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El número de comisionistas se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años
La primera rueda duró apenas 10 minutos y en sus primeros años tuvo que sobrevivir a una de las peores crisis económicas globales. La BVC de hoy es la unión de tres bolsas.
Tan solo 10 minutos duró la primera rueda de negociaciones de la Bolsa de Valores cuando hace 90 años, el 2 de abril de 1929, vio la luz al ser creada con un capital inicial de $20.000.
Esos pocos minutos bastaron para que 4.000 cédulas del Banco Hipotecario de Colombia, 823 acciones de la Compañía Colombiana de Tabaco (Coltabaco), 41 acciones del Banco Hipotecario de Bogotá y 1.500 cédulas del Banco Hipotecario de Bogotá fueran transadas, según los registros de Carlos Caballero, quien fue presidente de la Bolsa de Valores de Colombia y ha detallado en varios escritos la historia y desarrollo de la misma.
Estas cifras parecen irrisorias si se comparan con los logros actuales, con 67 emisores que logran una capitalización bursátil de $398,5 billones y un volumen de negociación diario cercano a los $186.700 millones. Los datos revelan la evolución de la bolsa como la conocemos.
Contar la historia de la Bolsa de Valores de Colombia es hacer una semblanza del último siglo en la economía del país. Se conoce que el primer esfuerzo por crear un mercado de capitales surgió a inicios del siglo XX, pasada la Guerra de los Mil Días, con la creación de la Bolsa Popular de Medellín en 1901, una campaña que no tuvo mucho éxito.
Fue hasta el primero de abril de 1929, con 24 compañías inscritas y 17 corredores, que inició la Bolsa de Bogotá.
Roberto Junguito, quien fue ministro de Hacienda en dos ocasiones y de Finanzas en una oportunidad, resaltó que “el momento de su creación no podría haber sido más difícil”, pues hubo “una caída de los valores colombianos en Wall Street, una declinación de los precios externos del café y los sucesos de la masacre de las bananeras”.
Así pasaron las primeras décadas hasta que en 1950 los negocios en la Bolsa de Bogotá aumentaron hasta $200 millones y se había consolidado como un referente de las grandes compañías del país.
Diez años después vendría la creación de la Bolsa de Medellín, que operaría con las empresas de la región, y en enero de 1983, con la asistencia del presidente de la época Belisario Betancourt, se creó la Bolsa de Occidente.
Para ese entonces las negociaciones en bolsa eran todo lo contrario a lo que hoy se ve. Los traders no operaban en una pantalla y las ruedas se negociaban con el ‘corro a viva voz’, es decir que las transacciones se llevaban a cabo en pujas verbales en las que los interesados respondían con un comando casi gritado para que pudiera ser escuchado por los operadores de la bolsa.
La presidenta de Ultraserfinco, Paula Paucar, recordó las operaciones sin computador, resaltando que “la tecnología al mercado de valores le ha dado escala y ha permitido estrategias de crecimiento y conexión con los mercados del mundo en tiempo real”, algo que cambió desde 1996 cuando se dio el paso del ‘corro a viva voz’ al mercado electrónico.
La administración actual es consciente de los beneficios que históricamente ha traído la tecnología, por lo que Juan Pablo Córdoba, presidente de la BVC piensa invertir $70.000 millones en esa herramienta durante los siguientes tres años.
La agilidad que trajo al mercado la integración de las negociaciones electrónicas a mediados de los 90 permitió que las tres bolsas que operaban en el país tomaran más fuerza y confianza.
“Fue ahí cuando las tres bolsas se dieron cuenta de que con empresas de un tamaño más grande y más desarrolladas era mejor tener una sola bolsa nacional fuerte y no tres bolsas en competencia cuando el objetivo era estar en un mercado internacional más abierto”, mencionó Jaime Humberto López, presidente de Asobolsa, al recordar la creación de la Bolsa de Valores de Colombia en 2001 como resultado de la fusión de las plazas de Bogotá, Medellín y de Occidente.
Julián Domínguez, quien fue presidente de la Bolsa de Occidente entre 1991 y 1999 hizo parte del proceso y reveló que la idea fue aprovechar las fortalezas de cada una de las tres bolsas locales.
“En la de Bogotá, su larga tradición y un mercado consolidado a lo largo de los años como principal centro financiero del país; la de Medellín, que contaba con un mercado accionario intenso fruto de la cultura de asociatividad de los antioqueños; y la de Occidente, la más joven, que tenía fortalezas importantes en títulos de renta fija, como CDT y bonos, y en la atracción de nuevos emisores” resaltó el directivo.
Una vez la BVC estuvo integrada se trazó una estrategia ambiciosa de promoción del mercado y ampliación de los títulos negociables creando, por ejemplo, mercados de futuros y de divisas, y ampliando y modernizando instrumentos tecnológicos.
En este punto es clave un dato simple que muestra un gran avance, pues los comisionistas desde 2001 pueden operar en una pantalla sin tener que desplazarse hasta la bolsa a cumplir con las ordenes de sus clientes.
En 2006 la Bolsa inició su plataforma de negociación electrónica de renta fija y en 2008 entró en operación el mercado de derivados. Un año después se conoció X-stream, la plataforma de Nasdaq OMX adquirida por la BVC para operar derivados y acciones.
Así las últimas dos décadas de la BVC han sido de constante actualización tecnológica, lo que ayudó en la creación del Mercado Integrado Latinoamericano: la unión de las bolsas de valores de Chile, Colombia, México y Perú en 2011, así como en la fusión con el Depósito Centralizado de Valores (Deceval), hoy en día integrado a la Bolsa, con las Cámaras de Compensación.
Según López, esa unión que culminó en 2018, ha sido el último gran hito que tenido la bolsa y tiene un gran impacto pues significó una simplificación importante de procesos y una mayor eficiencia en costos. Con esto se abre la puerta para que más empresas, pequeñas y medianas, integren la Bolsa y hagan crecer el mercado de capitales.
Las misiones de mercado que han acompañado la historia del país
En junio se conocerán los resultados de la Misión del Mercado de Capitales actual, sin embargo, esta no es la primera que existió. En 1971 el Banco de la República tuvo la iniciativa de auspiciar el Primer Simposio sobre Mercado de Capitales con el apoyo de la Asociación Bancaria para analizar la evolución del sistema. Luego, en 1995, se creó una primera Misión para el Mercado de Capitales, la cual realizó un diagnóstico del mismo para 1996, mientras en octubre de 2018 MinHacienda lanzó la más reciente.
La misión del mercado de capitales debe procurar que aumente la liquidez del negocio
En 90 años la BVC ha sido protagonista, no solo con la canalización de recursos de inversionistas al sector empresarial, sino con el desarrollo de nuevos productos y en la adopción de estándares más avanzados