafío, que debe capitalizar este éxito de manera más efectiva.
Para Ernesto Rojas, también exdirector del Dane, el país ha entrado en la segunda transición demográfica, según la cual las tasas de natalidad y de mortalidad descienden y, como consecuencia, el crecimiento de la población se desacelera.
El estudio de las últimas siete décadas permite identificar la evolución de la población, con una mayor inserción en la vida laboral por parte de las mujeres, una mejora en la esperanza de vida y, más recientemente, la mencionada caída en la tasa de natalidad que abre preguntas sobre los retos para los sistemas de seguridad social.
En 1954, el mundo tenía una población de aproximadamente 2.691 millones y ahora la cifra ya ha superado los 8.100 millones de personas. La tendencia no ha sido ajena a Colombia, pues su población pasó de 12,7 millones, en 1954, a 51,6 millones en la actualidad. En cuanto a la proporción entre hombres y mujeres, hace 70 años, había 6,1 millones de hombres y 6,6 millones de mujeres y, ahora, según registran las cifras oficiales, 51,2% son mujeres y 48,8% hombres, es decir, 105 mujeres por cada 100 hombres.
La tasa de mortalidad, medida como el número de muertes por cada 1.000 habitantes, ha experimentado una disminución desde 1954. En aquel entonces, en plena mitad del siglo pasado, esta tasa se situaba en 11,8 personas, un indicador que reflejaba el elevado nivel de violencia que caracterizaba aquel período. Sin embargo, en la actualidad, este valor se ha reducido significativamente a 5,1 personas. La disminución no solo se atribuye a la reducción de la violencia, sino también a mejoras en la prestación de servicios de salud.
En promedio, ahora una mujer tiene 1,7 hijos, mientras que hace 70 años la cifra era de seis. La tendencia no es solo del país, es una caída en la tasa global de fecundidad. Algunas estimaciones sitúan el número de bebés que tiene cada mujer (promedio en el mundo) por debajo de la tasa de reemplazo global de 2,2 hijos, indicador que hace referencia al número de bebés necesarios para que la nueva generación reemplace a la actual. Juan C. Pardo, analista de Corficolombiana, señaló que la caída en la tasa de natalidad “se puede deber a factores, como los cambios en la estructura familiar”.
Según estimaciones, en 1954, la tasa de desempleo se situaba en torno a 8,5% (no había datos exactos disponibles en esa época).
A lo largo de las décadas siguientes, esta cifra se mantuvo relativamente estable, rondando valores similares.
Sin embargo, en 2004, se registró un alza a 12,1%. En 2014, se observó una reducción cuando el desempleo descendió a 9,1%, sin embargo, luego fue afectada por los efectos económicos de la pandemia, que hizo que se perdiera una década de avance en la generación de empleo, con solo 9,4 millones de personas ocupadas en ciudades principales.
La inclusión laboral de las mujeres ha experimentado un cambio significativo. En 1954, la participación laboral femenina era de 18%, cifra que aumentó a 52% en 2023. Según un análisis del Banco de la República, durante el siglo XX, la fracción de mujeres en edad laboral que trabajan o buscan trabajo pasó del mencionado 18 % a 26% en 1978 y luego subió hasta 47% en 1992. Según los resultados, una de las transformaciones más significativas fue la transición demográfica. “Esta transición se atribuye principalmente a la disminución de la tasa de fecundidad asociada”, dice el informe.
La educación superior tuvo un crecimiento en el número de estudiantes, pues en 1954 había 11.996 personas estudiando, cifra que en 1994 aumentó a 450.000 y ahora, 30 años después, llega hasta los 2,4 millones de estudiantes. Según un estudio de Martha Cecilia Herrera, desde la segunda mitad del sigo XX, hubo una serie de transformaciones culturales que impactaron en los avances en la educación, que incluyeron una creciente urbanización que condujo “a una mayor demanda educativa y a la necesidad de replantear la formación superior de acuerdo a los avances de la ciencia y la tecnología”.
Los colombianos han experimentado un incremento en su esperanza de vida, lo que refleja mejoras en la salud pública o el acceso a la atención médica, a pesar de los desafíos que ha enfrentado el país, incluidos años de violencia y conflicto armado. Hace 70 años, los colombianos tenían una expectativa de vida promedio de apenas 51 años, mientras que en la actualidad alcanzan los 74 años. Este aumento se atribuye a diversos factores, entre ellos, la disminución de la violencia y del conflicto armado, así como el acceso de un mayor número de personas a servicios médicos. La esperanza de vida se vio afectada por la crisis mundial de la pandemia.
El país ha registrado una reducción considerable en su tasa de analfabetismo, reflejando un avance en materia educativa y de alfabetización. Durante 1954 la tasa de analfabetismo alcanzaba 37,7%, índice que se ha reducido drásticamente hasta situarse por debajo de 6%. En la década de 1950, según un estudio publicado por el Banco de la República, había un elevado nivel de analfabetismo y una baja relación entre alumnos matriculados en primaria y la población. Ahora, los retos se centran en la ruralidad. Según el Mineducación, a partir de los datos del Censo Nacional Agropecuario de 2014, 12,6% de la población de la zona rural es analfabeta.
En 1954, apenas 12 municipios albergaban más de 100.000 habitantes, mientras que para 2024 esta cifra se ha elevado a alrededor de 118 municipios. Además, hay una tendencia clara de migración hacia las ciudades, pues en 1954 la población colombiana en urbanización era de tan solo 4,4 millones y ahora es de 42,5 millones, con impactos en la infraestructura y la calidad de vida. Según un estudio de la Universidad Externado, durante el siglo XX, el crecimiento urbano se alimentó principalmente de la migración del campo a la ciudad debido al éxodo rural, que obedeció a la violencia, a las condiciones de tenencia de la tierra, entre otros.
Durante siete décadas, la dinámica migratoria de venezolanos hacia Colombia ha experimentado una transformación, impulsada por la crisis que ha azotado al país vecino durante más de 20 años. Según Migración Colombia, a finales de 2023, el número de venezolanos en el país alcanzó 2,9 millones. Los expertos han identificado tres olas migratorias: la primera, en 2006, con empresarios y grandes capitales que llegaron tras expropiaciones; el segundo movimiento con dos picos: uno en 2005 y otro en 2010, con profesionales, especialmente del sector petrolero; y la última en 2017, cuando aumentaron los migrantes mientras se agravaba la situación en Venezuela.
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