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La transición a las energías limpias ya dejó de ser una moda y debe triplicar su ritmo para tener capacidades mínimas a 2050
Para el cumplimiento de la meta establecida para 2050 será necesario fomentar la transición hacia un servicio eléctrico digitalizado y descentralizado
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La transición hacia una energía neta cero debe hacerse en tan solo 13 a 18 años en comparación con las anteriores, según la BCG
Un estudio del Boston Consulting Group, BCG, señaló que la transición energética verde debe ocurrir tres veces más rápido que las transiciones de combustible anteriores, como la del carbón y los hidrocarburos, para mantener un planeta habitable.
Según la firma, las energías renovables y otras soluciones bajas en carbono deben pasar de 12% del suministro de energía en 2021 a 50%-70% para 2050, según los modelos estándar de la industria, para limitar el calentamiento global a 1.5 ° C por encima de los niveles preindustriales. En cuanto a la capacidad de generación solar y eólica, el Centro de Impacto Energético del BCG, develó que su capacidad debería incrementarse en un factor de 10, mientras que las redes eléctricas a nivel mundial necesitarían expandirse en 2,5 veces para 2025.
“Esta es la tercera gran transición energética en los últimos 150 años. Los objetivos implican que la transición debe llevarse a cabo en tan solo 13-18 años, en comparación con las transiciones como la del carbón (50 años) y el petróleo (35 años)”, destacó.
“Es fundamental garantizar la energía suficiente para abastecer la demanda. Si no se tiene esto, será muy difícil que la transición se concrete”.
“En temas de generación renovable, es clave seguir analizando y desarrollando proyectos de transmisión que permitan conectar a las zonas de alto potencial”.
Leonardo De Lella, managing director & partner de BCG, explicó que Colombia está en una posición privilegiada para encabezar el cambio hacia las energías verdes. “Hay zonas como La Guajira, donde los niveles de irradiación solar son 60% más altos que el promedio mundial y las velocidades de viento son el doble de la media universal. Además, cuenta con una alta participación de fuentes hidroeléctricas en su matriz energética que, si bien tienen varios retos en fenómenos de sequía como el actual, complementa la variabilidad de las fuentes renovables”, puntualizó.
Existen avances en la materia: en agosto de 2018 el país contaba con dos proyectos de energías renovables que sumaban 30 megavatios en generación eólica y solar, y hoy, tiene una capacidad instalada cercana a 1.400 megavatios y un portafolio de proyectos de más de 4.500 megavatios de futura capacidad instalada que, de concretarse, permitiría llegar a valores cercanos a 20% de participación de energías renovables en la matriz eléctrica para 2025, la capacidad renovable no convencional actual es de 0.5GW; menos de 3% de la matriz.
“La transición, que permita descarbonizar la matriz energética, requiere la consolidación de proyectos que desarrollen generación con fuentes renovables no convencionales, pero también de otras tecnologías habituales, dijo Sandra Fonseca, directora de Asoenergía.
Para el cumplimiento de la meta establecida para 2050, según Pedro Eusse, profesional en Estructuración de Negocios y Gerencia de Nuevas Soluciones de EPM, será necesario fomentar la transición hacia un servicio eléctrico digitalizado y descentralizado. “Colombia tiene implementados incentivos, como beneficios arancelarios y tributarios, para inversiones en energías renovables”, señaló. Laura Torres Restrepo, asociada EMI de Baker McKenzie, indicó que se debe trabajar por una transición dirigida a la oferta como a la demanda.
Las redes eléctricas habilitan la conexión y el intercambio eficiente de las energías renovables, lo que posibilita la descarbonización de los sistemas. De acuerdo con Andrés Villegas Ramelli, vicepresidente de negocio de Energía de ISA, para soportar la creciente demanda de energía y avanzar hacia la transición energética, se debe trabajar en la expansión de la red y en la actualización de la infraestructura. “Es clave incorporar la adaptación de la red existente y mejorar el uso de la capacidad, la conexión de las fuentes de energía renovable a las redes de transmisión y el desarrollo de las interconexiones que viabilicen la integración eléctrica regional”, concluyó Villegas.
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