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La transición a las energías limpias ya dejó de ser una moda y debe triplicar su ritmo para tener capacidades mínimas a 2050
Durante la COP28, 22 países firmaron una declaración conjunta para triplicar la capacidad instalada nuclear para 2050
Profesor de Cambio Climático de la Pontificia Universidad Javeriana
Según la IEA, dentro de los hitos claves en el sector eléctrico, en el proyecto Escenario de Emisiones Cero Neto 2022-2050 se encuentran: triplicar la participación de las renovables en 2030, duplicar la inversión en redes en 2030, eliminar el carbón y el petróleo en 2040, reducir la participación del gas natural un 95% en 2040; y duplicar la participación de la nuclear en 2050. Adicionalmente, durante la COP28 un grupo de 22 países firmaron una declaración conjunta para triplicar la capacidad instalada nuclear para 2050. Desde hace varias décadas en la región, México, Argentina y Brasil usan energía nuclear. Nuestro país no puede ser ajeno a estas dinámicas de la geopolítica de la energía y debe dar una discusión sobre las posibilidades futuras de aprovechar los usos pacíficos de los átomos.
En las próximas dos décadas la demanda de energía en Colombia seguirá creciendo, y la búsqueda de conseguir las metas de la descarbonización estimulará la electrificación de muchos sectores. Para alcanzar esa posibilidad, la capacidad instalada del país podría multiplicarse hasta seis veces en las próximas dos décadas, para conseguir responder al escenario que la Upme ha denominado: transición energética justa. Necesitamos que las renovables sigan creciendo y liderando la descarbonización con su aporte de bajas emisiones, pero se requiere contrarrestar la variabilidad que las caracteriza. De hecho, en Colombia estamos experimentando los efectos de una matriz de energía eléctrica vulnerable a los cambios del clima.
Por tal motivo, el país demandará a futuro una fuente de energía estable, altamente confiable, muy segura y de bajas emisiones de carbono para complementar a las renovables. La evidencia científica demuestra que la energía nuclear cumple con las anteriores características y es la única industria de la energía que se hace responsable de los residuos que genera. Efectivamente, al revisar el PEN 2022-2052 (Plan Energético Nacional) de la Upme, se encuentra que el avance de la electrificación en Colombia podría requerir la entrada de la generación basada en energía nuclear alrededor de 2038.
En las próximas décadas, tecnologías como los reactores modulares pequeños podrían transformar sectores más allá de la generación eléctrica. Su capacidad para proporcionar calor de proceso a temperaturas elevadas, los hace ideales para la industria pesada, incluida la refinación de petróleo y la producción de insumos químicos. Además, podrían desalinizar agua, un proceso crucial para las zonas costeras y áridas que viven con estrés hídrico como la Alta Guajira. Promover el futuro de estas aplicaciones diversificará la matriz energética y impulsará la transición energética en Colombia.
El país cuenta desde 1965 con un reactor nuclear de investigación y durante el paso de las décadas ha ganado valiosa experiencia en el ciclo del combustible, en seguridad física nuclear y en el seguimiento de los protocolos establecidos por la Oiea a lo sumo, no arrancamos de cero. Vale la pena que el país de la discusión sobre la implementación de un plan energético nuclear.
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